sábado, 23 de abril de 2022

...PODEROSO CABALLERO...

Don Francisco de Quevedo y Villegas pasó cuatro años en una cárcel de León (mira por donde, vueltas de la vida, dicho lugar es hoy el hostal de San Marcos, un parador nacional, y no de los más asequibles)...Allí fue como consecuencia de ser acusado de espionaje para los franceses, o por unos escritos, no podía ser menos, en los que de alguna forma citaba al valido real, el omnipotente, intocable, conde duque de Olivares...Una vez cumplida la condena, con la salud muy quebrantada, decide retirarse a su feudo manchego de la Torre de Juan Abad; pero los mismos motivos de salud le impelen a marchar a Villanueva de los Infantes, lugar con doctores y más fácil atendimiento, instalándose en una celda del convento de los dominicos...donde fallece unos meses después (septiembre de 1645).


Ir a Villanueva de los Infantes, rendirle cumplida visita, con Quevedo y don Quijote por un lado y su trazado y arquitectura por otro, era otro, uno más, de esos planes personales que peinaban canas, ya con peligro de colapso...A la vuelta del viaje por los países del golfo Pérsico y de camino, más o menos, de Madrid a Almuñécar, era el momento...




Mi día y medio en este lugar de la Mancha dio para mucho, tanto de lo previsto como de lo imprevisible. No voy a promocionar a Infantes, como se suele llamar, a secas, incluido como está en esa lista de los pueblos más bonitos de España, donde son todos los que están pero no están todos los que son, ni voy a indagar sobre la vinculación del lugar con la obra cervantina, ni adjuntar más información sobre Quevedo y la ciudad que la que ya he esbozado. Valgan las fotos alusivas, ilustrativas de la ciudad, su callejeo, sus edificios en esa piedra moliz que le da carácter y color (un color que me recordó al de Petra, tan fresco en mi memoria)...y me centraré en un motivo muy concreto que encontré, inesperado, relativo a nuestro gran Quevedo, ese del que Borges dijo, entre otras cosas, que es en sí mismo una literatura...un motivo que me encontré justo en el lugar donde falleció...


Se trata de un concurso anual, así me lo contó la encargada de la visita al convento del santo Domingo, un concurso de caricaturas que convoca el Ayuntamiento de Infantes en torno a la figura de Quevedo. En el pasillo aledaño al refectorio, entre este y el claustro, se exponían obras del último certamen...



...Dibujos, caricaturas, realizados por gente de muchos países ilustran con no poco ingenio (gracia, picardía, tristeza, resignación, arte...) detalles de la vida/obra del autor del Buscón, y es fácil deducir que mayormente giran en torno a aquella gran poesía sobre el dinero, glosando, loando, el noble/vil metal...

Madre, yo al oro me humillo,
él es mi amante y mi amado,
pues de puro enamorado
de continuo anda amarillo.
Que pues doblón o sencillo
hace todo cuanto quiero,
poderoso caballero
es don Dinero.

Nace en las Indias honrado,
donde el mundo le acompaña;
viene a morir en España
y es en Génova enterrado.
Y pues quien le trae al lado
es hermoso, aunque sea fiero,
poderoso caballero
es don Dinero.

Al igual que verde que te quiero verde, viento en popa a toda vela, o caminante no hay camino, el verso poderoso caballero es don dinero ha pasado a formar parte del  acervo popular, y más popular si cabe cuanto que en la mayoría de las ocasiones quien lo nombra desconoce su autoría...
  
Es Galán y es como un oro,
tiene quebrado el color;
persona de gran valor
tan cristiano como moro;
pues que da y quita el decoro
y quebranta cualquier fuero,
poderoso caballero
es don Dinero.

Son sus padres principales,
y es de nobles descendiente,
pues que en las venas de Oriente
todas las sangres son reales.
Y pues es quien hace iguales
al duque y al ganadero,
poderoso caballero
es don Dinero.



¿Más a quién no maravilla
ver en su gloria, sin tasa,
que es lo menos de su casa
doña Blanca de Castilla?
Pero pues da al bajo silla
y al cobarde hace guerrero,
poderoso caballero
es don Dinero.

Sus escudos de armas nobles
son siempre tan principales,
que sin sus escudos reales
no hay escudos de armas dobles;
y pues a los mismos robles
da codicia su minero,
poderoso caballero
es don Dinero.



Por importar en los tratos
y dar tan buenos consejos
en las casas de los viejos
gatos lo guardan de gatos;
y, pues él rompe recatos
y ablanda al juez más severo,
poderoso caballero
es don Dinero.

Y es tanta su majestad,
aunque son sus duelos hartos,
que con haberle hecho cuartos
no pierde su autoridad.
Porque pues da calidad
al noble y al pordiosero,
poderoso caballero
es don Dinero.




Nunca vi damas ingratas
a su gusto y afición,
que a las caras de un doblón
hacen sus caras baratas;
y, pues les hace bravatas
desde una bolsa de cuero,
poderoso caballero
es don Dinero.

Más valen en cualquier tierra
(mirad si es harto sagaz)
sus escudos en la paz
que rodelas en la guerra.
Y pues al pobre le entierra
y hace proprio al forastero,
poderoso caballero
es don Dinero.




No menor, igual de esclarecida, exponente preclaro de nuestra realidad cotidiana, y en la misma onda de esta otra...Es amarga la verdad...

Pues amarga la verdad,
quiero echarla de la boca;
y si al alma su hiel toca,
esconderla es necedad.
Sépase, pues libertad
ha engendrado en mí pereza
la pobreza.
¿Quién hace al ciego galán
y prudente al sin consejo?
¿Quién al avariento viejo
le sirve de río Jordán?
¿Quién hace de piedras pan,
sin ser el Dios verdadero?
El dinero.
¿Quién con su fiereza espanta,
el cetro y corona al rey?
¿Quién careciendo de ley
merece nombre de santa?
¿ Quién con la humildad levanta
a los cielos la cabeza?
La pobreza.
¿Quién los jueces con pasión,
sin ser ungüento, hace humanos,
pues untándoles las manos
los ablanda el corazón?
¿Quién gasta su opilación
con oro, y no con acero.
El dinero.
¿Quién procura que se aleje
del suelo la gloria vana?
¿Quién siendo tan cristiana,
tiene la cara de hereje?
¿Quién hace que al hombre aqueje
el desprecio y la tristeza?
La pobreza.
¿Quién la montaña derriba
al valle, la hermosa al feo?
¿Quién podrá cuanto el deseo,
aunque imposible, conciba?
¿Y quién lo de abajo arriba
vuelve en el mundo ligero?
El dinero.

...desde muy joven que la leí y posteriormente tantas veces como la escuché en la voz de Paco Ibáñez, me llamó poderosamente la atención ese quién siendo tan cristiana tiene la cara de hereje y ese otro quién hace de piedras pan sin ser el Dios verdadero...sublimes definiciones de la pobreza y el dinero...



...y ya en faena, cometería un imperdonable desliz, un injustificable descuido, si no completara este poemario al dinero con la más que acertada relación que al respecto escribió en plena edad media el egregio arcipreste de Hita (de las treinta y ocho que la componen, valgan estas ocho estrofas, pasadas a castellano actual, cantadas igualmente por Paco Ibáñez)

Hace mucho el dinero, mucho se le ha de amar;
al torpe hace discreto y hombre de respetar;
hace correr al cojo y al mudo le hace hablar;
el que no tiene manos bien lo quiere tomar.

También al hombre necio y rudo labrador
dineros le convierten en hidalgo doctor;
cuanto más rico es uno, más grande es su valor,
quien no tiene dinero no es de sí señor.

Y si tienes dinero tendrás consolación,
placeres y alegrías y del Papa ración,
comprarás Paraíso, ganarás la salvación;
donde hay mucho dinero hay mucha bendición.

Él crea los priores, los obispos, los abades,
arzobispos, doctores, patriarcas, potestades,
a los clérigos necios da muchas dignidades,
de verdad hace mentiras, de mentiras hace verdades.

Él hace muchos clérigos y muchos ordenados,
muchos monjes y monjas, religiosos sagrados,
el dinero les da por bien examinados,
a los pobres les dicen que no son ilustrados.

Yo he visto muchos curas en sus predicaciones
despreciar al dinero, también sus tentaciones,
pero, al fin, por dinero otorgan los perdones,
absuelven los ayunos y ofrecen oraciones.

Dicen frailes y clérigos que aman a Dios servir
mas si huelen que el rico está para morir,
y oyen que su dinero empieza a retiñir,
por quién ha de cogerlo empiezan a reñir.

En resumen lo digo, entiéndelo mejor:
el dinero es del mundo el gran agitador,
hace señor al siervo y siervo hace al señor;
toda cosa del siglo se hace por su amor.

 







...qué poco y al mismo tiempo cuánto se puede escribir tras estos versos de los preclaros don Francisco de Quevedo y don Juan Ruiz...Ah, el dinero...En mi cotidianidad no puedo ver como algo normal, y sí mágico, alquímico, milagroso, actos tan prosaicos, que hemos acabado por hacer naturales, acciones que a millones se ejecutan al cabo del día en el mundo...Hablo de introducir una tarjeta, un cacho plástico, por una ranura y tras un breve tecleo se abra el oh sésamo, y salga dinero, dinero, y con él puedas tomar café o comer en el bar cercano, pagar las viandas en el supermercado, comprar un libro o un billete par ir donde tengas que ir... y una serie de pormenores que de tan corrientes ya ni reparamos salvo que alguien que no puede hacerlo nos lo venga a recordar y nos fastidie la momentánea ración de  felicidad...la cantidad de gente que no se puede poner en los mismos felices bretes... Esa forma de energía que igualmente es el dinero, el sabor de ganarlo, tenerlo, gastarlo, sin abuso, sin aferramiento, fluyendo, con respeto y agradecimiento...bonita palabrería, puede pensar alguien, cuando no te falta...
 Ah, el dinero. Hace apenas unos días, en los entornos de la citada Petra, y en Ammán, y por motivos que no vienen al caso, pude constatar la de puertas que cierra y abre su presencia o su ausencia, lo que facilita o entorpece...pero también volví a comprobar que hay un valor que escapa al todopoderoso caballero, que acaba vinculando a los seres, humanos, que al fin y al cabo somos...
 ...tengo un recuerdo para un taxista de los que estaban al asalto de turistas a la salida del recinto de Petra. A sabiendas que me pedía un precio abusivo por llevarme al lugar donde me hospedé en Wadi Musa (no pude haber reservado uno más lejano) convine que bien, que de acuerdo...voy a subir al coche pero me reclamó que antes le mostrara el dinero...Ahí te quedas, me salió en español, al tiempo que daba un educado portazo...Un centenar de metros más arriba estaba el restaurante Palm Court. Me agradó la forma en que me abordó el muchacho captador de clientes a la puerta del mismo. Me senté, comí platitos varios (hummus, mutaba...), pagué con lo que le iba a dar al taxista... y el dueño, al frente de la cocina, tuvo el detalle de salir a platicar conmigo, preguntarme de dónde era, contarme que había sido cocinero en Berna y al saber dónde me hospedaba no dudó en llevarme en la camioneta allí aparcada...Al día siguiente, viernes (en España, viernes de dolores), viernes de ramadán, mi plan era poder llegar a dormir en Ammán, pero no había autobuses...un buen hombre, a saber quién lo envió, se cruzó en mi camino y me llevó a Ma´an...no, no voy a caer en la tentación de contar, ni sucintamente, la odisea, la serie de vicisitudes que acontecieron hasta que llegué a la humilde habitación del hotel Nobel de la capital jordana...ah, el dinero, su presencia y su ausencia...


Permitida y hecha esta digresión volvamos a Quevedo, a los lugares de su omegaSubamos al lugar, la celda, donde se hospedó y murió el eximio autor de La hora de todos y la fortuna con seso...







...y concluyamos con el  lugar donde se guardan parte de los huesos que lo sustentaron, seguro que sin polvo de ningún tipo. En esta iglesia de san Andrés, en la armoniosa, hermosa plaza Mayor de Villanueva de los Infantes, fue enterrado Quevedo. Sus restos fueron al fin localizados y testados en este siglo y reposan en una arqueta en la cripta de un altar lateral. Los actos de semana santa, preparativos de procesiones y altares, impidieron ver la arqueta que los contiene y que se puede observar al activarse la luz una vez pisas un cristal sobre la cripta. Una vez más, la red vino en mi ayuda...




...ya cerrando la página me sale al encuentro este soneto, imposible negarle el paso...está al final del final del dinero, de la vida, de su todo y su nada, su súplica, su remate...Gracias,  don Francisco...  

Un nuevo corazón, un hombre nuevo
ha menester, Señor, el Alma mía:
desnúdame de mí, que ser podría
que a tu piedad pagase lo que debo.
 
Dudosos pies por ciega noche llevo,
que ya he llegado a aborrecer el día,
y temo que he de hallar la muerte fría
envuelta en (bien que dulce) mortal Cebo.
 
Tu imagen soy, tu hacienda propia he sido,
y si no es tu interés en mí, no creo
que otra cosa defiende mí partido.
 
Haz lo que pide el verme cual me veo,
no lo que pido yo: que de perdido,
aún no fío mi salud a mi deseo.



domingo, 17 de abril de 2022

...mi Cita en ALEJANDRIA...


...Viajes, Literatura, Filosofía...en estos tres pilares sustento, en cumplido resumen, la motivación, el ánima, de estas páginas que echo a volar de vez en cuando. El caso de esta que acabas de empezar a leer lo considero un paradigma de la intención expresada:
Viaje/Alejandría, norte de Egipto, delta del Nilo, ciudad con sobrada, reconocida, historia...
Literatura/Kavafis, la poesía de este hombre, y un libro ya lejano que me la reveló...
Filosofía/el contenido, el profundo sentido, la vinculación de estos versos a la la propia vida, su trabazón con la mía...
...podría ser una página para viajeros sedentarios, poéticos irreverentes , filósofos irredentos...
El arranque de esta página se remonta varias décadas atrás en mi vida...cómo sospecharlo entonces...ni remotamente...
...este libro es el origen de todo. Allí debe estar, reposando, tomo a tomo, lomo con lomo, portada a contraportada, junto a otros centenares, cubierto de polvo y silencio, fieles gregarios del tiempo, en un lugar de La Zubia dentro de mi compleja geografía personal familiar. Seguramente debe tener una fecha y, sobre todo, una dedicatoria. Antes de este, pese a todo, noble y silente destino, nunca olvidado, el libro fue pasando de casa en casa de maestro, acompañando mi peregrinar pedagógico. Sí recuerdo que tenía el sello de una librería, de vida efímera, parece connatural, que abrió sus puertas en los soportales de la calle Ganivet, en el lado de Correos, antes de llegar a la plaza de la Mariana. Estoy hablando de Granada, claro. Era la Librería Mujer. Y mi amiga María Luisa fue quien me lo regaló. Pongamos que finales de los 70, primeros de los 80.

...y este es su autor, el poeta, Konstantinos KAVAFIS (1863-1933)...
...Que yo recuerde, creo que no lo conocía por aquel entonces, no tengo certeza ni datos al respecto, siendo así que a ella, a mi amiga Luisa, le adjudico este hecho y le debo que lo pusiera en mis manos, y corazón, y ahora, tantos años después, en Alejandría, lo recuerdo y lo sigo agradeciendo...
... El plan de venir a Alejandría estaba en cartera hace muchos años...y también hace ya bastantes que me iba resignando a no venir, a dejarlo dormir, roncar ya, en en el baúl de los proyectos, en armonía con otros como el subir al Aconcagua, caminar la Gran Muralla China y tantos otros que...¡para qué nombrar!, ejemplificando el hipocrático ars longa vita brevis...En estos ya declives personales, obvios y acordes, saqué a la luz el proyecto y me lo propuse como colofón de este viaje a algunos países del golfo Pérsico para el que, por circunstancias varias, tanto me costó arrancar...y, en buena lid y ánimo, no sin avatares, conseguí llegar a Alejandría y lo taché de la lista de lo pendiente posible...Alejandría, quién la vería en aquellos sus tiempos de esplendor y cómo la verían hoy aquellos que la vieron ...Aquí comparto algo de lo que me tocó...  

...El icónico, así parece que queda bien dicho, puente Stanley, no lejos del hotel donde me hospedé, fue lo primero que aprecié en la ciudad. Se encuentra en plena, larguísima, corniche alejandrina, una veintena de kilómetros de avenida, con el mar a un lado y edificios de todo rumbo y un tráfico agobiante al otro...  




...Por dicha cornisa, que en más de una ocasión me trajo el recuerdo del malecón de La Habana, llegué hasta uno de sus extremos donde se alza la ciudadela, fortaleza, de Qaitbay, que era el nombre del sultán que la mandó construir, en buena parte utilizando los sillares del famoso faro alejandrino, finalmente abatido por un terremoto...



...justo desde este ventanal de la fortaleza se divisa lo que hoy es la gran biblioteca de Alejandría, un poco, o mucho, o en parte, en recuerdo de aquella otra de la que hablan los siglos...
 



En su exterior un busto del gran macedonio Alejandro, y dentro el gran espacio y recuerdos para, por ejemplo, el premio Nobel egipcio Naguib Mahfuz, Pablo Neruda, H.Ch.Andersen, Shakespeare, Kavafis...(acabo echando en falta algo que recuerde a Cervantes...el permanente sino español...)



...no muy lejos, la gran mezquita de Abu Abbas al Mursi, (el murciano, literalmente) santo sufí del siglo Xlll... 


Es un tipo de construcción que sigue los patrones del viejo Cairo e influye a su vez en la esplendorosa, lujosa, espectacular toda ella, mezquita Sheik Zayed como pude comprobar unos días antes en Abu Dhabi...


...el día y la noche son más parecidos que Abu Dhabi y Alejandría...Volviendo a esta, ya me encamino sin dilación al motivo de esta venida, el motivo que me ha hecho el regalo de este viaje: 
la casa que habitó el poeta, Kavafis, en el barrio griego de la ciudad...
...Sin conexión en el teléfono, complejo el poder preguntar, no digamos el entender respuesta, lo nada popular del lugar... casi di con la casa de milagro. Con el papelito que previamente me había escrito en árabe una chica de las encargadas en la gran biblioteca, servidor, tan ufano, lo fue mostrando hasta que un hombre, de aspecto harto formal, una cosa que de entrada hay que fijarse si andas en estas pesquisas y ya viendo claro que me llevaba a la casa...me vi ante un edificio muy grande, tipo iglesia, custodiado por un policía que me pidió el pasaporte, que llamó por teléfono a alguien, vino un señor mayor y me dijo que lo siguiera. 
De sobra sabía que aquello no era ni de lejos la casa de Kavafis pero ya no había vuelta atrás...Me franqueó la puerta, entré, y era...una sinagoga, y no poco interesante...la visité mostrando todo mi sorprendido interés, le di al señor unos billetes y me fui...para volver a preguntar, y esta vez sí...


En un callejón con el nombre del poeta allí estaba su casa, me parecía mentira estar subiendo aquellas escaleras; me acordé de tantas y tantas casas de artistas, escritores...como he visitado y que quizá era esta la que más se había demorado...lo imaginaba subiendo y bajando estas escaleras, un día y otro, entrando y saliendo, yendo a trabajar como funcionario, periodista, a los cafés...(quitando unos años familiares en Liverpool y otros en Constantinopla, vivió toda la vida en esta ciudad...)  



Monotonía

A un día monótono, después
le sigue otro monótono, inmutable. Pasarán
las mismas cosas, que suceden otra vez.
Momentos similares nos encuentran y se van.

Un nuevo mes trae el mes que ha transcurrido.
Se puede fácilmente adivinar qué nos espera:
igual que ayer será, lo mismo de aburrido.
Y así el mañana es como si mañana ya no fuera.

...Y así fue que me vi pulsando el timbre y siendo recibido por un amable señor, pagué la entrada y las solitarias estancias todas allí estaban para mi completo solaz...



En estas habitaciones oscuras donde vivo días agobiantes,

con qué anhelo contemplo a veces las ventanas.

Cuando se abra una habrá un consuelo.

Pero esa ventana no se encuentra, o yo no sé hallarla.

Y quizás mejor sea así.

Acaso esa luz sea para mí otra tortura.

Quién sabe cuántas cosas nuevas mostraría.




VELAS
Los días del futuro se alzan ante nosotros
como una hilera de velas encendidas-
doradas, vivaces, cálidas velas.
Los días del pasado quedaron tan atrás,
fúnebre hilera consumida
donde las más cercanas aún humean,
velas frías, torcidas y deshechas.
No quiero verlas; su aspecto me aflige,
me aflige recordar su luz primera.
Miro ante mí las velas encendidas.                                                                                        No quiero volverme, y estremecerme                                                                                     al contemplar qué rápidamente se alarga la hilera sombría,                                             qué rápidamente crece con sus velas ya consumidas...

La poesía anterior, Velas, la empleo con frecuencia a la hora de felicitar a mis amigos por sus cumpleaños, entrando en amistosa competencia con la de Pasatiempo, de Mario Benedetti, que tampoco es manca...ya está más que pasada la hora de los paños calientes...la vida es muy interesante, y hasta puede llegar a ser bella, pero esa belleza incluye su finitud, su lento, o trágico, aceptado, o forzado, acabamiento...



El ajustado mobiliario de la casa está formado por sillas, una cama, algunos objetos que usara...dibujos y fotos del poeta y mostradores conteniendo gran cantidad de documentos y, sobre todo, libros en tantos idiomas a que ha sido traducido...


...y justo allí estaba el mismo libro que me regaló mi amiga María Luisa...helo aquí en el centro de la foto... 

...lo que fue una sorpresa, no pequeña, fue encontrar en una misma portada estos dos nombres, Kavafis y Pessoa, dos pesos pesados en mi vida, cierto que con muy distinto calibre...aunque una vez pasada la impresión vine a decirme "¿de qué te extrañas?"...

Un hombre viejo

En el extremo ruidoso del café, con la cabeza inclinada

sobre la mesa, un anciano se sienta solo,
con un periódico frente a él.

Y en la miserable banalidad de la vejez
piensa en lo poco que disfrutó los años
en que tuvo fuerza, elocuencia y apariencia.

Sabe que ha envejecido mucho: lo ve, lo siente.
Sin embargo, parece que era joven ayer.
Un intervalo tan breve, tan breve.

Y piensa en Prudencia, en cómo lo engañó, en
cómo siempre creyó -qué locura-
ese tramposo que decía: “Mañana. Usted tiene un montón de tiempo."

Recuerda los impulsos refrenados, la alegría
que sacrificó. Cada oportunidad que perdió
ahora se burla de su cautela sin sentido.

Pero tanto pensar, tanto recordar,
marea al viejo. Se queda dormido,
con la cabeza apoyada en la mesa del café.

En lo posible /Cuanto puedas

Y si no puedes disponer de tu vida como quieres
procura esforzarte al menos 
cuanto puedas: no la envilezcas
en el contacto excesivo con la gente
en trajines y conversaciones por doquiera.

No la envilezcas trayéndola y llevándola,
rodando sin cesar y exponiéndola
a la vulgar locura cotidiana
de tanta relación y compañía
hasta que acabe por convertirse en una intrusa.

...en estos tiempos en los que el wasap ha irrumpido, y cuán fuerte, en mi vida, de la mano de esa telefonía que tan extraña era en ella hasta hace dos años, medito de vez en cuando al amparo de estos esclarecidos versos en los que más de una vez he acabado por verme reflejado, pese a mí, pese a toda mi buena voluntad, constatando cómo me dejo arrebatar parcelas que estaban y deben estar reservadas a la necesaria soledad y sus oficios...

Tras la visita a la casa me quedaba ir al cementerio griego, ortodoxo, a ver su tumba en el panteón familiar. Aunque lo tenía localizado en el mapa, el señor de la casa museo me lo confirmó dándome todo tipo de detalles del lugar, y sobre todo una serie de seguridades que, lamentablemente, ninguna se dio...Tras caminar entre la turbamulta llegué al fin a la calle Annubis, nombrada con toda propiedad con el nombre del señor de las necrópolis y guardián de las tumbas en el antiguo Egipto, una calle que separa, une, cementerios varios a ambos lados: el anglicano, el de caídos en las guerras mundiales, el árabe cristiano, el armenio. alguno más que no pude leer, y el ortodoxo griego. Estaba cerrado. Justo en frente estaba el armenio donde a través de la verja había visto algún movimiento y allí me acerqué a ver si alguien se asomaba, como así fue. El amable señor que se asomó me dio para entender con sus gestos que me fuera a la puerta del griego, que el llamaría por teléfono...

...y en este tranco me senté, a esperar acontecimientos...A lo largo de las estropeadas aceras, sin faltar basura, había aparcados varios taxis...un taxista estaba haciendo limpieza del vehículo. Sacó después una garrafilla con agua, se sentó, se quitó las sandalias, se echó un poco de agua, se pasó la mano mojada por la cabeza...estaba haciendo las abluciones para la oración. Desplegó la alfombrilla y...pero veo que va al maletero y saca una silla plegable...y la llevó al viejo español que estaba sentado en el tranco del cementerio, y allí me la dejó con un gesto de natural amabilidad. Este taxista, en los segundos que lo miré a la cara, me recordó a mi padre, no mucho más joven, y pensé que era el taxista que todo el mundo querría encontrar por estos países donde uno no sabe...me senté agradecido y él se puso a la oración... y al fin se oyó movimiento al otro lado del portón metálico. Abre un señor rodeado de unos perros ciertamente entrenados, discípulos de Annubis, le digo como puedo el nombre de Konstantinos Kavafis y me dice que le siga, vamos sorteando tumbas, algunos monumentos admirables, todo lo miro al paso pero ni me atrevo a preguntar si puedo sacar algunas fotos. En esto suena el teléfono del hombre, se detiene, habla, termina y me dice que le siga, esta vez desandando el camino de nuevo hasta la puerta donde aguarda otro hombre que por gestos y en un par de palabras que sorprendo me dice que regrese mañana a las diez...
Al día siguiente un buen rato antes de las diez estoy allí como un clavo. Espero y espero hasta que llega un hombre nuevo que me saluda con un amigable kalimera, tan grato a mis oídos, intercambiamos unas palabras en griego e inglés, me pregunta de donde soy, spanikó, le respondo, llama por teléfono, a saber, y acaba por decirme que al cementerio pueden entrar mono elenikó, only greek, solo griegos...mi gozo en un pozo...toca conformarse, y tanto, con estas fotos sacadas de internet...Un detalle: Kavafis nació y murió un 29 de abril...

Si alguien ha tenido el detalle y, por qué no decirlo, la suerte de llegar hasta este punto de la página y ya viendo que se acaba, tal vez piense, y no sin razón, que la página no está completa...

...claro, falta una mención especial, sine qua non, a ITACA ...  
...Kavafis no publicó oficialmente nada, apenas unos opúsculos, retocando una vez y otra sus escritos...Sólo por el poema Itaca ya ganó su lugar en el parnaso...fue mi apoyo filosófico en aquel mi primer gran viaje en bicicleta, alrededor del Mediterráneo, que incluyó, en su honor, recalar unos días en la isla de Ítaka; traté de aprender que no había ni habría más miedos o temores que los que llevara dentro... Es uno de los paradigmas de poesía para vivir, una genuina declaración de principios, una referencia para viajeros, pero más aún: para el Viaje de viajes que es la propia vida...ejemplificando lo evidente: el aquí y ahora, el viaje, sus aconteceres y sus vivencias, es lo que cuenta, siendo la llegada lo de menos, una referencia, no más...

Cuando emprendas el camino a Ítaca,
desea que sea largo el camino,
lleno de aventuras, lleno de conocimientos.
A los lestrigones y a los cíclopes,
al enojado Poseidón no temas,
tales en tu camino nunca encontrarás,
si mantienes tu pensamiento elevado, y selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
A los lestrigones y a los cíclopes,
al fiero Poseidón no encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si tu alma no los yergue ante ti.

Desea que sea largo el camino.
Que sean muchas las mañanas estivales
en que con qué alegría, con qué gozo
arribes a puertos nunca antes vistos,
detente en los emporios fenicios,
y adquiere mercancías preciosas,
nácares y corales, ámbar y ébano,
y perfumes sensuales de todo tipo,
cuántos más perfumes sensuales puedas,
ve a ciudades de Egipto, a muchas,
aprende y aprende de los instruidos.

Ten siempre en tu mente a Ítaca.
La llegada allí es tu destino.
Pero no apresures tu viaje en absoluto.
Mejor que dure muchos años,
y ya anciano recales en la isla,
rico con cuanto ganaste en el camino,
sin esperar que te dé riquezas Ítaca.

Ítaca te dio el bello viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene más que darte.

Y si pobre la encuentras, Ítaca no te engañó.
Así sabio como te hiciste, con tanta experiencia,
comprenderás ya qué significan las Ítacas.

...y di por fin adiós a Alejandría que se marcha.