...estaba en Baguio, 260 km al norte de Manila. A ratos llovía torrencialmente, era cuando la gente se refugiaba como podía en tiendas, locales, aleros, toldos... Se tomaba un leve descanso el aguacero y todos volvíamos a la faena. Mucha gente se aprestaba a tomar uno de tantos autobuses que partían del lugar. Allí, viendo estos bolsones apretados de flores, fue donde me apercibí que se acercaba el día de Todos los Santos y, parejo a él, el de aquellos que partieron en la nave que nunca ha de tornar...no es preciso añadir que Filipinas es un país mayoritariamente católico, diría que, salvando tantas distancias, es como una Polonia en este sudeste asiático.
Todo este gentío, pequeña muestra del que no se ve, da idea del incesante caudal humano de todo el día, un maremágnum que me hizo decir algo que cada vez digo menos, nunca vi nada igual...un apretado y abigarrado desfile intercalado de puestos de vendedores, de proclamas, de olores, de mendigos... todos camino al Cementerio Norte de Manila, camino literal, por primero de noviembre, y figuradamente, como vivos, camino de su se acabar y consumir (Manrique, don Jorge, siempre rondando)...
Días antes había visitado el no imprescindible cementerio de Vigàn, donde me llegué por ser ciudad patrimonio de la Humanidad, joya colonial. Me sirvió para constatar en lápidas, cierto que no exento de humor por su contenido, lo que ya había visto en nombres de calles: que si el español como lengua hablada es lengua muerta en Filipinas, se mantiene bien viva en la forma escrita.
(En 1973 se elimino el español como idioma oficial, quedando como tales el tagalo y el inglés)
Estas últimas lápidas ya son del Cementerio Norte de Manila: buen día 🤦♂️, Todos los Santos, dije de visitar dicho cementerio, el más populoso de esta populosa, agotadora urbe...
Había leído algo que me recordó a aquella ciudad de los muertos en El Cairo, casi no recuerdo cómo llegué hasta allí aquel 1989, quiero decir que fui al cementerio pero no esperaba encontrar esa fusión entre vivos y muertos...en el caso de Manila ya iba preparado, aún así...
...cualquiera diría, viendo estas fotos, que nos encontramos en una calle de pueblo, de tantos pueblos, incluso de un humilde lugar costero...
Estoy en plena calle del cementerio, una de tantas...en el desfile había visto familias enteras, cargando bolsos, neveras, sombrillas...dispuestas a pasar el día. La mayoría se perdía por entre las callejuelas, pasos mínimos, que se abrían a las calles principales...puestos de comida y bebidas como en cualquier calle extramuros del camposanto.
Claro que para observar la vida de pueblo, de barrio, que allí se vive, ciudad de vivos en ciudad de muertos, no es el día de Todos los Santos el más adecuado...dejo referencias tomadas de la red que se completan con estas imágenes...
...en sus 50 hectáreas, en fusión con tumbas y difuntos, viven muchas familias; los panteones van pasando de generación en generación, si no son propietarios los pueden tener y a cambio mantenerlos limpios...tiendas de proximidad, vecinas en su cháchara, taller de motos, siestas, como vi, sobre las tumbas, comida en mesa que es la propia tumba...
El origen viene de antiguo: la superpoblación, el aumento de la pobreza... Resulta que se vive mucho mejor en este hábitat que en tantos lugares de esta inmensa Manila, estoy seguro. Si un día regreso a la capital de Filipinas volveré a este cementerio en un día cualquiera y ver su vivir de cada día...Este cementerio ha supuesto un hito, otro más, en mi ya extensa vida de necrovisitador o trotatumbas o...no encuentro otra palabra, pero la aceptaría si alguien me la proporciona.
Al fin fuera de la marabunta, por calles menos transitadas, nunca solitarias o descansadas, buscando el camino del metro que me acerque lo más posible a mi lugar de recogida, me encuentro este toldo, esta carpa, con toda la pinta de un puesto con publicidad electoral (varios he visto), miro al pasar y veo, qué veo, un féretro abierto, un velorio...me siento a unos metros en un tranco, cosa no fácil de hallar, y observo...un hombre retrepado en una hamaca con su ventilador, unas sillas vacías, una mujer que llega con un plato de comida y alli lo va comiendo, dos muchachos que llegan, miran el interior y se van, una mujer dando el biberón a un niño que lleva en brazos y con el que igualmente se asoma a la caja...puedo vislumbrar por la foto que es una mujer la difunta...
Voy llegando a mi hotel; en las escaleras de un paso elevado, allí sigue ocho o diez horas después desde que lo vi por la mañana este buen hombre que por ciego y evangélico puede llamarse Bartimeo, como me recordó mi querido compañero el padre Víctor Manuel. Allí seguía sentado, como al día siguiente...(¿tengo derecho a quejarme de algo a la vista de esto, por no añadir más?)...
Llego a mi habitación (hotel WOW BUDGET) y no siendo un exceso de comodidad la considero, no obstante, al fin de este día, un verdadero campo de paz, que es lo quiere decir la palabra alemana (Friedhof) para nombrar al cementerio...AGRADECER es mi única oración.
...ET LUX PERPETUA LUCEAT EIS...
Extraordinaria y detallada descripción. Cautivadora transmisora de grandes y únicas vivencias .
ResponderEliminarGracias, amigo de Dílar, desde un lugar de Bali. El mundo es tan inmenso como agotador...y poder contemplarlo es un privilegio..
ResponderEliminarAmigo don Antonio, no puedo por menos, que sentirme agradecido por tu publicación, como siempre mostrándonos lugares, tan distintos para nosotros, como tan reales para otras personas, lo cierto es que poder conocer dichos lugares, sentados delante del ordenador, sin rudos, ni fríos, ni calores, y con una descripción grafica, que te hace sentir que estas participando en todo el recorrido que tu ya has realizado, en este caso, me sentí como si fuese un "camposantero", muchísimas gracias maestro. SALUD Y UN ABRAZO DESDE PONFERRADA - EL BIERZO - LEON - ESPAÑA.
ResponderEliminarHas definido muy bien, César, mis pretensiones viajeras: que los demás sientan desde casa lo que yo veo desde "la mía".
ResponderEliminarSigamos, por tanto.
La muerte, "más allá del amor" (Luis Cernuda, Te quiero), es el tema clave de la filosofía, de la teología, de muchas de tus páginas, y aparte de las nubes intelectuales se nos acompaña a todos en nuestras vidas. El tema de la muerte nos une, cada país, cada religión, cada cultura, cada tribu tiene sus tradiciones para luchar contra el olvido o lugares, "donde habite el olvido" (Cernuda). Son ellas los entierros, los cementerios, las costumbres del luto.
ResponderEliminarEn este sentido somos iguales pero practicamente somos muy distintos. Eso aprendo leyendo tu página. Vivir con los muertos, en cementerios, estar en plena calle con un féretro abierto, nunca he oído eso.
Podría ser que tenga algo que ver con la superpoblación, la pobreza, la falta de espacio, de hogares, pisos como lo explicas. Podría ser que sea la influencia del clima o de las costumbres de antaño, una mezcla cultural. En Europa la muerte casi es un tabú aúnque también están cambiando y individualizando los rituales.
Diría la muerte es parte de la vida pero no tanto....
Gracias Antonio por esta página interesantísima y por el poéma (Te quiero) de Cernuda que me mandaste por recordar el aniversario de su muerte. Me gustó mucho.
...la muerte es la vida misma, son las dos inseparables caras de una moneda. Si nos interesa o apasiona la muerte no es sino porque estamos interesados y apasionados por la vida. Todo va a su se acabar y concluir, el río que no cesa de fluir...
ResponderEliminarIgnoro de dónde viene mi "fijación" por la muerte o si ya venía con ella como vienen otros con facilidad para pintar o componer música, ser padres o dedicarse a Dios...me siento bien leyendo y releyendo todo lo que encuentro, tanto, que escribieron tantos...son agradecidos puntos de apoyo, referencias, luces, hitos...para seguir...el resto, es silencio...
Este viaje en el que ando me ha permitido conocer más...aunque no sepa más..