lunes, 11 de mayo de 2020

...EL LUGAR MÁS LEJANO...


…cuando ya estaba publicada la página anterior, esa que dediqué a los libros -poca dedicatoria para tanto libro- me vino el recuerdo de una anécdota que olvidé incluir en el tramo en el que hablo de mi animación a la lectura en las escuelas por la que pasé, animación, a la postre, harto poco exitosa…Mi querido y muy listo, imaginativo, alumno Dylan, de La Gomera, hace un par de años entre lo que me dijo a la hora de saludarnos estuvo aquello de “maestro, ¿sabes que ya no me gusta leer?” y me lo dijo con la infantil gracia y espontaneidad que le caracterizaban, y puede que en su interior me lo confesara como un logro, más que como una dejación, más como una manifestación de crecimiento personal que de abandono, un haber superado una etapa al estilo que otro niño dijera “ya no me meo en la cama”…en fin…bien recuerdo su libro favorito, uno de aquella buena colección de El Barco de Vapor:“El capitán calzoncillos”. …Ah, también en el bloque de mayoría de edad, Dylan me dijo "¿sabes que ya no me gusta Bob Esponja? "(sentía pasión por la serie)...

¿A qué viene esto en una página que nos va a llevar  lejos?…Muy sencillo… las cualidades de este entonces infante del que hablo le daban para mucho y ofrecían a un maestro de mi estilo un excelente campo de observación y de diversión…Sin dejar de ser responsable y atender a lo que era común a todos, él  me venía con unos dibujos como no he visto otros y con preguntas como “maestro, ¿tú sabes contar todos los nombres del mundo?”**  o“¿cuántas moscas habrá en el planeta?”…me ponía en simpáticos bretes de los que salía airoso con disparatadas respuestas no exentas de un fondo de verdad (vgr. tiene que haber un montón de millones a ver si cuando seas mayor tú me ayudas a contarlas…) …Y así fue que un día me preguntó: “maestro, ¿cuál es el sitio más lejos que tú has estado?”…lo llevé al mapamundi y a la esfera, socorridos elementos, dispuesto yo a aprovechar el recurso pedagógico que estas situaciones favorecen…empezamos por nuestra isla…y dando un garbeo por la superficie planetaria llegamos a Nueva Zelanda, precisamente al lugar que me sentí más lejano, y del que algún día pensaba escribir una página que sólo ahora, gracias a la anécdota de mi alumno, toma vida…

* *(Tal vez José  Saramago tendría la clave en su libro “Todos los nombres”, recomendable novela para ver cómo una idea se convierte en obsesión, y por un motivo u otro, de unas maneras u otras, nos retrata a todos)…


 Cabo Reinga, al norte de la isla norte de aquel país. Un lugar inhabitado, apartado, ciertamente remoto, aunque ya no tan lejano teniendo en cuenta las comunicaciones de hoy y, sobre todo, por mor del turismo etc...un lugar, por lo mismo, de una naturaleza primigenia, de una belleza desbordada, casi inabarcable, como recién salida del acto creador, una naturaleza que premia con creces el esfuerzo por contemplarla...y, por encima de todo, o parejo a ello, un lugar  de culto, sagrado por excelencia, para los maoríes, los aborígenes del país... 
En su idioma, REINGA significa inframundo,  y TE RERENGA WAINUA viene a ser lugar de despedida de los espíritus..según sus creencias, de dicho lugar parten las almas de los difuntos camino de la otra vida... 



En los tres meses que pasé en el país, no quería quedarme sin llegar a dicho lugar; la única opción era unirme a uno  de los grupos que en todo terreno o similar hacían cada día la excursión desde Kaitaia, la ciudad más cercana. Se salía a media mañana, se hacían unas breves paradas por el camino en la inmensa playa llamada con propiedad playa de las 90 millas, las fotografías de rigor, daban tiempo para que los que quisieran se deslizaran por una gran duna y en un orden u otro arribar a la punta donde se alza el faro…Un rato de tiempo libre, paseo por el lugar y regreso…



Yo suponía (bien supuesto tal y como comprobé) que si me ceñía al viaje programado me iba a quedar con la miel en los labios y que “debía” buscar la forma de caminar por aquellos lugares que sin conocer ya percibía su atractivo…En la agencia donde me apunté para el día siguiente consulté la posibilidad de irme en un viaje, hacer noche en cabo Reinga, junto al faro, y volver en otro viaje…no había problema…Y así hice…me llevé la mochila pequeña, el equipo de dormir, algo de comida, agua por si acaso no había…y listo…


...Se marcharon mis momentáneos compañeros y me quedé solo como la una cobijado por una tarde radiante...
 Una vez situados frente al faro, mirando al mar (...soñé...) tanto a izquierda como a derecha salían varios caminos todos con la cuidada señalización del D.O.C. (Departamento de Conservación) habitual en aquel país...Hacia la izquierda iba un sendero hasta la punta de María van Diemen siguiendo la playa primero y un roquedo y arbustos después...y para allá que tiré...  
   







...importante
 no perder de vista
las balizas..
.







 




Hice noche en los baños (limpios, despejados, solitarios) en la zona donde llegan los coches, cerca del camino que baja al faro. Había un camping sin vigilancia pero con el consiguiente buzón dónde dejar el dinero según la
tarifa que marcaba como ya había comprobado en otros lugares...pero, servidor, no llevando tienda, sólo saco y esterilla, no encontré mejor acomodo ante la probable lluvia y sobre todo por la empeñosa presencia de possums, una plaga en Nueva Zelanda ("importados" de Australia, su crecimiento se ha disparado convirtiéndose en un peligro para la flora del país por la gran cantidad de plantas que devoran...se les considera, medioambientalmente hablando, el enemigo número uno del país...En muchos bosque vi trampas para ellos y creo recordar que se suelen hacer batidas de control...animales de costumbres nocturnas, ya me llevé un buen susto una noche que extendí el saco en una marquesina en una carretera... y no era cuestión...




Con las primeras luces puse rumbo hacia la derecha por un sendero que previo paso por un río, muy crecido cuando lo invadía la marea alta como bien pude comprobar (tuve que llevar la mochila y ropa en la cabeza en plan porteador) llevaba al lugar que nombra el cartel...suponía un recorrido de unas siete u ocho horas entre la ida y vuelta y viendo siempre "lo mismo": la inmensidad de una playa, el océano a un lado y la vegetación a otro, la nada suprema que invadía todo...BAHÍA DE LOS ESPÍRITUS...cómo resistirse a este nombre, enigmático, sugerente, acompañado además por el de PANDORA, el mítico nombre con el que bauticé a la bicicleta que tanto me acompañó por este mundo...Arriba a la izquierda en dicha foto se puede ver el final de la inmensa playa en herradura, interrumpida sólo de vez en cuando por la entrada de algún regato... 
 







...y las fotos siguientes son la muestra del lugar más lejano al que llegué, el extremo de esa playa que se vislumbra en las fotos anteriores...











Esta monotonía sólo aparente, sublime bella monotonía, se vio zarandeada al regreso en que me llamó la atención una oquedad en un pequeño acantilado... 



   









 



  ...Yo no sé cuánto tiempo pasé en aquel lugar...parecía que Neptuno y Poseidón habían estado ajustando cuentas: "este para ti esta para mí...", repartiendo las alhajas del mar, dejando el resto para contemplación de algún mortal que se le ocurriera pasar por allí... qué rato para un servidor que se pirra por una piedra...(nadie habrá echado en falta unas pequeñas joyas que de este generoso tesoro me traje y qué ahí andan entre mis momentáneas pertenencias...cuando paso por donde están me gusta mirarlas, tocarlas... y me acuerdo...)











 A la hora convenida me encontré con el conductor del día anterior y mis nuevos acompañantes dispuestos para el regreso a Kaitaia...

Un rato de sandboard en la gran duna y un par de paradas ya de nuevo en la famosa playa de las 90 millas...






...una de las "atracciones" del viaje: el armazón de un coche 
que se fue quedando enterrado
 en la arena...


Para rematar las emociones del día, el conductor, maorí, mientras el vehículo se deslizaba por la arena, entonó con emoción y recogimiento uno de los cantos fúnebres que suelen acompañar la despedida de las almas que parten una vez abandonado el cuerpo…Era un canto entrañable, evocador, no importaba no entenderlo…

...y así fue mi ida al lugar más lejano...Gracias a mi alumno Dylan (y a los libros) saco a la luz estos recuerdos y comparto estas fotos que desde 2007 aguardaban su momento...  


...irás muy lejos y un día al despertar verás que has llegado al lugar de donde partiste...

10 comentarios:

  1. Hola amigo Don Antonio, ahora no tengo tiempo, SALUD Y UNABRAZO.

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    1. Cualquier comentario en cualquier momento llega bien...y ya voy preparando otra página....que la saque y la leas con salud y a ver si mientras nos cambian de fase...un abrazo

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  2. Hermosa página donde las haya... Evocadora y sugestiva...
    Estoy agradecida por los viajes que he podido hacer... pero también por esos que no haré y que sin embargo disfruto a través de tus maravillosas fotografías y de tu texto tan ameno... Un deleite!
    ¡GRACIAS! Un abrazo grande.

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    1. Si yo no la hubiera escrito me hubiera gustado que otro la hubiera hecho y que yo pudiera acceder gracias a ella a un sitio tan lejos al que no será fácil ir...
      Así que ,amiga Mari Carmen, contento de haberte llevado a aquel confín de nuestro planeta...Lo que no pude descubrir es porque le llaman Bahía de los Espíritus...
      Un abrazo...y algo de espiritus habrá en la próxima página...

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  3. Amigo don Antonio, estoy dando gracias por no tener el espíritu aventurero que tú tienes, con lo de Nueva Zelanda, me has recordado que en un tiempo lejano, la empresa en la que yo trabajaba, quería abrir una mina en Nueva Zelanda similar a la que teníamos en España, y a toda costa querían que fuese a trabajar para ella, las condiciones económicas eran insuperables, pero menos mal que me negué, si no tal vez nunca te hubiese conocido. Bueno mariconadas aparte... Como siempre tengo que darte las gracias por tu esfuerzo sacrificio y dedicación para recreo de tus amistades, ya que sentados cómodamente, podemos deleitarnos realmente como si fuésemos nosotros los protagonistas de tantas aventuras. SALUD Y UN ABRAZO DESDE PONFERRADA - EL BIERZO - LEÓN - ESPAÑA.

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    1. ...por suerte, y por desgracia, la vida está establecida para que no sepamos qué hubiera pasado si en vez de tomar el camino que tomamos os hubiéramos ido por otro, por otros...Por suerte tenemos la posibilidad de fantasear sobre ello: vernos donde no estuvimos....estos días sin ir más lejos pienso lo mucho que me habría gustado no poder salir de Israel cuando empezó esto...pero también me gustó lo que me trajo aquí...Amigo César: me "esponja" que me digas que menos mal que no fuiste porque de haberlo hecho no me habrías conocido...¡aduladorrrr! (es broma)...Bueno, los caminos que nos llevaron donde estamos...Gracias, un abrazo y salud...

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  4. Leyendo tu pagina me salen recuerdos (otra vez!).
    En los primeros años trabajando como profesora algunas veces me visitaron alumnos en mi casa. En mi salón vieron la estantería con mis libros. Un alumno me preguntó: Tantos libros! No me puedo creer que has leído todos!
    El otro recuerdo se refiere a Nueva Zelanda donde estuve con mi familia (los hijos con 3 y 5 añitos) dos meses durante un año de excedencia en 1990. Viajamos y vivimos en un autocaravana, vida familiar muy estrecha y intensa. Vimos también la playa de las 90 millas y la duna (no vimos el faro) además tengo una foto con este indicador de camino con mi hijo, que tenía 5 años (el domingo siguiente va a cumplir 35). En la isla norte nos gustó la peninsula Coromandel con su paisaje suave casi mediterráneo y sus playas bonita. Justo allí en la playa Gerd encontró por casualidad un amigo alemán de Freiburg (Selva Negra) al que no había visto durante no sé cuantos años. Nos saludamos, nos quedamos, tomamos unas copitas juntos. El amigo y su mujer vivían por vacaciones en un pueblo (Pauanui) en el que las casas tenían sus propios embarcaderos para barcos y aviones y, por supuesto, un garaje. Muy impresionante, para gente con debilidad por la movilidad un paraíso.

    "Ponte la frente al sol y las sombras quedarán atrás" (Proverbio Maori)

    Bueno, el saludo de los Maoris: nariz con nariz y frente con frente no es posible en estos momentos de las distancias.

    Un saludo del Rhin
    Ulrike

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  5. ...Amiga Ulrike...precisamente en Coromandel conocí a unos alemanes...tal vez en mi diario lo anotara...¡què cruce de caminos la vida!...y la de vueltas que hay que dar para al final encontrarse con alguien...y ahora citas la Selva Negra, uno de los destinos que más veces he visitado, incluso he llevado a amigas, a mi hermana...te escribo y noto cómo me "ausento" a los lugares que cito, que citas...gracias...un abrazo y hasta otro rato...

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  6. Antonio, acabo de regresar del "lugar más lejano", Cabo Reinga, ya nunca se me olvidará ¡Gracias a esos alumnos que hacen preguntas tan particulares!

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