...recuerdo a mi amiga Milagros cuando decía que hay muertes repentinas, y lo hacía en referencia a que era mejor estrenar algo hoy que dejarlo para ser estrenado mañana, que mejor era celebrar hoy, lo que fuera, a aplazarlo...una forma festiva, suavemente urgida, de ver la fugacidad de lo que vivimos, la transitoriedad e incertidumbre en que nos movemos...
El tema con que principio esta página, aparentemente prosaico, no da de lado, ni mucho menos, la profundidad que comporta, emparejada la lleva...Pensaba en ello, y más que no expreso para no hacer una página onerosa en la que se diluya lo justo que pretendo con ella, cuando nada más llegar a Almuñécar (bueno, al día siguiente, propiamente) después de este micrográn viaje por el norte de Italia, me fui directo a la tienda de vinos, licores (espirituosos, acertadísimo nombre por la parentela que comporta...) y productos lugareños que se abre en la esquina de la plaza del Ayuntamiento, justo donde arranca la Baja del Mar (me es imposible resistir sin escribir el nombre del establecimiento, lo pide: La Gloria; he conocido este nombre asociado también a una funeraria, a alguna dulcería...tantas glorias sin dejar este mundo...). Entré, compré y salí tan contento con mi botella de CAMPARI , con la certeza de haber dado otro de mis miles de pasos en la vida...Y un rato después, hay muertes repentinas, en este balcón donde leo y observo, donde vivo y vivencio, donde estos días sesteo como lagarto al tibio sol de la tarde, ya la estaba estrenando, que con 67 años era más que hora, y más aún que me vine de Milán sin cumplir un regusto turístico...
Se puede ir uno al otro barrio sin haber saboreado el CAMPARI, como tanta gente se va sin subir al Trevenque, sin leer El Quijote, sin comer atún de almadraba en Conil, sin haber paseado por la medina de Damasco o haber montado en globo...nadie, a saber, te va a pedir cuentas de ello...PERO digo yo que se trata de un mejor pasar por este valle de lágrimas...recuerdo, va a hacer dos años, cuando el confinamiento estricto, haber empezado a saborear el Aperol, asociado a lecturas varias, y darme un gusto mitad literario mitad sensual al comprar una botella de Chablis, el vino que tomaba el exquisito Proust, el delicado Marcel...Ya hay más de un amigo que me tacha, honorablemente, de sibarita, vividor, mientras que lo que servidor trata, desde que se dio mayor cuenta, es de ser un bon vivant en el profundo sentido de la palabra, sentido profundo que rebasa los limitados límites en que se emplea; le digo que sí, le doy la razón y le completo con que solo se puede ser sibarita tras haber saboreado la parquedad, sentir como natural la austeridad, una cumplida sobriedad...tras un sibarita es natural que se halle un estoico, es lo propio y complementario, qué sentido tiene si no, son caras de la misma moneda que conviven y se van turnando, amistosamente, en tantos lances de la propia vida...
En los pasados pasos por Milán las hordas de turistas de las que formo parte no dejaban asiento libre en el Camparino...Aquí, en este balcón de Almuñécar está el camparino, el campari, su historia, bien leída, y está el cementerio de Milán, objeto de esta página que justo se abre con esta monumental entrada: nunca vi nada igual en mi vida de trotanecrópolis...
Desde la balaustrada que recorre en terraza la otra parte de la monumental entrada se abre el camposanto, la invitación a visitar un verdadero museo de arquitectura y estatuaria fúnebre, me atrevería a decir que no hay otro igual...
...suponía, sin margen de error, por lo leído e intuido, que el cementerio monumental de Milán iba a ser uno de esos que hay que echar de comer aparte, qué menos le corresponde a la cosmopolita y elegante Milán...mas reconozco que el impacto fue superior al esperado...se aupó por derecho propio a ese personal grupo de necrópolis que descuellan entre tantas que he visto y que conviven sin rivalizar, un limbo de arte fúnebre, en el que están los cementerios de Staglieno de Génova, el Kerepesi de Budapest, el Central de Viena, el Lychakiv de Lviv, Ucrania, el Pére Lachaise de París....corto aquí la relación y vamos al paseo, sin más orden que el que los mismos pasos decidan...
El grupo escultórico es obra del gran artista Giannino Castiglione (1.884-1.971), al que también pertenece el monumento tipo columna de Trajano representando el Calvario cuyas fotos habéis podido ver más arriba...Los milaneses, tirando de oportuno y respetuoso humor, conocen el monumento con el nombre que da título a esta página:
EL ÚLTIMO APERITIVO
Amigo don Antonio, la verdad, es que yo había oído hablar del cementerio de Milán, pero nunca me imagine que fuese tan importante, es un verdadero museo de obras de arte, francamente me ha impresionado, y sobre todo, tomar conciencia de la cantidad de aspiraciones y deseos enterrados detrás de cada trozo de cementerio. Ya creo que hablan las piedras, el hierro, el cobre, cualquier cosa que forme parte de la naturaleza en la que nos movemos, solamente nos hace falta prestarles un mínimo de atención para que nos transporten a otro mundo, que se escapa al mundo de la razón, tal cómo nos la han transmitido. Como siempre, me veo obligado a darte las gracias por poder disfrutar del saber de tu buen hacer. SALUD Y UN ABRAZO DESDE PONFERRADA - EL BIERZO - LEON - ESPAÑA.
ResponderEliminarAmigo César: contento sobremanera de haber llevado a tus ojos, a tu placer, este cementerio de Milán del que tenías idea pero sin saber más...es mi gusto y misión...y ya de paso, cuando volvamos a vernos habrá que hacer una excepción de tomar un Campari por aquello del recuerdo... ¡quedamos en ello! un abrazo y salud..
ResponderEliminarDalo por hecho
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarComparto con tu amiga Milagros que lo mejor es estrenar en el momento, celebrar incluso con anterioridad,...
ResponderEliminarY sí, conviene ser un disfrutón de la vida por insignificante que sea lo que nos pase.
¡Magníficas esculturas! Un paseo inolvidable...
Salud para seguir viajando y compartiendo tus vivencias!!!
...y la lista, amiga Mari Carmen, de lo que hay que hacer mejor antes que del más improbable después, es ancha y larga....mientras tanto, mantengamos al ilusión activa, fundamentada, con fechas...y me alegro tanto de haber llevado el cementerio de Milán a tu artítico disfrute...
EliminarCasi nunca he estado en el norte de Italia, tampoco en Milano. Quizás por eso tu página me ha inspirado. El Campari me gusta solamente en verano, fuera en la tarraza con hielo y zumo de naranja, en la puesta del sol en la luz caliente de la tarde. No conocía la historia de los fundadores de la marca, gracias por tus informaciones.
ResponderEliminarEl libro "Los novios" de Alessandro Manzoni le conozco por un libro de Tim Parks "El Destino" que leí hace muchos años. El escritor Tim Parks es inglés viviendo en Verona. En este dicho libro el narrador compara la situación de su familia, su relación con su hija con el destino de la monja de Monza, Gertrude. Tu página me anima volver a leer este libro de Tim Parks y el de Manzoni. Gracias por eso.
"Ay, quien escucha a su corazón, siempre tiene cosas que contar que van a ocurrir. ¿Pero que sabe el corazón en verdad? Muy poco de lo que ya ha pasado."
A. Manzoni, Los Novios
Por cierto: en tu lista de cosas que hay que hacer antes de pasar por "otro barrio" falta la visita de una bodega que te espera.....
Un abrazo y salud
...lo primero que hago, amiga Ulrike, es, como otras veces, buscar lo que no conozco de lo que escribes; en este caso lo relativo Tim Parks, intentaré ver si este libro está en la biblioteca que me surte...
EliminarSi mi página te lleva al norte de Italia, ya está sobradamente justificada...
...y ahora "lo más importante": ni mucho menos he olvidad ni obviado ese plan que me citas al final, lo que ocurre es que lo mantengo oculto para no suscitar probables "envidias" y sentimientos afines...precisamente está entre los planes de 2022 si sigo estando más o menos bien...¡SEA!
Amigo José Antonio, hace ya varios días que visité esta página, que encantó como casi todas, pero entonces no tuve tiempo de comentarte nada, pero hoy, despues de revisarla quiero darte las gracias por enseñarnos esta maravilla de cementerio. Algo había oído, seguramente de tu boca/pluma, pues eres la única persona que conozco que visita camposantos por dondequiera que vaya y que valora en su justa medida este arte funerario tan poco apreciado como desconocido. Y es que es impresionante tanta sensibilidad y tanta variedad como hay en ello y nadie mejor que tú lo sabe. Una pena, pero es que es tan triste visitar estos lugares, pues para mi creo que de lo más triste que hay de ver es una tumba olvidada, con flores marchitas, sucio, desconchado... Por eso siempre estuve a favor de la incineración. En fin, amigo, creo que ya hemos hablado del tema anteriormente pero quería dejarte aquí mi opinión y mi gratitud por la página. Un abrazo, pero fuerte.
ResponderEliminarHola, Juan, en esta tarde noche de aeropuerto en Omán repaso mis débitos y trato de contestar a quienes tuvieron el detalle de escribirme...hoy he recordado este cementerio en las antípodas de otro que me ha saludo al paso por la carretera...un abrazo..
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