Pero esto no es a lo que iba, ni los perfúmenes, ni los controladores, ni los libros...Fue como una hora antes,esperando el bus del aeropuerto en Alcalá de Henares, cerca de la Puerta de Madrid.. Parecía estar bajo una autopista cigüeñera...yo las veía yendo y viniendo, yendo con los picos vacíos y volviendo de donde fuera con material entre ellos, estarían construyendo o sencillamente reformando su nido...mientras miraba el rodar incesante de los coches miraba a las pobres cigüeñas cuyo único desarrollo ha sido incorporar a sus materiales de construcción la adaptación, puede que curricular, de nuevos materiales: plásticos, telas, alambres,sabe Dios, que unir a los de toda la vida, ramas, ramitas,hojas...
Unos días después, tras el paso por Atenas, retomo ruta y voy a Nauplio, la primera capital de Grecia tras sacudirse el dominio turco, en pleno Peloponeso. He reservado en el familiar Hotel Artemis. El amable señor que me recibe, poco mayor que yo, al decirle que soy de España (cañón) va directo al grano...¿Real Madrid or Barcelona?...desde los días balcánicos no me habían planteado el famoso dilema que me acompaña desde el viaje por los países árabes aquel 1989 y que tomo como una forma de decirme que estoy de nuevo en viaje, y con más gestos, educados, que palabras le digo al buen hombre que soy de Granada y que a mí el fútbol ni fu ni fa, cosa no del todo cierta ...Subo las escaleras agradecido porque me ha venido el recuerdo de aquel 1989 cuando iba por estos peloponesos con Pandora, la bici, y me detuve en una curva con mirador para admirar el ondulado paisaje de viñedos, olivares, naranjos, almendros, cipreses...un paisaje como de Arcadia feliz, y al poco se detuvo un coche del que bajó un hombre de mediana edad, que era como la mía de entonces, y una niña de doce años según pude saber después...El hombre se dirigió a mí en francés y tras saber que era de l´Espagne me preguntó de quelle ville...de Granada, le respondí...El hombre, con evidente emoción, llamó a su hija, me la presentó, se llamaba Margarita, (yo no tardé en imaginarme que era la famosa famosa Margarita Margaró *...), y como sentenciando le comunicó: "este hombre es de la tierra de Federico García Lorca"...y este cuento o anécdota tiene un sitial en la legión de mis recuerdos... Una vez ya en mi habitación, la número 1, con vistas a la fortaleza de Palamidi, me acordé de un tiempo pasado o futuro, quién sabe, en que al decir que eres de España puede que te preguntaron o preguntarán "¿Lorca o Machado?...
* https://youtu.be/ZzFVyBFTzIw
https://youtu.be/VcJJVaV_snE
Paso el diez de marzo en el sitio arqueológico de Epidauros, lugar que excede con mucho al renombrado teatro,un prodigio de arquitectura y acústica...Dedicado al dios de la medicina, Asclepio, es natural que me acordara de las suntuosas ruinas albanesas de Butrint, con igual dedicación...El teatro, el odeón, el estadio, los baños, el albergue para acoger la afluencia de peregrinos en busca de la salud perdida...Camino en solitario entre las ruinas y doy en acordarme de las cigüeñas alcalaínas en esta tierra de dioses, héroes y pensadores...En esta historia de la Humanidad en la que estamos contrasta tanto desarrollo para tan poca, puede que nula, evolución. A acomplejar las cosas llamamos desarrollo, mientras en lo auténtico somos los mismos...como las cigüeñas, hemos cambiado incorporando nuevos materiales, otro tipo de ropas nos cubren,otras máquinas facilitan la vida..sí, todo eso...¡Cuánto hemos cambiado para seguir siendo los mismos, lo mismo!, nos hemos rodeado de cuatro externidades pero seguimos en mantillas en lo fundamental, el incaduco quiénes somos, de dónde venimos y dónde vamos, nacemos un día, vivimos otros (como buenamente podemos, vegetando, carneando, subsistiendo, sobreviviendo...) y otro buen día nos vamos...Hermanas cigüeñas...
Ya por la tarde, para despedirme, regreso al teatro y allí me aguarda el colofón, tragicómico, del día...oigo una explicación en castellano y a ella me voy arrimando como si no fuera conmigo,todo interesado...El guía, peinando canas hace tiempo, se afana en su trabajo explicando de manera amena y bien documentada, con múltiples detalles, mezclando historia del lugar y mitología: el papel del coro en las tragedias griegas, el origen del nombre de Edipo, los ditirambos, el mítico nacimiento de Dionisos etc... A veces, para dar oportunidad a su grupo, pregunta sobre esto o aquello... las salidas de tono, qué bochorno, papi, qué vergüenza, las payasadas o el puro pasar de su paciente y perfecta explicación hacen que mire de reojo al personal: un profesor de buen año y una profesora de buen ver no se coscan lo más mínimo antes los disparates de sus pupilos que no buscan sino la risa fácil de sus compañeros...Al menos yo me entero de cosas muy interesantes y ya cuando el grupo se dispersa, todos con sus móviles, que tampoco han dejado antes, me acerco al guía y platico con él, os imagináis de qué...Tal vez estáis pensando que los chicos eran de bachillerato...¡quia!...eran estudiantes universiarios, ¿y sabéis de qué rama?....de Arte, como lo estáis leyendo...
Salgo del sitio arqueológico y me voy caminando, por puro gusto, al pueblo de Ligourio, donde el bus de regreso a Nauplio y me acuerdo por un momento de aquella frase, no recuerdo de quién...más o menos decía..."cuando pienso en las nuevas generaciones no sé si sería mejor que fuera la última"...La tarde cayendo estaba...
en el DODECANESO griego...
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