Yo busco de los siglos
las ya borradas huellas,
y sé de esos imperios
de que ni el nombre queda.
las ya borradas huellas,
y sé de esos imperios
de que ni el nombre queda.
....Si hay unos versos en mi permanente compaña, como apasionado visitador de ruinas que soy, son estos de Bécquer, aunque, como tantas veces, la palabra ruina define escasamente lo que nombra...
...Si las piedras hablaran aquí habría un diálogo que los siglos han interrumpido, un diálogo que quizá recuperen a la noche, en la soledad de aquella airosa altura (2.150 msnm) una vez que tras la puesta de sol abandonen los turistas el sitio, no con gana, hablo por mí...en pocos lugares como este he percibido el efecto imán.
...estás piedras no hablan: gritan, o susurran, a los que las escuchan, recordándonos la inmortalidad que fuimos, la fugacidad que somos...mudo me quedé: no puedo creer que estoy aquí, alcancé a escribir en wasap a unos pocos destinatarios... Sí, estaba en NEMRUT DAGI, la montaña Nemrut, en el centro oeste de Turquía, a la vista de Mesopotamia, lugares históricos hondos como pocos...
...este lugar hace tiempo que ya, por unas circunstancias, por otras, innecesario hacer un recuento de ellas, había dejado de entrar en los planes de mi vagar por este proceloso mundo donde tanta belleza hay...(conviviendo con tanto desastre). Si profundizo diría que nunca lo tuve como objetivo viajero: lo mantenía, cierto, en esa especie de limbo donde las ilusiones están intactas, conservadas, sin los avatares de tener que ir, pero sin caer ni de lejos en los olvidos. Formaba parte de las ilusiones perfectas, esas que viven y se mantienen ajenas a lo que se conoce como realidad...lo veía tan lejos, tan "a desmano"...
Su origen no me cabe duda que me viene de la revista VIAJAR, esa que empezó su publicación en 1978 y que no recuerdo cuándo me suscribí a ella pero tuvo que ser en torno a 1981 pues ya la recibía en mi domicilio de maestro en Tenerife. Era la revista en que abrevaba mi sed viajera, calmándola y poniendo las bases de un futuro que prometía, que ignoraba. Cuando pasados los años los números fueron sumando los llevaba a encuadernar, a más de comprar en dicho formato todos los ejemplares desde que empezó su andadura.
Y, ciertamente, ahí tuve que tener el primer deslumbre sobre este lugar...me lo encontraría más veces, no me extraña, así hasta este siglo cuando internet tomó el testigo.
(Los tomos de Viajar, durmientes, así como una cumplida tonga de números sueltos, allí están, a oscuras, ellos que tanta luz me dieron, en un rincón de La Zubia. Otro montón de revistas, no pocas, me recuerdo llevándolas una noche, como a escondidas y avergonzado de hacerlo, y colocarlas junto a un contenedor azul, allí en mi pueblo. En fin...)
...pero, mira por dónde, diría que la idea de NEMRUT DAGI estaba más, mucho más, madura de lo que suponía: germinó y creció hace meses cuando mi de verdad inolvidable subida al monte Adam, aquel monte santo en Sri Lanka. De cumbre cónica y religiosa a cumbre cónica y mítica, ambas icónicas y con altitud semejante...y ya no tenía más que buscarle tiempo y marchar.
...todavía las gloriosas, mitológicas, ruinas de Troya frescas en mi retina, el vuelo Pegasus me lleva de Estambul a Adiyaman. En el humilde aeropuerto esta imagen da la bienvenida y dice a las claras que estoy en su camino; son unos 70 km pero por más que previamente había buscado no encontré información de combinación, transporte público, para llegar...correspondía hacer lo que otras veces: dejarme ir, sin prisa, mirando las caras de a quien me dirigiría, ahora ya con el apoyo del traductor. Las gestiones fueron perfectas y no eran las diez de la mañana cuando tras un minibús hasta la ciudad de Kahta, otro hasta la aldea de Karadut (por cierto Karadut significa mora negra, el fruto) y un todo terreno que apareció preguntando por mí (mister Yosé Antonio) no eran las diez, como digo, cuando ya estaba en mi hotel en la propia montaña, recibido brazos abiertos por Zeynel, el encargado, que por amabilidad, hospitalidad y detalles sin cuento rivalizó en que el recuerdo de mi paso por NEMRUT DAGI se viera justamente dividido entre la historia y él. Él me había enviado el todo terreno respondiendo raudo a un correo que le envié. Al decirle mi nombre, Antonio, él recurrió al Banderas, como tantas veces me pasó, y se reía cuando le expliqué el significado de bandera...Tenía ya preparada la habitación, tomé el siempre presente té y me eché unas reparadoras horas de sueño, tras la desvelada noche en el aeropuerto de Estambul. Eran las 3, sol fuerte, calor soportable, cuando eché a andar carretera de adoquines arriba.
Eran unos seis km hasta el control de entradas más otros dos hasta la base. Si nunca tengo pereza, en este caso menos que nunca: no recuerdo personales niveles de motivación tan altos.
Pasaba algún coche que otro pero salvo que me invitaran a subir no tenía empeño en llegar rápido, tenía tiempo, el camino había sido largo y quería disfrutar del premio...ya casi al final paró el coche de tres muy amables muchachos, dos hermanos y un sobrino...eran kurdos, como el propio Zeynel y otro par de muchachos que conocí después, muy amables, ¡kurdos tenían que ser!
...ellos se fueron tras una ojeada rápida, sacarnos la foto e intercambiarnos los teléfonos, no sin antes invitarme, reiteradamente, que me fuera con ellos, ahora mismo, a su lugar, Urfa, que fuera su invitado, que allí había cosas grandes que ver...(esto de creer que uno es dueño de su destino...)
...un par de gratísimas horas arriba, dando vueltas al falso cono "casi volcánico", contemplando las terrazas este y oeste, escudriñando todas las cabezas desde todos los ángulos, encuadrándolas en las fotos que comparto, viendo cómo la caída de la luz dimensionaba de otra manera lo que había contemplado un rato antes. No recuerdo o no sé explicar qué sentía estar allí tras tantos años y estar ante las grandiosas figuras que son las cabezas de las colosales esculturas, sobre nueve metros, que dan idea de cómo sería aquello, el grandioso sueño que concibió para su tumba el rey Antioco l (siglo l a. C.)...leones, águilas, dioses...En la red hay cumplida información y en ella encuentro una probable reconstrucción del monumento en una de sus terrazas...
El cono que remata la montaña no es natural, son incontables fragmentos pedregosos que forman el túmulo bajo el que debe estar la tumba de dicho rey...
Una vez puesto el sol comienza el desfile de salida, no es posible permanecer allí, hay estricta vigilancia. Familias enteras, vans (furgonetas de viajeros), coches, empiezan el regreso. Yo eché a andar extendiendo el brazo con el pulgar hacia arriba, sin suerte. Cuando recogí el brazo y me disponía no poco gratamente a disfrutar de los seis kilómetros en bajada entre la tibieza del aire y la luz lunar que ya ha iba tomado el testigo de la noche se detuvo un coche que me invitó a subir, una pareja, él, Ramadán, policía, ella, Fatma, profesora, y el niño Brahim. Me dieron dos melocotones de Bursa: lo mejor que puedo decir de ellos es que en olor y sabor me recordaron a unos priscos que había en el huerto de la casa donde nací, ummmm...Y me dejaron a la puerta del hotel donde ya me aguardaba Zeynel. Me dijo que la cena estaba lista, que me invitaba: ensalada, sopa, arroz y pollo..
...cantidad ciertamente muy por encima de mis posibilidades...pero debía de tener huecos olvidados porque dejé limpios los platos. Como un bendito caí en la cama, recordando puntualmente los hechos del día, al arrullo de los chorros de agua del manantial... más que agradecido...
Me disponía a tomar el desayuno en el comedor cuando Zeynel dijo más con gestos que palabras que allí no, que afuera, que cómo iba a ser lo mismo, arrobado mientras señalaba el paisaje...
Foto de rigor y ya solo quedaba partir. Él mismo había prenotado al colectivo y con más gente que venía de sabe Dios dónde emprendimos el camino a Kahta. Una viejita se subió más adelante: era su madre, que iba, la llevaba, al médico; me enseñó su carné, 78 años. ¡Cuántas historias cruzándose!, me pareció estar en mis primeros tiempos viajeros pero ya con la suerte de la veteranía, sin perder ápice de curiosidad, de agradecimiento y una inherente , digamos, inocencia. Zeynel dejó a su madre y me acompañó donde yo cogería el colectivo a Malatya, (desde donde seguiría para Erzurum), me pagó el pasaje, tomamos té y con gusto me eché un cigarrillo liado por el mismo...
Humanidad y se me cruzaron historias humanas que apuntalan la fe en el ser humano. Decir que estoy acostumbrado a estas cosas sería hacer justicia a aquel mi iniciático viaje con Pandora en 1989, pero sigo tan sorprendido y rendido como entonces y a veces "no sé dónde meterme"...
(DONDE LAS PIEDRAS SUEÑAN...es un verso de Antonio Machado).
Aquellos kurdos que me auparon a la cumbre me invitaron e insistieron que me fuera con ellos, esa misma tarde, a Urfa, tal y como he referido, lugares por donde había mucha historia, como me dijeron usando traductor y como posteriormente comprobé. Me nombraron incluso lugares y personajes bíblicos, Abraham entre ellos.
ResponderEliminarEn Trabzon, donde al fin remato esta página, añado a mis contactos los dos teléfonos que me dieron y les envío las fotos. Las respuestas no se han hecho esperar...aquí dejo lo que el traductor, con sus vicisitudes, me dice que me dicen.
-Ven a Şanlıurfa y sé mi invitado por unos días.
-Cuídate mucho, espero que estés bien amigo. Mientras estés en Türkiye, si necesitas algo, te estoy esperando, estoy a solo una llamada de distancia.
-Ojalá pudieras venir a nosotros y ser mi invitado durante cuántos días.
-Sería feliz si vinieras, tenemos una familia dulce y pacífica, tú también serás vendido como uno más de la familia, ¿por qué te amé amigo?
-Buenas noches a ti también, pero si vienes el año que viene, prometes ser mi invitado.
-mi casa en el campo.Ven el año que viene y sé mi invitado aquí durante unos días....
SERÁ, ES, CUESTIÓN DE VIDA Y ESPERANZA IR A AQUELLOS LUGARES...
Qué grande eres; cuántas cosas buenas pasan cerca de ti. Con la preocupación que me embarga, con el desasosiego que siento, pensando en esa zona, acrecentada por esa inmediatez de los "B2" que en marcha están -según se dice-, me digo, que te diga que saltes de ahí cuanto antes (los kurdos siempre se han llevado la peor parte). También pienso, pero eso no lo digo, que si tú estas por ahí nada malo puede pasar. No te fíes, que tienes muchos compromisos contraídos, y yo tengo ganas de tomarme un vermú.
ResponderEliminar...vinimos, amigo Pepe, a cumplir nuestro tiempo en esta vida, este mundo, esta tierra, llámese como sea. Hacerlo bien, es probable, hacerlo mejor,un arte, sobre todo sin tener muy claro qué teníamos que hacer o con que fin vinimos. Lo que si es cierto que todo está medido y no nos salimos ni un palmo de por donde teníamos que ir. Mi plan ahora es dar una vuelta por el Peloponeso y unos días más adelante tomar ese, esos, vermuses, pendientes.Roguemos que la Vida lo tenga en su agenda(aeropuerto de Estambul)
EliminarAmigo don Antonio, hay que reconocerte que tienes una capacidad para dominar la empatía, digna de una persona con poderes sobrenaturales, pero no nos engañemos, que eso es mentira, ya que lo sobrenatural, no existe, puede ser que las personas que lo saben todo en referencia a los conocimientos, atribuyan a los poderes sobrenaturales tales causas, pero una persona tan falta de conocimientos como yo, ni se me ocurre, claro... y tu eres uno de los principales promotores de mi ignorancia, lo cual me obliga a mostrarte mi agradecimiento por tus aportaciones. SALUD Y UN ABRAZO DESDE PONFERRADA - EL BIERZO - LEON - ESPAÑA
ResponderEliminar...tal vez esa capacidad que citas, amigo César, puede que no sea otra cosa que andar con confianza, sin temor, con ánimo, sin recelos, "dejarse querer" podría decirse....dejarse caer continuamente en el momento y lugar donde estás y la gente (un camarero, un compañero de asiento, un paisano, cualquier anónimo...) que está...no veo más misterio.
EliminarTal vez fue así como nos conocimos...
Gracias tocayo, la tumba de Antioco. Destino pendiente.
ResponderEliminar...bien te recomiendo el lugar y de paso alguno de tantos más que hay alrededor. Cuenta con mi información. Un abrazo.
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