domingo, 1 de agosto de 2021

...MALVA MARINA...

...yo soy aquello que nadie desea recordar y en ello reside precisamente la razón de mi existencia: recordarle a todo el mundo la posibilidad de que algo salga mal...(libro "MALVA", de Hagar Peeters) 


              

...para mi sorpresa, para mi alegría, quién me iba a decir que mi joven amigo José Carlos, de La Gomera (podría decir que alumno porque me llama maestro, como la buena gente de allí, gran lujo a estas alturas de pedagogías jubiladas), con este amigo con el que suelo leer al alimón y comparto viajes literarios, quién me iba a decir que me iba a regalar, muy ignorante yo de ello, este viaje, también literario, en el que estoy...(Países Bajos y Bélgica, julio 2021)...De todas formas, labor es de los alumnos llenar alguna de las infinitas lagunas de los maestros, y alegría para estos verse superados por aquellos...

  Bastante más de un año después de haber leído este libro le pregunto y me cuenta cómo llegó a conocerlo:

"Pensaba que fue en la radio pero anoche recordé que lo leí en el periódico, un artículo sobre el nuevo libro de Hagar Peeters, lo que llamó la atención fue el nombre de Neruda en el titular, por eso lo leí, y conocí la historia de la niña y de su madre. Luego le hablé a usted del libro, me lo regaló, con postal incluida, y acabó con usted de retiro en el Dodecaneso".

...y me lo documentó con esta foto...

...total, que desde que lo leí accediendo al conocimiento de Malva y a una historia de Pablo Neruda totalmente desconocida para mí, ya puse en marcha el proyecto de peregrinar un día al cementerio viejo de Gouda...

...Viajo a Gouda en tren desde Amsterdam. Con el teléfono de guía y tras un buen rato caminando junto a un canal llego al camposanto. Son las diez en punto y mientras por un paseo de guijarros blancos accedo a la entrada veo cómo las puertas metálicas se abren, seguro que por un resorte puntualmente programado, se abren lentamente como si estuvieran aguardando mi visita. La mañana fresca, nublada, solitaria, tal vez cubriendo la nostalgia del lugar. La vista general -salvo para un errático como yo- es un tanto desconsoladora: abandonado, dejado de la mano de Dios, las tumbas, sus estelas verticales, emergen de los hierbajos y sólo están al aire, visibles, las cobijadas bajo grandes árboles, inmenso tilos que aroman el sitio...





Echo a andar por el paseo central dispuesto a peinar el lugar como he hecho en otras búsquedas, zigzagueando, tengo todo el tiempo que quiera y el cementerio es pequeño...pero no tengo que buscar: apenas caminados unos metros ella viene a mi encuentro... 





...aquí descansa nuestra querida
 Malva Marina Reyes 
nacida en Madrid el 18 de agosto de 1934
 y fallecida en Gouda el 2 de marzo de 1943...

La placa que hay al pie de la tumba, de no fácil lectura, data de 2005 y es cortesía de la comunidad chilena en Holanda. Tiene grabado en español y holandés uno de los cuartetos que Federico García Lorca le dedicó:

Niñita de Madrid, Malva Marina,
no quiero darte flor ni caracola,
ramo de sal y amor, celeste lumbre,
pongo pensando en ti sobre tu boca.

Son cuartetos, leo, que el poeta escondió al conocer la enfermedad de la niña, una hidrocefalia...

Malva Marina, ¡quién pudiera verte,
delfín de amor sobre las viejas olas,
cuando el vals de tu América destila
veneno y sangre de mortal paloma.

El elefante blanco está pensando
si te dará una espada o una rosa;
Java, llamas de acero y ramo verde,
el mar de Chile valses y coronas.

¡Quién pudiera quebrar los pies oscuros
de la noche que ladra por las rocas
y detener al aire inmenso y triste
que lleva dalias y devuelve sombras! 

Ya, abandonando el cementerio, en el que he pasado casi dos recogidas horas, reparo en las aves que han puesto el contrapunto sonoro a la nostálgica visita: agateador común, curruca capirotada y mirlo (desde que un amigo me puso en el teléfono la aplicación para identificar los trinos no paro). Y también reparo en un tablón de anuncios que no me apercibí a la entrada:



(habiendo un cristal por medio con mi pena me quedé de no poder deshacer este entuerto)  


Flanqueado por estos símbolos siempre presentes en nuestros cementerios para recordarnos nuestra fugacidad, salgo del recinto; me quedan muchas cosas que ver, que disfrutar, en este viaje, hijuelas del mismo que no hubiera hecho sin saber de Malva Marina, gracias a José Carlos que me saco del limbo nerudiano en el que estaba...


Recordé cuando visité las tres casas de Pablo Neruda en Chile: la Chascona, en Santiago, la Sebastiana, en Valparaíso y la de Isla Negra, en cuyo jardín, frente al Pacífico, reposan sus restos una vez que se exhumaron del cementerio municipal de Santiago. No guardo documentos, diapositivas o fotos, de dichas visitas ocurridas en mi periplo americano con Pandora allá por 1999. En la de Isla Negra, una casa realmente encantada, se me fueron los ojos tras la colección de copas que se exhibían en una estantería. El guía me contó que al poeta le gustaba beber en copas de cristal de color, para que así no supieran qué estaba bebiendo...(siempre lo recuerdo cuando tomo algo en una de mis copas de lujo...)
...Lo que me extraña es que en los seis meses de 1994 que pasé en Chañaral, Atacama, en los que contacté con gente leída, bibliotecario etc. no me llegara noticia alguna al respecto... 

Para los que no lean el libro del que estoy tratando haré un somero, muy somero, resumen. Es la vida de MARUCA, así llamaba Pablo a María Antonieta Hagenaar, la que fue su primera esposa, holandesa afincada en Java y a la que conoció en el tiempo que fue cónsul en aquellos remotos lares. Parece, licencia personal, que aquí tendría cabida el su famoso  verso...fue tan corto el amor y tan largo el olvido...
 

Se trasladaron a Madrid donde nace Malva Marina, lo que sería su gran alegría y, no lo dudo, su mayor tristeza. 
Ufano estaba el padre con su hija, y lo estaba tanto que no veía, no quería, o no querría ver la hidrocefalia severa con que había nacido...Y así, por aquella su residencia de la casa de las flores, calle Princesa esquina Hilarión Eslava, fueron desfilando sus amigos para mostrarles a su hija...El testimonio de Vicente Aleixandre conmueve y aterra.. 


"Llegamos a una casa, aquí rosa, flores en las ventanas, persianas verdes. El brillo era más suave, pero el sol no se negaba. Volvió la cabeza. El campo, inmediato entonces, sin edificación interpuesta, dejaba pasar el aire azul de la sierra. Todavía siento su aroma como un mensaje que hasta aquí llegaba. Nos envolvía y nos despedía a la puerta misma de la casa. Subimos unos escalones. Pasa, Vicente. Un salón, y Pablo desapareció. Enfrente, una amplia balconada, y en el fondo un gran pedazo de enorme cielo. Salí a la terraza corrida y estrecha, como un camino hacia su final. En él, Pablo, allá, se inclinaba sobre lo que parecía una cuna. Yo le veía lejos mientras oía su voz: Malva Marina, ¿me oyes? ¡Ven, Vicente, ven! Mira qué maravilla. Mi niña. Lo más bonito del mundo. Brotaban las palabras mientras yo me iba acercando. Él me llamaba con la mano y miraba con felicidad hacia el fondo de aquella cuna. Todo él sonrisa dichosa, ciega dulzura de su voz gruesa, embebimiento del ser en más ser. Llegué. Él se irguió radiante, mientras me espiaba. ¡Mira, mira! Yo me acerqué del todo y entonces el hondón de los encajes ofreció lo que contenía. Una enorme cabeza, una implacable cabeza que hubiese devorado las facciones y fuese sólo eso: cabeza feroz, crecida sin piedad, sin interrupción, hasta perder su destino. Una criatura (¿lo era?) a la que no se podía mirar sin dolor. Un montón de materia en desorden. Blanco yo, levanté la vista, murmuré unos sonidos para quien los esperaba y conseguí una máscara de sonrisa. Pablo era luz, irradiaba irrealidad, sueño, y su ensoñación tenía la firmeza de una piedra, el orgullo de su alegría, el agradecimiento hacia un fruto celeste.

Con el comienzo de la guerra civil Pablo lleva a su mujer y a su hija a Montecarlo...y ahí empezó el abandono definitivo. Maruca y su hija, pasando penurias sin cuento, marcharon a Holanda. En Gouda, a través de unas comunidades cristinas, encuentra un matrimonio que se hará cargo de Malva, fueron unos auténticos padres adoptivos. Maruca trabaja en lo que puede para conseguir el sustento y visita regularmente a su hija...de todos los documentos que he leído en la red, no podía sospechar que hubiera tantos, solo en uno se habla de que el poeta no faltó a sus deberes en el pago de la manutención; son, por contra, muchos los que confirman todo lo contrario...y es inexcusable que, no solo por su hija, sino que en una vida de tantos viajes no se hubiera acercado alguna vez a visitarla...un frustración no exenta de crueldad queda reflejada en el fragmento de esta carta a una amiga suya: ...mi hija, o lo que yo denomino así, un ser perfectamente ridículo, una especie de punto y coma, una vampiresa de tres kilos... 


Muere Malva, de hecho vivió más de los normal en estos casos. La vida de Maruca, nunca feliz, fue a mayores desgracias. Detenida por los nazis por tener pasaporte chileno, fue llevada al campo de concentración de Westerbork (compartió estadía con Ana Frank) de donde fue liberada por las tropas canadienses en 1945. Tres años después viaja a Chile a cerrar el doloroso capítulo nerudiano; regresa a Holanda donde muere de cáncer en 1965 desapareciendo sus restos en una fosa común. Tal vez  lo más parecido a la canción desesperada de Neruda... 
En el libro de Hagar Peeters se lee este fragmento como puesto en la boca del poeta......la poesía fue mi vocación y mi misión en la Tierra. Además, con mi obra poética ayudé a más gente de la que podría haber ayudado de haberme centrado únicamente en el cuidado de mi hija…
 

Vuelvo de Amsterdam. Apenas desembarcado en Almuñécar me acerco a la biblioteca a por el libro CONFIESO QUE HE VIVIDO, las memorias que Pablo escribió. El libro lo leí hace décadas, estaba de maestro en los Pirineos, recuerdo cómo me gustó: una vida tan azarosa, plena de viajes, contactando con tantos poetas, sus compromisos políticos, sus múltiples libros, la admiración que causaba por doquier, el premio Nobel, los reconocimientos continuos, el vividor que era en el sentido lato...De hecho, no me han faltado ocasiones en mi vida, sobre todo en la conciencia de los últimos años, cuando muchas plenitudes se juntaban, que para resumir un día o una continuidad de sensaciones, tan placenteras como agotadoras, siempre relacionadas con los viajes temporales que confluían en un viaje... pensaba o escribía: confieso que he vivido...
Hago un escrutinio del libro y encuentro:
...mi soledad se redobló. Pensé en casarme. Había conocido a una criolla, vale decir holandesa con algunas notas de sangre malaya, que me gustaba mucho. Era una mujer alta y suave, extraña totalmente al mundo de las artes y de las letras. (varios años más tarde, mi biógrafa y amiga Margarita Aguirre escribiría, acerca de aquel matrimonio mío, lo siguiente: "Neruda regresó a Chile en 1932. Dos años antes se había casado en Batavia con María Antonieta Hagenaar, joven holandesa establecida en Java. Ella está muy orgullosa de ser la esposa de un cónsul y tiene de América una idea bastante exótica. No sabe el español y comienza a aprenderlo. Pero no hay duda de que no es solo el idioma lo que no aprende. A pesar de todo, su adhesión sentimental a Neruda es muy fuerte, y se les ve siempre juntos. Maruca, así la llama Pablo, es altísima, lenta, hierática") Eso es toda la referencia que hace en sus memorias a su primera esposa, madre de su única hija. De ella, NADA. Triste, muy triste. Me molesta que en sus memorias me escamoteara este detalle... y que él, que tanto hizo por tanta gente, hiciera tan nada por la carne de su carne. 
Desde Holanda participé a bastantes amigos esta ida a la tumba de la abandonada Malva. Constaté que no había sido yo el único que desconocía esta historia del universal poeta. Hubo comentarios de todo tipo, todos válidos, todos justificados y justificables. "no soy quién para juzgar a nadie" me dijo un amigo, y es suficiente. La genialidad no tiene por qué ir unida a la idea que tenemos de buena persona, se puede ser un gran poeta y un pésimo padre, ser un excelente pintor y un maltratador de compañeras sentimentales...Los ejemplos abundan en la historia. Parece que pega aquí el evangélico quien esté libre de pecado...¡qué sabemos de lo que hay en los oscuros de la mente, de la nuestra, cuánto más en la de los demás!... El Pablo escritor permanece indemne dentro de mí, cuántos ratos de buena lectura, cuántos versos me han venido que ni pintados para ilustrar, completar, escritos míos, pies de foto etc. Cuántas músicas por Paco Ibáñez, Mikis Theodorakis etc. etc. Del Pablo padre...
He tratado de contar mi experiencia viajera y lectora, en ambas muy agradecido.
        
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¡Cuantas vueltas tiene que dar la vida, cuantas idas y venidas, cuántos caminos, qué trabajos de la red personal...para que en un avión de Ryanair, en asientos contiguos, coincidamos Lea y un servidor!...Es 21 de julio, avión Málaga/Amsterdam. Lea (Leonarda María es su nombre completo) ocupa el asiento de la ventanilla y servidor el del pasillo, quedando el del medio para compartir bolsos y libros y un espacio de diálogo que seguramente ambos presentíamos. Empezamos a platicar, me contó en un trabajado y empeñoso español que tiene 71 años, es holandesa pero que vive desde hace años en Coín, Málaga, y que va unos días a Amsterdam a ver a su hijo, que es actor, a presenciar su nuevo espectáculo...Me preguntó, claro, sobre mi viaje a Holanda...Le mostré la foto del libro y noté cómo se interesaba. Conocía a la escritora, Hagar Peeters, y con gestos ya que la palabra no le llegaba me dijo que era, digamos, combativaalternativaPor supuesto, no tenía ni idea de la hija abandonada por el poeta. Yo le conté la historia por encima. Tomó cumplida nota del libro y me dijo que lo iba a proponer como lectura a un grupo con el que compartía lecturas que igualmente iba a visitar estos días. "No nos gustan los libros de fama, de actualidad, este debe ser muy interesante".......................... han pasado unos días y cuando estoy completando esta no fácil, lo reconozco, página, recojo esta batería de wasaps que me han ido llegando de Lea...
-He encontrado el libro Malva. Voy a leer en la próximas semanas.  
-Buenas noches, espero que el libro me gustará
-No tengo un libro de papel. Leo en mi libro digital.
-He leído algunas páginas y que que es un idioma muy poética.

-Poco difícil hacer una foto por la luz en el vidrio.
-Estoy a la mitad del libro. Sé ahora que no es mi libro favorito o escritor favorito. El libro es demasiado poético

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En fin...la sombra de esta niña se ensancha ganando en este su futuro el presente que le fue negado...luce, humilde y airosa, como esta malva que ha medrado en el silencio de su tumba...  
Niñita de Madrid, Malva Marina,
no quiero darte flor ni caracola,
ramo de sal y amor, celeste lumbre,
pongo pensando en ti sobre tu boca.  


11 comentarios:

  1. Siento una profunda tristeza al leer esta página. Nunca he sentido predilección por Neruda, ahora creo que menos, aunque reconozco un interés por la historia.
    cuando dice eso de "la poesía fue mi vocación en la Tierra...", quizás a modo de escusa del poeta, siento ira, por ese desvarío. Yo si lo juzgo, se puede ser un buen poeta y un mal padre, pero eso no escusa su comportamiento.
    Escribe sus memorias y no dice nada de su única hija. Incompresible. Recuerdo a pessoa que tanto te gusta: "el poeta es un fingidor". Un embustero. Un vividor..., pero sin conciencia.

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    1. Con gusto participé esta página, a sabiendas que la mayoría ignoraba el dato y que provocaría la justa polémica.Como he comentado a un compañero, es todo,TODO, tan subjetivo. Leí hace tiempo de la relación de Pablo Picasso con sus mujeres.....o, para qué ir tan altos: las personas que abandonan a sus seres queridos en residencias etc etc..los seres humanos somos pozos y hay mucha oscuridad en el interior. Tras lo de Malva reconozco mi decepción con el Pablo padre, pero me es imposible tras una vida adjurar de su labor de escritor...creo que soy indulgente por naturaleza...aunque prevalezca un motivo egoísta: que lo sean conmigo..yo qué sé...Un abrazo.

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  2. Qué historia más triste, qué dolorosa, ... Me ha dejado conmocionada. ¡Pobre Malva Marina! Y pobre su madre!!! Cuánto sufriría...

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    1. Me imagino, amiga María Carmen, que la historia está compuesta de historias tristes de las cuales sabemos apenas una mínima. Difícil imaginarse del calvario de esta mujer hasta su muerte...

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  3. Amigo D. Antonio, la verdad... despues de darte 3 vueltas a todo, me quedo con un regusto a desasosiego, que no me deja, ni expresarme en una dirección, ni en la contraria, me voy a contener, por que si empiezo a despotricar, seguro que el resultado seria peor. Me dejas pasmado, por la capacidad de trabajo que se necesita para preparar todo lo que nos has regalado. SALUD Y UN ABRAZO DESDE PONFERRADA - EL BIERZO - LEON - ESPAÑA.

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    1. Parece, amigo César, que has captado la dificultad, dificultades, con que me encontré al confeccionar esta página. Al fin, todo poco si aporta algo a los amigos.
      Salud y un abrazo

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  5. Lo de hoy no tiene ningún sentido, he tenido problemas con la cuenta para publicar comentarios

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  7. Yo publiqué un comentario.... que veo que no se ha guardado.
    Es igual.

    Pienso en relacion al objeto del articulo..... que la genialidad no está reñida con grandes oscuros en el genero humano.... ; quizá exigimos, sin mucho sentido, una excelencia uniforme en todas las facetas de la vida, a personas que son capaces de lo mejor y lo peor... en los distintos entresijos de la vida....

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