viernes, 19 de enero de 2024

...Postales de CABO VERDE...

🎶¿QUIÉN TE MOSTRARÁ 
ESE LARGO CAMINO?
SODADE, SODADE...🎶
(en la voz de Cesària Évora)
(mapa como los de antes, en el Museo de la Escuela, en Praia)
...la idea de venir a Cabo Verde no era nueva: recogía el ya viejo testigo de completar mi viaje, ojalá también mi conocimiento, a la MACARONESIA...
Tras las mis CANARIAS, vividas y sentidas desde aquel 1980 en que llegué, y que sigo ejerciendo (de hecho allí quedé empadronado, en La Gomera, supongo que para los restos) y donde no falto, visité hace años el dúo de MADEIRA (Madeira y Porto Santo) y aquellas nueve de AÇORES, más bellas en mi recuerdo cuanto más tiempo pasa.
Tenía que venir y completar con CABO VERDE, cerca del sentimiento luso y no tan lejos de Canarias, no por ello menos lejanas...ah, es justo no olvidar el pequeño archipiélago de las islas SALVAJES, deshabitadas.
MACARONESIA...suena potente ese nombre, y evocador, y sugerente...la etimología griega no da lugar a dudas: μακάρων νησοι,makaros (feliz) y nesos (isla), las ISLAS FELICES, BENDITAS, AFORTUNADAS...Hablamos de etimología, repito. Y de mitología: es el lugar donde pasaban a morar los héroes difuntos, resumo muy escuetamente.
No lo pensé, no estoy ya en tiempo de dilaciones, saqué el pasaje, 400 € i/v desde la Gran Canaria a la isla de Sal, gestioné el simple visado, leí lo que pude sobre ellas, me documenté y... andando. La Navidad estaba al caer...tenía justo un mes.
...mi plan era, obviamente, pasar unos días en cada una de las nueve islas (hay una décima, Santa Luzía, deshabitada), dificultades en las combinaciones marítimas y ajustes de calendario impidieron dar una vuelta por Maio y Boavista, dejándolas para esa segunda orden (decía mi madre), hipotética, que nunca o casi nunca llega...
Ya a lo largo y ancho de este mes justo por el país, he ido enviando, cierto que poco equitativamente, muchas vistas de lo que vi, en algunas incluso trascendiendo lo que sentí. Recordando la recomendación del amigo y compañero de seminario, Mariano, he procurado, lo hago siempre, ser buen embajador ocular, haciendo el papel de ventana por donde se asomen los que tan lejos quedan...
Ahora, en estas postales, varias de cada una de las islas que visité, reflejo imágenes no precisamente de las que publicitan un lugar, sino de lugares un tanto esquinados, bien por su tema, su lejanía, su curiosidad o mi momentáneo criterio...
Empiezo, por ejemplo, con la isla de FOGO. Mi buena patrona de hospedaje de Sâo Filipe, Domingas, con la que mantengo comunicación vía wasap, en uno de los días previos a la subida al volcán, me recomendó ir a la Ponta da Salina...ella no me habló del cementerio, cementerio de Marcela, que allí se levantaba, soberbio y humilde frente al Atlántico, y creo que ya abandonado...es uno de esos melancólicos lugares que aguardan mis cuitas, de esos con que suelo soñar, sintiendo que los pocos muertos que allí descansan, todos, me esperan y me susurran... es el mar que no deja de batir, es el Tiempo, son todos los tiempos...

... recordé otros cementerio marinos (Saint Louis, Bonifacio, Stromboli...y el literario de Paul Valéry, claro)
En SANTIAGO, a una media hora de colectivo desde Praia, capital de la isla y el país, se llega a Cidade Velha, Ciudad Vieja, que antes se llamaba Ribeira Grande de Santiago. Estas ruinas conforman el único patrimonio UNESCO en Cabo Verde (hay otro, inmaterial, la Morna, un tipo de música/canción que abunda en el tema de la nostalgia, tristeza, sodade...) y fue votado como una de las siete maravillas dejadas por los portugueses en países que ya no forman parte de su territorio...fue el primer establecimiento colonial europeo asentado en la zona tropical. Esta ciudad conserva parte de su trazado urbano primitivo, en el que subsisten edificios y espacios admirables: dos iglesias, una fortaleza real y la Plaza de la Picota con su rollo de mármol esculpido en estilo manuelino (siglo XVI)...
Las vi en todas las islas por las que pasé, cierto que donde menos en aquella de Sal, tan reseca. Y hasta creo que es familia muy próxima de aquellas que se daban en el desierto del Néguev, Israel, y que me cobijaron un par de noches...Mi buen patrón Fernando, en el hospedaje de São Nicolau, me lo confirmó, con numerosos y para mí interesantes añadidos...Es la acacia americana, acacia del desierto...en los años 70 del pasado siglo se inició una portentosa labor de forestación y se optó por esta especie dada su fácil adaptación y su gran resistencia a la sequía...y sí...medró, y bien, se propagó por doquier y hoy se considera planta "invasora"...
Sin duda uno de los hitos de la isla de SÃO NICOLAU es el lugar llamado Carbeirinho. Allí, la Naturaleza se ha esmerado en deconstruir la roca y componer un cuadro con curvada paleta de vetas frente a un océano embravecido que no da tregua. El lugar merece, y tanto, el esfuerzo de llegar, queda retirado para ir como voy, pero no faltan colectivos que te dejan a un par de kilómetros de andada...los turistas llegan, vi una pareja con un guía, llegan, digo, miran el tremendo embate del mar, bajan las escaleras, contemplan, un rato, fotografían y ya está todo visto...
...Servidor, por no volver por el mismo camino, siguió el trazado costero en dirección al par de casas que se llama Barril...fue echar a caminar y empezó la alucinación...
...mi citado patrón Fernando, caboverdiano y de la propia isla, no daba crédito a las fotos que le mostré esa tarde. Me dio su teléfono y me pidió se las enviara todas por wasap...
...me vino a la memoria Petra, desiertos en miniatura, palacetes de gnomos, torres de Babel, modelos de Gaudí... nunca vi nada igual, un museo de cientos de metros, de figuras muy frágiles, en permanente construcción/destrucción...

Es, sin duda, el referente internacional caboverdiano. Cesària Évora, la cantante de los pies descalzos, de vida azarosa antes de alcanzar el merecido éxito. Con el tiempo de mi viaje ya reducido, mi plan mayor de llegar a SÃO VICENTE y su capital Mindelo (capital cultural del país) era rendir visita al par de lugares que la recuerdan y su lugar de reposo, junto a su madre, en el cementerio...
Homenajeada en las calles de Mindelo, en el aeropuerto de São Vicente y en los billetes de dos mil escudos...🎶 Sodade, Sodade 🎶...
...no me faltaron ocasiones para comprender que estaba en la Macaronesia: la asociación con los paisajes canarios fue una constante, desde aquel amanecer en que eché a andar en el aeropuerto de Sal con la impresión de Fuerteventura...barrancos profundos, telúricos, de la Gran Canaria, como por Güi Güi, paisajes de Anaga en el norte de Tenerife, las parras en el picón de la lanzaroteña Geria, los Lajiales herreños, conos volcánicos, roques y caminos de vértigo como aquellos, paisaje volcánico descarnado o ya herboso...pero sobre todo de La Gomera...confirmado por los amigos y madres de alumnos de allí a los que envié fotos....
Monumento a los que emigraron, en SANTO ANTÃO. El caso de Cabo Verde parece único en el mapa mundial: su número de habitantes ronda el medio millón, pero los caboverdianos y descendientes que viven en el extranjero, mayormente en Estados Unidos y Europa Occidental, triplica esa cifra...Domingas, mi patrona de Fogo, tiene una hermana en Tenerife y quiso que echara con ella un rato de charla...
...precisamente acabando el periplo llego a SANTO ANTÃO, justo en la fecha de su santo, patrón de animales (en esta fecha siempre recuerdo que en este día hace años pasé caminando junto a su ermita llegando a Cómpeta, Málaga. La señora que barría la puerta tras el evidente acto que allí hubo, me dijo: ay, qué pena, si hubiera llegado usted un poco antes, que el cura ha bendecido a los animales...)...y parece que cuadra aquello de que hasta san Antón pascuas son (iglesia de san Antonio, de Padua/Lisboa, en Pombas).
Hoy, la palabra globalización ha tomado otros derroteros con tantos aspectos positivos como tantos no tanto. Viajando observo cómo estábamos globalizados sin saberlo, desde el remoto de los tiempos...viendo cómo en todos los sitios (Cabo Verde, Alpujarra, Canarias, Bolivia, Perú...) se hacía lo mismo con el mismo fin con los materiales locales... estos bancales (llanos, canteros, andenes...según lugares), estos caminos...vivir, sobrevivir era el oficio...y trasladarse una necesidad...ES.
Fue en el puerto de Praia, la capital de Santiago y del país. Me aprestaba a tomar el barco DONA TUTUTA (el nombre hace referencia a una pianista y compositora caboverdiana) rumbo a otras islas. Formaba yo parte de la gran cola que una vez pasados los controles iba subiendo lentamente a la nave...en esto, uno de los policías que controlaban el acceso me hizo una seña, no estaba seguro que fuera a mi, me insistió y me acerqué pensando en el natural a ver qué pasa ahora, cuando ya iba llegando a su lugar me señaló que siguiera por donde acababan de pasar un par de madres con chiquillos y un señor con muletas...evitando la cola. Yo tenía ese privilegio, supongo, por el estropeamiento (los viajes y la intemperie, la buena mala vida, comen mucho) o, más exactamente, en término portugués, por idoso (viejo, mayor, anciano, aún con mochila...por cierto, me gusta la palabra que se emplea aquí para jubilado: reformado, que me completa aquella que escuché en Brasil, aposentado...) total, que sin pretenderlo -bueno soy yo que veo cómo se me cuelan por doquier- me salté el buen rato bajo el sol, calor...me acordaba de aquello que dijo no importa quién: Todos quieren llegar a viejos pero nadie confiesa que ya llegó. Confieso que soy, estoy, viejo, oficialmente en Cabo Verde, aunque ya tuve exitosos ensayos en otros lares...cuesta mucho llegar a la cumbre como para no airearlo, un poco al menos...
Hay por ahí una lista con las maravillas naturales de Cabo Verde más votadas..
...el volcán de Fogo, playa de Carbeirinho, Monte Gordo, Monte Cara, salinas de Pedra de Lume...¡Sean!
...voy a añadir esta, por ser la última personal que encontré y por hermanamiento con el tormo de la conquense ciudad encantada...
...Ocho barcos, dos aviones, varios taxis, muchos colectivos, unos 400 km de andares...mil recuerdos en mi retina e inolvidable el de aquellos dos pies...
Siempre me ocurre; parece, es, inevitable: a la hora de partir comienza, comenzaría, la hora de seguir, ahora que uno ha tomado el pulso del país, que ya acabaron los escarceos, que tiene el truquillo pillado, que comprobó que se puede caminar por doquier, qué hacer mejor y qué mejor no hacer, detalles del transporte público, el ajuste de los  precios, ahora que ha visto el poder de un humilde bom día, casi siempre seguido del tudo bem, que ha visto una como cálida antigua inocencia en tanta gente con que se ha cruzado y hablado, ahora que tal vez ha descubierto el sentido de esa palabra enigmática, bonita, prometedora que lo cautivó desde el principio, morabeza, cuyo significado gustó antes de buscarlo...(calidez, hospitalidad, acogida...).
...Hoy, que no soy todavía viejo, puedo soñar en las islas del Sur y con Indias imposibles...Cualquiera de los sueños es el mismo sueño, porque todos son sueños. CÀMBIENME LOS DIOSES LOS SUEÑOS, PERO NO EL DON DE SOÑAR...
(Fernando Pessoa, Libro del Desasosiego)
(Esperando el vuelo a Gran Canaria, un mes después, cierro página en el aeropuerto de Sal en compañía de las moscas, que siguen campando a sus anchas)
ES LA HORA, TODA, DE AGRADECER...