jueves, 26 de mayo de 2022

...UCLÉS...

NI MIENTO NI ME ARREPIENTO

NI DIGO NI ME DESDIGO

NI ESTOY TRISTE NI CONTENTO

NI FÍO NI DESCONFÍO

NI BIEN VIVO NI BIEN MUERO

NI SOY AJENO NI MÍO

NI ME VENZO NI PORFÍO

NI ESPERO NI DESESPERO.

...Siempre me ha llamado la atención esa otra forma de llamar a lugares que por similitud, a veces un tanto peregrina y no pocas arbitraria, ese rebautizo que parece dar mérito a lugares sobrados del mismo, como si el sitio fuera inferior y necesitara un padrino más famoso...debe ser cosa de marketing, de puro turismo, no exento de cierta poesía si se quiere...Así, a capitales como Brujas, Ámsterdam, Estocolmo o Copenhague se les suele colgar el sobrenombre de Venecia del norte... la Venecia del norte belga, la Venecia del norte sueca...y lo mismo ocurre, claro, en España...el mismo Bécquer, en una de las cartas que escribió en aquella su temporada en el monasterio de Veruela, citaba a Tarazona (la de Aragón, que otra hay en la Mancha) como la Toledo del norte, aunque dicho calificativo se le suele adjudicar mayormente a la navarra Estella, joya arquitectónica en el camino de Santiago francés...(le debo hace tiempo una visita, concretamente al albergue donde hice noche con mi hermana aquel año 2000 en nuestra peregrinación desde Roncesvalles, una visita para comprobar si mis abarcas forman parte de la exposición de piezas de los peregrinos tal y como me dijo el hospitalero que haría si se las enviaba, como hice, una vez concluida el camino, todo caminado con ellas... )...La pequeña Versalles se suele llamar al magno, real, palacio de la Granja en Segovia...y así un montón de  sobrenombres que pueden mover al asombro porque el parecido, habiendo los que se quieran, se saca muchas veces por los pelos...es el caso del agreste bello lugar de Ayna, la cinematográfica Ayna, en la albaceteña sierra de Alcaraz, a cuya entraba reza, o rezaba, que lo tengo en foto, un generoso cartel dando la bienvenida a la Suiza manchega...

En fin, es todo esto un preámbulo del caso que me ocupa... ciertamente hay un parangón evidente por su grandiosidad arquitectónica, su potente fábrica, su majestuosa adustez...hablo del Escorial, de los Escoriales españoles...Está el Escorial, el genuino Escorial madrileño... y está, se levanta en Monforte de Lemos, Lugo, el sobrenombrado Escorial gallego, que es el Colegio de Nuestra Señora de la Antigua, visitado cuando el Camino de Invierno a Santiago; helo aquí:  

 ...y está el caso que me ocupa: el Escorial manchego, o, dicho como corresponde, el Monasterio de Santiago, en la histórica localidad conquense de Uclés cuya estampa bajo el lema de Jorge Manrique abre esta página...

...Imponente, se alza junto a los restos del castillo en el cerrete que emerge del pueblo, sirviéndole de baluarte y mirador. Son muchos los avatares por los que ha pasado el lugar hasta llegar a la serena actualidad en que es el turismo en sus múltiples manifestaciones el que ha sentado plaza en él, como acontece por doquier. Fue monasterio, claro, escuela, hospital de sangre, prisión y seminario menor...Como tal seminario lo conocí en mi anterior visita en octubre de 1989. Justo un año después, ya en plena crisis de vocaciones, cerró, pasando los seminaristas a Cuenca y siguiendo el Obispado conquense como propietario del inmueble...Representaciones varias, conciertos, bodas, eventos... y, por supuesto, las visitas, han tomado el relevo de los siglos, una buena forma de mantener en pie, en uso, de sacar adelante el majestuoso monumento...leyendo sobre su azarosa historia asombra que se mantenga ahí, sólido, airoso, desafiante; fue testigo de guerras de todo signo, y de paces, siempre efímeras... Por él, como por tantos otros lugares de España, además del natural desgaste que conlleva el propio tiempo, pasaron las arrasadoras tropas francesas, pasó la desamortización de Mendizábal y pasó la guerra civil, las tres bestias negras de nuestro gran patrimonio...a las que se une, en gran galope, la creciente falta de cultura actual...

...se aprecia en su construcción el paso  del tiempo hasta su conclusión; cada siglo trajo su estilo y fue imprimiendo su huella...Estilos plateresco, herreriano, churrigueresco se amalgaman, dando un singular carácter al lugar...


Ahora, más de treinta años después de aquella visita, llego a Uclés formando parte de mi andada en el llamado Triángulo Manriqueño cuyos otros ángulos son Castillo de Garcimuñoz y Santa María del Campo Rus...Estos tres lugares conformaron el, digamos, omega de Jorge Manrique...ah, el gran Manrique, ese que queriendo inmortalizar a su padre se inmortalizó a sí mismo en esa elegía que conforman las cuarenta estrofas de las coplas a la muerte de su padre, esa cumbre de fusión entre la filosofía y la poesia. En las cercanías del Castillo de Garcimuñoz fue donde cayó herido; lo llevaron al campamento instalado en Santa María del Campo Rus, donde murió, y finalmente fue depositado, como caballero de Santiago, al igual que su padre, en el monasterio de Uclés...Con el paso de las atilanas tropas napoleónicas se perdió el rastro de la tumba de ambos, a saber...



Es Uclés hoy un verdadero remanso, un lugar magnífico para pasear, tiene un entorno natural admirable, arbolado, con fuentes, paseos...y soledad...parece increíble que tras tanta historia haya devenido en tanto sosiego...podría incluirse, lo mismo que los pueblos del citado triángulo, más aquellos que crucé en el camino (Saelices, Montalbo, La Almarcha, Pinarejo...) dentro de la tan nombrada, machacada, España despoblada, esa España que solo retoma su pulso cuando las fiestas del lugar y en verano, cuando regresan los que se fueron, la historia que conocemos...







Llegué en autobús desde Tarancón, paseé, comí en la Posada del tío Perico, volví a pasear, realicé la visita, di una vuelta por los alrededores...así hasta que la tarde fue cayendo y comprobé que tenía guardado un ilustre y acogedor suelo donde retomar el saco y la esterilla que no usaba desde la isla griega de Donousa y que ya daba por jubilados...No es gloria personal menor, a estas alturas y con esta osamenta que me aguanta de pie, a veces ni sé cómo, el hecho de haber regresado a tomar suelo como lecho solo mediando el saco de dormir, algo a lo que dije de renunciar por salud hace dos años...tal vez es un relumbre, tal vez un canto de cisne...lo cierto es que en Uclés, en este lugar con toda apariencia de haber sido las escuelas, hoy lugar para los ancianos o vecinos en general, cuando vengan en verano, digo yo, monté el campamento y resulta que descansé y dormí como no recordaba, acunado por el rumor de la fuente cercana, el kiú de los autillos, el silencio y el amanecer de otras aves canoras...me parecía haber retomado mis mejores tiempos ruteros...volví a leer las coplas antes de apagar el día, dejándome mecer al compás de los elementos citados...




...como bien dijo Antonio Gala, Jorge Manrique es sin duda uno de nuestros mayores lujos. Valga para cerrar esta página el epitafio sobre la losa también desaparecida:   
AQUÍ YACE MUERTO EL HOMBRE / QUE VIVO QUEDA SU NOMBRE 
(está en construcción un reportaje que recoja lo visto y sentido en este triángulo manriqueño) 

6 comentarios:

  1. Amigo don Antonio, no se como tienes valor para dormir en el suelo, a estas alturas, ya no tienes que demostrar nada a nadie, y menos a ti, que ya sabemos todos los que te conocemos que estas en plena forma física y sobre todo mental. He disfrutado mucho de tu reportaje, ya que como siempre, aprendo un montón de cosas, y visito lugares, que de otra forma, me resultaría, casi imposible de conocer, y mucho menos con la profundidad de detalles que suministras gracias a tu visión, que captas los pequeños detalles, los que realmente le dan valor a las cosas, las que no cuestan dinero. GRACIAS. SALUD Y UN ABRAZO DESDE PONFERRADA - EL BIERZO - LEON - ESPAÑA.

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    1. Buenas, amigo César. Aunque ha pasado mucho tiempo desde tu comentario solo ahora he podido entrar a responderte, respuesta que no es otra sino agradecerte, como siempre, tus palabras. Salud desde Almuñécar...

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  2. Cómo me gustaría recorrer esto parajes con la mochila por equipaje, y volver a gozar, por hotel, de la esterilla y el saco apostados a la puerta de una vieja ermita. No sé si lo aguantaría dos noche seguidas, pero me gustaría intentarlo. Tu relato ha despertado mi aburguesado gusanillo. Estoy por pedir permiso..., sacudirme un poco la comodidad, y volver a sentir que todo es posible.

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    1. ...la verdad, amigo Pepe, después de haber estado en tu casa considero natural que te debe costar mucho arrancar de alli, de un lugar tan grato, con tanto árbol, tanta verdura, tan bien ventilado, tan tranquilo...una verdadera, y "peligrosa" zona de confort...Quién sabe si la vida no te ofrecerá en bandeja la opción que comentas...sea con salud...

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  3. ¡Qué hermosa esta página! Me ha gustado mucho el preámbulo, (esa costumbre de comparar unos lugares con otros para atraer turistas...), las magníficas fotos que ilustran el texto tan bien explicado, y, cómo no, el tema que tratas... Jorge Manrique, cuyos versos, según Antonio Gala, nos acunaron a varias generaciones de estudiantes... (No sé ahora con los nuevos planes de estudios)
    Me sorprendió y me agradó que volvieras a usar el saco de dormir... Buena señal. Ojalá puedas repetirlo. ¡SALUD! Y GRACIAS.

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    1. ...imposible, ignoro el motivo, amiga Mari Carmen, poder comentar con el teléfono y tener que esperar a volver al ordenador. Gracias por tus palabras y me alegro llevarte a casa algo del mapa y de la historia de España...y sobre la vuelta al saco...la verdad que ni yo mismo lo esperaba...respondí a un llamado interior...y así fue...

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