jueves, 16 de mayo de 2019

...TEIDE, parque nacional...

...semejante, si no el mismo, al placer de releer un libro del que sólo recordamos que nos agradó, es el hecho de regresar a lugares que nos gustaron, que nos impactaron, aunque lo hayamos hecho una y otra vez, porque ni el lugar es el mismo (la luz, la temperatura, la estación...) ni lo somos nosotros, siempre arrastrados por el río heraclitiano que no permite ser quienes seguimos siendo aunque lo parezca (la soledad o compañía, el estado anímico, la propia edad...)... los que regresamos somos ya hermanos, primos o parientes lejanos de los que vinieron la vez anterior. Me viene a la mente lo que decía el amigo Saramago, con diferentes, sencillas y sublimes palabras, creo que en su obrita LAS MALETAS DEL VIAJERO, acerca de que había que ver en invierno lo que vimos en verano, al sol lo que vimos sombreado...por no redundar en ver con nueva edad lo que contemplamos con otra, con el natural y consiguiente aumento de registros que supone el añadir años a la vida con el consuelo, quizá el que más, quizá no hace falta otro, de constatar que al piano que todos llevamos con nosotros le han salido muchas teclas nuevas, nuevos registros que ignorábamos que teníamos en potencia, en germen...volviéndonos más sensibles en una palabra y descubriendo detalles donde antes nos veíamos "nada"...

 ...así, regresé  una vez más a las Cañadas del Teide,  el parque más visitado de Europa, y con lugar de honor entre los diez más visitados del mundo, ahí es nada, metido entre los gigantes americanos...











...Un generoso paseo por el entorno del Pico Viejo y otro por Montaña Blanca me engancharon sobradamente con aquellas espesuras de lavas, aquellos caos perfectamente ordenados, aquellos aires transparentes que tantas veces respiré y disfruté desde que llegué a estas islas en 1980...de hecho cuando me preguntaban a bote pronto el motivo de haber venido de maestro a las islas no me cabía duda alguna al responder que... ¡para subir al Teide! ... 
...el padre Teide gigante, 
el celoso centinela
 de estas siete carabelas
que junto a él han fondeado,
buscando abrigo y cuidado....que cantaba Braulio...
...los popularmente llamados HUEVOS DEL TEIDE...sólo ahora me apercibí del error de que no son bombas volcánicas, como pensaba, y que  como tal fueran despedidas en las erupciones...se formaron a la manera que lo hace una bola de nieve, adquiriendo tanta velocidad que se van más allá de la cordada donde se iniciaron... 
...la mayor concentración se halla en el entorno de MONTAÑA BLANCA...




 ....ya en la carretera contemplaba el intenso trasiego de turistas, de excursionistas, cada uno de su lugar, cada uno con su visión, con su asombro, su pasmo ante tanto por contemplar, paisajeros todos, todos viendo, mirando, contemplando, todos pasando, el paisaje quedándose, telúrico extremo...   



...y de paso fui aclimatando mi corazón, ya terciopelo ajado, para un nuevo intento de cumbrear el techo de las Españas...Espero contarlo en otra página... 



2 comentarios:

  1. Amigo D. Antonio (Toñito) que alegria me ha dado ver algo nuevo, ya pensaba... este se enfado con los amigos, y no nos quiere deleitar con nuevos reportajes, pero ya veo que no es así. te damos las gracias por permitirnos poder leer lo que tu vas desarrollando en tu mente cuando quieres comunicarte con los demás, y de paso poder ver lo que tu has seleccionado de lo que has visto, (te tengo por un persona de buen gusto) espero nuevos reportajes, que esto es como ir al teatro a ver una obra que te encanta, y no pagas la entrada, y al salir te tomas unas copas con una persona super agradable. SALUD Y UN ABRAZO DESDE PNFERRADA

    ResponderEliminar
  2. ...bien te imaginas, amigo César lo "laborioso" de esta página y de las que puedan venir...pero tus palabras, que te agradezco, "balsaman" sin enbalsamar...todavía. Un abrazo desde donde tú sabes...

    ResponderEliminar