...parece claro, y reconocido, que las raíces de nuestra cultura occidental ahondan de primera mano en tierra griega, la Grecia clásica, cuna de nuestra civilización... Imposible entender esta sin la filosofía, las leyendas, los mitos, el teatro, los dioses, la lengua...la sabiduría, en suma, que nos legaron y que conformaron en manera determinante nuestro saber, nuestro modo de ser actual, nuestra CULTURA...
La mía, hablo de mi cultura, y no tanto de la acumulación de saberes a la postre tan parcos, sino de la forma en que comencé el andar en el conocimiento que me alcanza, tiene un sitio justo y preciso: los tutelares muros del seminario de san Cecilio, en la plaza de Gracia de Granada, donde mi padre tuvo la idea de meterme cuando aún no había cumplido los 9 años, hecho este de mi vida que no he dejado de ponderar cuando ha venido al caso...
Lo remarco de nuevo ahora con la venida a la isla de Milos, o Milo, sí, el lugar donde esa famosa Venus, clásica entre lo clásico, en la que la ausencia de brazos no le ha restado un ápice de belleza, es más, la ha hecho única, con un glamur añadido...
...es ella la que te recibe no con los brazos abiertos pero sí dando la bienvenida en tantos idiomas cuando llegas al escueto aeropuerto de la isla...
Siguiendo mi más que gustoso periplo por las islas griegas que empecé ya tiempo ha, regreso unos años después al archipiélago de las Cícladas, empezando por Milos, a la que seguirán Folegandros y Sifnos, islas entre pequeñas y muy pequeñas en las que difícilmente cabe tanta belleza...así lo ví, así lo recuerdo ahora que lo escribo...
Nada más dejar la mochila en el hospedaje, Manoussos rooms, en Adamantas, perfectamente atendido por el muchacho Loukas (como uno de los evangelistas, me dice mientras se empeña en cargar mi poco pesada mochila) y su madre, Doriana, me voy directamente a visitar el museo arqueológico, sito en Plaka. Allí, entre otras piezas, se exhibe un réplica exacta, en escayola, de la famosa Venus que tiene su aposento en el Louvre parisino...
En los días previos he tenido el empeño, ampliamente recompensado, de leer lo que sobre ella me ofrece la red, sin entrar en mayores: desde su estilo y probable autoría, su accidental encuentro y su azarosa vida hasta llegar donde está...
El campesino Yorgos Kendrotàs tuvo el honor de encontrar la estatua, semienterrada, un día de 1820. Las informaciones que leo son tan complementarias como contrapuestas...parece que se comprometió a venderla a un clérigo para después hacerlo al viajero francés Dumont d'Urville que no llevando dinero suficiente lo pidió al embajador francés en Constantinopla. En el ínterin, o puede que antes, también la comprometió con unos turcos, lo que motivó una cadena de conflictos...los franceses, como tantas veces, a la altura británica, se salieron con la suya...
Se dice que el campesino encontró fragmentos de los brazos (uno sosteniendo una manzana, de hecho el nombre de la isla, Milos, es "manzana") pero también que se rompieron al embarcarla chocando con las rocas...incluso que una familia turca guarda los brazos de generación en generación...
La autoría tampoco está clara: atribuida en un principio a Praxíteles, parece que el autor es Alejandro de Antioquia...tallada en mármol blanco, arroja un peso de unos 900 kilos y una altura de 211 cm...teorías no han faltado para imaginar dicha Venus (en propiedad, Afrodita) con sus brazos...
Un enigma la posición y función de los mismos: el derecho podría estar sosteniendo la túnica en caída a la altura de la cadera mientras que el izquierdo tenía la manzana (historia relacionada con el juicio de París, guerra de Troya...), pero igual se dice que podría tenerla apoyada en una columna o sosteniendo un escudo, corona o espejo...es evidente en su postura la llamada curva praxiteliana, y sobre la expresión de su rostro:...transmite una sensación de calma, realismo, naturalismo, tristeza...
Muy cerca del lugar donde la encontrara el buen campesino, en cuyo recuerdo se alza la escultura de la foto que abre esta página, se levanta el antiguo teatro...
...Igual de cerca la ermita del profeta Elías, otra de tantas dedicadas al profeta, en cuyo derredor hay esparcidas piedras venerables, seculares, tapadas incluso con cal...Grecia en olvido, Grecia permanente...
...a dos pasos dentro del mismo paisaje se hallan las catacumbas, de los primeros siglos de nuestra era, lugar de culto y enterramientos...
...al fondo del semivalle el encantador enclave de Klima con sus coloridas puertas...
...otra constante presencia en la isla es la piramidal montaña en cuya cumbre se alza, como en tantos lugares de Grecia, una ermita dedicada a Elías. Profitis Elías es el punto más alto de la isla, con 774 m snm. Se enseñorea sobre la gran ensenada que es el cráter inundado por el mar. Es inevitable acordarse del Teide...
El origen volcánico de la isla es evidente en las formaciones rocosas, la coloración, el olor a azufre en algunos lugares y la historia relacionada con la minería, aún en actividad, y reflejada tanto en el paisaje como en el museo minero donde mayormente me recreé en el asombro de los minerales...Entre Adamantas y Plaka la carretera deja a un lado esta ventana a la que rendí natural visita. Doriana, mi patrona, me dice que no tiene nombre o que ella no lo sabe...quedamos en llamarla la ventana merengada. Es caolín su composición.
...Recuerdo estudiar en el libro de Ciencias Naturales, en 3°, la clasificación de los minerales en una escala según la dureza, siendo el caolín de los más blandos, casi a la altura del yeso, que podía rayarse con la simple uña. En el otro extremo de la escala el corindón y el diamante...así nos lo explicaba aquel nuestro profesor, don Antonio Díaz de Federico, un cura que venía de fuera del seminario, imponente en su estatura, sus gafas de montura dorada, su manteo y su fumar en pipa...una gran prestancia habría penssdo si entonces hubiera conocido dicha palabra...curas, profesores, que la mayoría ya partieron para la casa del padre, hablando con propiedad eclesial, y que todos, de una manera u otra, siguen viviendo en mi cálida y agradecida memoria...No recuerdo si en tercero o cuarto de aquel nuestro bachillerato de latín y humanidades, entrañable y ambicioso nombre, teníamos la asignatura de Historia del Arte, apoyada en el libro de texto que lucía en la portada un jarrón, verde esmeralda, ARS, así se llamaba el libro, declarando a las claras el contenido, libro que debe andar y anda entre mis libros de entonces guardados con celo para abrirlos en una hipotética vejez. Creo que el profesor era don Manuel Reyes...sea como fuera, de vez en cuando nos ponían filminas, que así se llamaban lo que pasó a ser diapositivas. Cerrábamos los postigos que daban donde la piscina y por la pantalla desfilaban el Partenón, las cariátides del Erecteion, el escriba y su mujer, los mosaicos de san Vital de Rávena, la dama de Elche, el Discóbolo, la Victoria de Samotracia...vasta sería la lista... Recuerdo que de muchas filminas hacíamos una ficha en cuadritos de papel en la escribíamos varios epígrafes: título de la obra, autor si lo había, siglo o año al que pertenecía, y lugar donde se encontraba; entre las páginas del texto debe haber algunas de estas fichas...y, por supuesto, entre ellas quiero que estuviera la venus de Milo...
El viaje de viajes que es cada viaje, los viajes que hacemos en el tiempo mientras nos desplazamos en el espacio...sigo en Milos para terminar con el amanecer, aquel rutilante solitario amanecer, en el lunar paisaje de Sarakiniko...
Gracias amigo por hacernos viajar. Cómo no van a estar nuestra raíces unidas a Grecia si allí surgió, de manos de Homero, la verdadera literatura. No por casualidad la literatura de Homero nace en una geografía no intervenida por Yavé. El mundo controlado por Yavé es el mundo de la Biblia, no el mundo de la Iliada ni de la Odisea; la literatura homérica compone un mundo basado en la ficción, surgiendo allá donde Dios no manda, y que tanto ha influido en nuestro siglo de oro, sobre todo en Cervantes.
ResponderEliminar...Odiseos me parecen los hombres mayores que me pongo a escuchar, y mirar de reojo, en tabernas de pueblo escudado en una café (helenikó café) o en un trago de ouzo. No suele faltar un clérigo, ni viejo con bastón, todos o casi barbados o con generosos mostachos...Grecia de piedra y leyenda, piedra y taberna...
ResponderEliminarAmigo don Antonio, lo primero, es lo primero, así que no tengo más remedio, que comenzar dándote las gracias, (que normalmente las dejo para el final) por tu esfuerzo y dedicación para satisfacer nuestra curiosidad por conocer cosas nuevas (bueno... personalmente para mi) de todo lo que transmites, normalmente yo no tengo ni idea, con lo cual no puedo poner ninguna discrepancia a lo publicado, así que lo disfruto muchísimo (es la tercera vez que lo repaso) por que tengo la certeza de que mejor fuente de información, no la voy a poder encontrar. Gracias (se me escapo) SALUD Y UN ABRAZO DESDE PONFERRADA - EL BIERZO - LEON - ESPAÑA
ResponderEliminar...un día, amigo César, cuando volvamos a vernos, te haré un pequeño, fácil, examen a ver cuánto te aprovechan estas páginas de libro de viajes...y te pediré me lleves a Bembibre...
ResponderEliminarSalud y un abrazo
Dalo por hecho, y que sea pronto. SALUD Y UN ABRAZO
EliminarHoy en el vivero de Conil he visto 4 estatuas de la Venus de Milo, todas sin brazos...
ResponderEliminar"Donde fuiste feliz alguna vez no debieras volver jamás...."
Pego el principio del poema muy bonito de Felix Grande que me mandaste. Como sabes estuve con Gerd hace mas de 40 años en las islas pequeñas, Folegandros y Sifnos. En mi memoria son paraísos, quiero seguir con la buena memoria y entonces no volver.
Interesantísimas son las fotos de la roca y tus explicaciones de la geología. Qué bonito el blanco del cal con el azul del mar.
"Al sol tenderé la playa
sus soledades de arena.
VENUS, no nacida, yace.
La tierra y el mar la esperan." (Luis Cernuda)
Gracias.
...por suerte, para la cultura popular o básica, es una imagen que está impresa en todos, algo así como la Gioconda o don Quijote...
ResponderEliminarCreo que a Folegandros podrías regresar y salir ilesa del regreso. Salvo un puerto mejor, más casas, más caro, poco más, creo que la isla sigue siendo la misma piedra y el mismo aire. Y si vas en temporada baja, más igual...allí sigue la ermita de la Panagia presidiendo el paisaje, el horizonte. Con gusto me prestaría a ir contigo.
Gracias por la estrofa de Luis Cernuda, otro regalo tuyo...
¡Espectaculares esas fotografías de Sarakiniko!
ResponderEliminarCuánto me ha gustado esta página. Me ha hecho rememorar tantas cosas... Las clases de Historia del Arte, la visita al Louvre, ... 'Recordar es volver a vivir' decía un anuncio de máquinas de fotos (Kodak)
Gracias por TANTO... Un abrazo, amigo.