...VIA DEGLI DEI, CAMINO DE LOS DIOSES (2)...

EL HOMBRE ES UN DIOS CUANDO SUEÑA Y UN MENDIGO CUANDO REFLEXIONA...

...Bolonia. Por una Plaza Mayor casi desierta empiezo a caminar la mañana de este último día de septiembre. La tarde antes he comprobado sobre el terreno el trazado urbano que me sacará de la ciudad: via D'Azeglio, vía de Carbonesi, Collegio de Spagna y vía Saragozza, paso por la puerta de la muralla con el mismo nombre y justo en su final como tal principia la subida a la colina donde se venera la Madonna de San Lucas, llegando a ella por la galería porticada más larga del mundo, unos dos km, que alternando rampa y peldaños llega al santuario...(Curiosamente esa misma tarde se celebraba una marcha  turística como apoyo a la candidatura a patrimonio de la Humanidad de los pórticos de Bolonia)

...Entro a musitar una oración de imposible transcripcion, mayormente de agradecimiento: no es para menos, y menos aún en estos precarios tiempos, haber podido regresar un año y medio después... y ya me meto en camino...

El motivo de este nombre, tal vez algo ostentoso, viene, según leo, del hecho de que atraviesa o pasa cerca de montes con nombres del extenso Panteón greco- romano: Luario (Lua, diosa de la expiación), Venere (Venus), Giove (Júpiter)...y Adone (Adonis, el dios siempre joven)...es esta la cumbre más vistosa y visitada...

Camino de los Dioses entre Bolonia y Florencia, uniendo las regiones de Emilia Romagna y Toscana, unos 130 km cruzando los Apeninos por un bosque casi permanente: castañares, coníferas, robledales y sobre todo hayedos...

Pasando por ellos y empezando octubre di por inaugurado oficialmente mi otoño...

El camino va mayormente emboscado, atravesando zonas no pobladas... pueblos como tal solo atraviesa Madonna dei Fornelli (excelente parada y fonda), San Piero a Sieve y Monzuno... precisamente aquí, desayunando, me encontré con el adiós del gran Quino...

No me faltó, para no faltar a mi ética viajera, una noche de austero suelo mondo y lirondo en la puerta de la iglesia de san Ansano, mártir, siglo lll, en Brento, y por supuesto alguna habitación con vistas...

¿Detalles?...muchos...salieron al camino, por ejemplo, varios tramos de la Via Romana, la Flaminia Militare...

...el cementerio junto al Passo della Futa, en recuerdo de los 30.000 soldados alemanes que perecieron en la segunda guerra mundial...

...el santuario del monte Senario en un entorno natural y religioso que la lluvia impidió mayor disfrute...

...o el inesperado encuentro con la cerveza de Cerdeña...

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Estas botas que estrené aquel 8 de julio cuando me esperaba el anterior tramo viajero de punta a punta en el norte de España, en buena manera reflejado un par de páginas atrás (APURANDO...se llama la página), estas botas, decía, fueron hermanando aquellas huellas de la Costa da Morte con estas del norte italiano (tras haber pisado, pasado,  por Almuñécar,  Hornos de Segura, el monte de mi pueblo y hasta una primera comuñón en Baeza -pese a las críticas de una buena amiga-)...bueno, hermanadas ¡con todo! porque solo para dormir me las quito...ah, morir con las botas puestas...todo se andará...y es con ellas como llegaría a entrar en la piazza de la Signoria de Florencia...

Es el primer domingo de octubre, luce un grato sol y salgo de Fiesole con la vista de Florencia al fondo. El camino no tiene prisa por acabar (realmente, yo tampoco) y se demora subiendo al monte Ceceri, al lugar llamado piazzale Leonardo da Vinci: es la plataforma donde el gran genio hizo sus ensayos para volar (así lo cuenta Vasari y así lo recuerdo en una serie en tve hace muchos años)...

Entre quintas y paseos bordeados de cipreses voy bajando en la ciudad. Tal vez fuera por estos pagos donde se refugiaran aquellos jóvenes huyendo de la peste que asolaba Florencia, (hablando de peste...en estos tiempos de pandemia anoto que la mascarilla en Italia, estos días, es obligatoria sólo en lugares cerrados) y no es casualidad, pues, que una de las calles que me van llevando al centro se llame Giovanni Bocaccio...

...Un último regalo, diría que expresamente para mí ya que no quedaba muy a la vista, tal vez me chistó: el recuerdo de don Michel de Montaigne al que tantas páginas debo...

...y tras un recodo, el asombro, el pasmo, del duomo...

...y la piazza della Signoria..omega de aquel alfa que fue hace cinco días, y ya tan lejana, la piazza Maggiore de Bolonia...

..31 años después, aquella vez fue con Pandora en la vuelta al Mediterraneo, regreso a Florencia...Mi buen amigo César me pregunta si he notado algún cambio significativo tras tanto tiempo:

permanecen los emblemáticos edificios, el discurrir del Arno, el recuerdo de Dante, el "David", tanta historia...el único cambio puede estar en el mismo otro, servidor, que ahora mira las mismas cosas y se apresta a sentir, arrobado, el síndrome de Stendhal...

...Y CUANDO EL ENTUSIASMO DESAPARECE, AHÍ SE QUEDA, COMO UN HIJO PRODIGO A QUIEN EL PADRE ECHÓ DE CASA. (HYPERION)

Friedrich Hõlderlin, (1770-1843)