lunes, 15 de marzo de 2021

...VIAJES con PANDORA (2)...

...en la pasada página ya estuvimos con PANDORA en el boliviano salar de Uyuni, una alucinación de azul y blanco, de cielo y sal, de luz cegadora...Ahí estoy, lo recuerdo, más feliz que cansado, en una pretendida foto, si me permiten, de postureo...Leí que el salar de Uyuni tiene una extensión aproximada semejante a la provincia de Badajoz, la más extensa de España, y que había tener todas las precauciones caso de querer aventurarse en su interior ya que es alta la probabilidad de perderse en ese desierto blanco sin referencias...Yo llegué al hotel cuya imagen puse en la otra página, y otro día me apunté a un tour para llegar a la llamada isla del pescado, poblada de cactus gigantes; toda una alucinación, como decía...                                                                    ...Y aquí estoy, sobre la sal de la tierra, desquitándome, tumbado, de la sal que a mí me falta, tal vez porque mis recordados ahora padrino Antonio, el barbero, y madrina Josefica, por educación, no le dijeron nada al cura que me bautizó, creo que se llamaba don José... 

...a la hora de comentar este retrato lo primero que me viene a la mente es un recuerdo de infancia allí en mi pueblo, un recuerdo de cuando era monaguillo, oficio natural cuando uno es seminarista. Como tal, formando parte de mis funciones, además de tañer campanas, ayudar a misa, bodas, entierros...estaba hacer lo propio en los bautizos...Allí, en la capilla,  estaba la pila de bautizar y allí me veo con el cura don Francisco, revestido para la ocasión, y alrededor de la pila, congregados, los familiares del infante en brazos de la madrina y el padrino...empezaba la ceremonia, toda la liturgia, o casi toda, no recuerdo, en latín. Una vez que el niño, por boca de sus padrinos, había renunciado a Satanás y sus pompas (y yo trataba de imaginar cómo serían las pompas de Satanás cuando sólo conocía las de jabón y las del chicle bazoka) llegaba el momento de poner en la boca del neófito unos granitos de sal, simbolizando el gusto por las cosas de Dios...en ese crucial momento yo siempre miraba de reojillo el rostro de don Francisco para comprobar cómo se le fruncía el ceño al escuchar la recomendación del padrino u otro de los congregados:..."échele bastante para que sea gracioso"...  


...¿qué habrá sido de este muchacho, con esa cara de buena persona, que estaba con su caja de manzanas en una carretera de Siria no lejos de Alepo o de Latakia?. El chico me hizo un gesto para que me acercara: quería que le hiciera una foto con la bicicleta y ponerme en las alforjas unas cuantas manzanas, regaladas...¿qué habrá sido de él, decía, cómo lo habrá tratado la vida? Seguramente se habrá casado, tendrá hijos, quizá haya salido indemne de la guerra, o no, tal haya tenido que salir del país para escapar de ella, tal vez...cualquier cosa...Me quedo mirando retratos como este que me provocan un recuerdo envuelto en espesa bruma, y sobre él reconstruyo lo que ya no sé si es lo que pasó o lo que me gustaría que ocurriera y se me agarra un sentimiento que me atenaza hasta que otra foto viene a rescatarme...es el mismo sentimiento de la siguiente: iba tranquilamente caminando las cuestas que llevaban a la fortaleza templaria del  Krak de los Caballeros...Este muchacho se empeñó en liberarme del peso de Pandora, y allí me dejó a uno centenares de metros de la fortaleza, que puede apreciarse en el ángulo izquierdo...      


...eran los  primeros de diciembre, el invierno ya se dejaba notar, por delante se extendía la inmensidad del país turco, y pretendía llegar a Damasco para pasar allí la Navidad, haciéndolo de  sorpresa para aquellos amigos a los que también de sorpresa dejé, tan tristes, dos años antes...Salí del albergue de Estambul, vecino de Santa Sofía, antes de amanecer, para llegar con tiempo cerca del puente Gálata donde se tomaban las barcazas para cruzar el Bósforo y pasar al lado asiático. Allí despojé a Pandora de todo su equipaje, la llevé al vagón de equipajes, y nos subimos a este tren que cruzaba el país de noroeste a sudeste...A la mañana del día siguiente nos bajamos en Adana, ya cerca de las más templada costa mediterránea... 


...qué pie poner aquí...quién no conoce las pirámides, quién no ha ido aunque sea con el pensamiento...Giza, a las afueras de El Cairo...me parecía increíble estar allí, tanto por el peso histórico del lugar como por los avatares por los que pasamos Pandora y yo las semanas anteriores y cuyo relato se saldría mucho del formato en el que estamos...(el tiempo en el albergue libio de Benghazi, la pérdida del dinero, la frontera con Egipto cerrada, el vuelo Benghzi-Atenas-El Cairo pagado por el director del albergue, la casi negativa de embarque en Atenas, la pareja que me captó en el avión ayudando "sin querer" en un evidente contrabando de ropa, la bicicleta que apareció dos días después, la casa donde me llevaron y la cierta, y curiosa hospitalidad que me ofrecieron, el amigo Magdhi, las comidas en el suelo rodeados de gallinas que si se acercaban el padre mucho las espantaba con una caña...)...Tal vez un día lo narre, tal vez...Al fin salí de la casa y seguí viaje...era junio de 1989. 


...por remojarme en aguas calientes todo desvío era poco, y así fue que "fuera de ruta" llegué a las termas de Fiambalá, norte de Argentina, dos días antes de mis salvadores policías de Las Grutas, citados en la página anterior...En la secular sequedad de aquella montaña, pura roca, brotaba un manantial de agua casi hirviendo...barranco abajo se habían construido unas piletas escalonadas, más calientes cuanto más arriba, cada una con su cartelito indicando los grados...Aquí estaría en la de 38, pongamos...un placer supremo. Además, llegué por la tarde, la gente ya se estaba marchando...a mis anchas pues...La tentación era mucha: de noche me volví a remojar de nuevo, tal vez anticipando días sin higienes...Cuando me metí en el saco, con la feliz relajación propia del baño, notaba que algo se movía, sin prisas, algo...se había colado un señor sapo, puede que rana, de tamaño cumplido...

            ...pocos pedaleos tan gratos como por Alemania...Así llegué a Dormagen, cerca del padre Rhin, entre Colonia y Düsseldorf...El destino quiso que pasara por la puerta del local del centro español...y cómo no asomarme...Allí me acogieron con mucho cariño. Allí me facilitaron acomodo para dormir dos noches y pasar un día con uno de los muchachos que me me llevó a su casa, la de sus padres, a comer...en mi diario de entonces tengo anotadas jugosas anécdotas de este encuentro...Si no recuerdo mal sus padres eran de Granada...  

...estoy despidiéndome de la comunidad de religiosas de un lugar de Chiloé, al sur de Chile. Gracias a mi sobrina, monja en ese tiempo, religiosa filipense, disfruté de cálidas acogidas por cuantas casas de dicha congregación pasé, tanto en Chile, como Colombia, Ecuador y la República Dominicana. De este lugar recuerdo la anécdota que me contaron...no mucho antes había llegado un hombre así, como yo, diciendo que era cura y, claro, cómo no atender al padrecito...Le dieron posada, el celebró sus misas, las hermanas tan contentas con este servicio,  y al poco se marchó...posteriormente se informaron que ni era cura ni nada por el estilo...anécdotas al uso de las que no supe pocas a lo ancho de esta América del Sur...

...juraría que este es el destacamento de policía de Las Grutas, camino del paso de San Francisco, entre Argentina y Chile, que citaba en la página anterior. Fui a dar un paseo y contemplar el majestuoso paisaje bajo las límpidas luces matinales, las cumbres sobre 5.000 m.s.n.m. que rodeaban el lugar, de 6.000 las más lejanas...haciendo tiempo hasta que llegara la camioneta en la que seguiría para Chile... 


..foto de despedida una mañana a la puerta de una estancia en la inmensidad patagónica...En aquellas planuras sin fin, de vez en cuando a un lado de la carretera aparecía la entrada a una estancia que a veces podía quedar a 5, 10 o más kilómetros adentro, y sin la certeza de encontrar a alguien... que siempre encontré. ¡Cuánto debo a tanta gente!  


...sé que era por Brasil pero salvo que mis diarios me dieran luz al respeto, no tengo ni idea qué hacíamos en ese puente colgante...Tantos recuerdos, olvidos tantos... 

...aunque soy harto propenso a ello, prometo que yo no rectifiqué este buen cartel a un lado de la carretera que unía Uruguay con Brasil...


 
 ...el viaje de la vuelta al Mediterráneo estaba todavía en pleno rodaje, iba tanteando mis posibilidades, aquellas que por falta de experiencia no podía conocer, y aquellas que estaban a la altura de mis ilusiones...El cruce de Marruecos me puso bien a prueba y con no poco quebranto llegué al necesitado descanso en Melilla, donde me reorganicé y recargué el ánimo algo venido a menos...Aquí estamos en la casa de jóvenes de Ahfir bajo la atenta, paternal, férrea, mirada del omnipresente rey Hassan...Al día siguiente entré en Argelia y fue otro cantar...para mejor.


...el autobús va por la carretera, obvio, una carretera que no se ve. Pandora a la exigua sombra de lo que parece un eucalipto. El escenario es el desierto de Atacama en su parte peruana...Supongo, tengo que suponerlo, que el pedaleo no era fácil entre el calor, la aridez, la ausencia de arcén, la ausencia de poblaciones...sin embargo, no tengo recuerdos negativos en que apoyar la suposición... 


...Finlandia, cerca de Rovaniemi; por allí pasa la línea del círculo polar, NAPAPIIRI, es su nombre en finlandés, no se me olvida (nombre usado posteriormente con fines menos nobles, compartido con un amigo que se fija, como yo...)...Es la sede oficial de la competencia de nuestros queridos reyes magos, la residencia de papá Noel...Es de imaginar lo que allí hay orquestado al respecto...

...Busteni, en los Cárpatos, Rumania, noviembre de 1991, el país sumido en la profunda crisis que siguió a la caída de Ceaucescu. Había carestía de todo...menos de la calidez humana, de la hospitalidad. Si cada cual cuenta el baile según le va, yo tengo que contar que mis recuerdos del paso por  Rumanía están asentados en los más alto de mi memoria, en lo más profundo de mi corazón...Intento no caer en detallar este paso, pues no acabaría, y me centro en esta foto. El coche es un Dacia, la versión del Este de nuestro Renault 12, el coche más popular del país en ese momento, era raro ver otros.  Pertenecía a mi amigo Andrei. Con él, su compañera Livia y algunos amigos pasé unos diez días en aquellos parajes de los Cárpatos: cortar leña, caminatas por la montaña, visitar el monasterio de Sinaia, escuchar música, tomar vino Lágrimas de Ovidio que no sé de dónde lo sacó...y hacer las cotidianas colas para comprar lo poco que se podía, empezando por el pan...Yo iba camino de Bucarest y de ahí seguiría para Bulgaria. Mi amigo, como otra gente con la que contacté, estaba extrañado que desde que entrara en el país por la frontera húngara no me hubiera ocurrido nada, no hubiera sido asaltado, robado... y él estaba dispuesto a que no me estropearan la pieza en lo que me quedaba de país...el invierno ya se hacía notar y había que seguir...Yo me dejé hacer. El día que decidí continuar, cargó a Pandora como se ve y salimos para Bucarest. Allí fuimos a casa de unos amigos porque...¡le tenían guardado un bidón de gasolina para repostar! (en ese tiempo, lo pude ver, se armaban colas de días y noches en los entornos de las gasolineras esperando el día que llegaba el combustible), seguimos carretera adelante y ya más noche que día llegamos al extremo del puente, de varios km., sobre el Danubio, el llamado puente de la Amistad, que a un lado es Rumania y al otro Bulgaria. Bajamos a Pandora, le coloqué los bártulos...y nos dimos el abrazo de despedida. Andrei me vino a decir que si me ocurría algún percance que ya fuera en Bulgaria, ya nunca podría decir que había tenido tropiezo alguno en la denostada Rumanía...Quedamos en vernos en Estambul unas semanas después, dándonos cita durante tres días sucesivos en horas concretas frente a la mezquita Azul...no llegó...pasado el tiempo me contó que tuvo problemas con el pasaporte...Perdimos totalmente el contacto...Hace tres años, culminando mi ruta en bici junto al Danubio, volví a Busteni, a la calle Eminescu, el poeta nacional rumano, y desde la verja del jardín vi a un hombre manipulando una moto, le hice unos gestos, se acercó, saludé, y le dije, en inglés, que habíamos quedado en vernos en Estambul en diciembre de 1991...yo lo miraba fijamente, comprobaba cómo a través de su mirada perpleja hacía trabajar a la memoria, pasando de la extrañeza a un ¡Antoniooo!... Momentos de estos no han sido raros ni contados en mi vida...de hecho, un mes después, llegaba a Damasco, sin avisar, llamando a la misma puerta por la que salí, igualmente sin avisar, dos años antes...Tengo que pensar que la vida tuvo mucha complacencia conmigo...recuerdos como este procuro revivirlos en más de una duermevela, en más de una aspereza, en más de una flojedad...revivir la vida para seguir viviendo... 

...¡decidido: habrá una tercera entrega!...

8 comentarios:

  1. Gracias por esta página en la que encuentro numerosos episodios como en un hilo de perlas. Cada uno interesante, divertido, diferente abriendo una ventana (!) para que pueda ver otros fragmentos de tus experiencias tan amplias en las diásporas del planeta. Todos contados como si hubieran salido directamente del corazón, o la sal de Bolivia, o la estancia en Patagonia o el reencuentro con tu amigo en Rumania. Es la sinceridad en tu estilo con la estás prometiendo de no haber rectificado el cartel en Uruguay igual de haber tenido mucha complacencia y por fin que utlizas la forma de SOMOS hablando de Pandora que me dejan pensar sobre otro título de tu página: Pandora y yo.
    " Y el alma, PANDORA, se siente reina verdadera de lo que posee por virtud de su sentimiento, del cuerpo grande y sano de la naturaleza que, respetado, da a quién lo merece el espectáculo sumiso de su hermosura resplandeciente y eterna." (Juan Ramón Jiménez, casi)
    Un abrazo

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    1. ...Gracias, Ulrike, por tu comentario en estos días previos en que deseo que puedas llegar a ese tu paraíso en el sur de España. Lo mereces por sí, y por un español increíblemente bien expresado, escrito, por alguien que no lleva tanto tiempo estudiando la lengua...Gracias, un abrazo y buen viaje....

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  2. Amigo don Antonio, lo he leido tres veces, para sacarle un poco más el jugo a toda tu narración, y como siempre... medio asombrado, medio temeroso, con un sentimiento de felicidad y pena al meterme en el personaje, pues tu solo narras las partes positivas, mas o menos, pero a mi se me va la mente a muchisimas que ocurren en todas esas correrias... que maldita la gracia que tiene el pasarlas, pero lo que más destaco, es el resultado final y feliz que han tenido para tu persona, y dicho de paso, lo bien que me lo paso diafrutando de tus narraciones. dices que la vida ha sido muy complaciente contigo, yo más bien creo, que tienes una capacidad de adaptación a todo tipo de situaciones, y que sabes aceptarlas con toda su cruda realidad, lo cual te hace vivir con total naturalidad, y sintiendote agradecido de la posibilidad de aumentar tus conocimientos. Muchas gracias de todo corazón por los ratos que me haces disfrutar con tus correrias. SALUD Y UN ABRAZO DESDE PONFERRADA.

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    1. ...que puedas disfrutar de mis correrías y que transporte a lugares donde no has estado es un resumen del objetivo de esta página. Tus palabras son un aliciente,un acicate para seguir...gracias y un abrazo desde Granada...

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  3. De cada encuentro me queda un interrogante; de cada geografía, una expectativa... Te pediría detalles de cada historia; no importa si tu memoria te manipula a su antojo, déjala fabular, detente en la narración un poco más: explayate. A mi me gustaría. Gracias por estas pinceladas.

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  4. Amigo Pepe, eres un poco, o bastante, como la voz de mi buena conciencia que viene a decirme lo mismo que tú...narro muy poco de mucho, quiero contar...cada recuerdo tira de mil recuerdos.. no hago cuadros sino bocetos,y SÍ, debería hacer como dices, porque así lo siento y ha faltado que me lo dijeras...gracias..

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  5. Disiento, con todo respeto, de que en tu bautizo no te echaran bastante sal y seas soso... más bien, yo diría, de que te colmaron de gracias y dones... los que generosamente utilizas para compartir tus vivencias.
    Sabes cuánto me ha gustado esta página... me encantan las anécdotas que tan bien narras y que como en una cesta de cerezas se enredan unas con otras... Y sobre todo las relacionadas con tus amigos... tantos!!!
    Espero con ilusión la prometida tercera entrega. Un abrazo grande.

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  6. ...tUS DESEOS SON ÓRDENES... y en cuanto llegue la primavera saldrá la tercera entrega con cuentos mayores como corresponde a los aniversarios que celebramos Pandora y un servidor...Gracias por tus animosas palabras...y sobre lo de ser soso o gracioso, es que eso solo lo pueden decir los demás, y como en todo, para unos soy una cosa y lo contrario para otros...como todos...

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