lunes, 21 de febrero de 2022

...COLUMBARIOS, varios...

...En mis paseos por esta que de los fenicios y romanos le viene el nombre de Sexi y de los árabes Al Munakkar, que ha devenido en Almuñécar, volví a visitar hace unos días el par de columbarios que se asoman al gran valle del rio Verde, ese que hoy es un tapiz de aguacateros y chirimoyeros. Columbarios del tiempo de los romanos, el pueblo cuya impronta perdura hasta los tiempos presentes en generosos fragmentos de acueducto, factoría de salazones, termas...y estos columbarios. Uno conocido como Torre del Monje, en más que aceptable buen estado, y otro llamado de la Albina, por el sitio donde se ubica, o con más propiedad columbario de Antoniano Rufo, del que queda una arruinada ruina, una piedra sobre piedra, apenas un resto de muro. pero conservando algunos nichos...

Iba con renovada motivación a dar este paseo a los columbarios tras mi reciente paso por la encantadora ciudad de Brescia, en Lombardía, norte de Italia. Allí, en el entorno del castillo que corona la villa antigua, charlé y amigué con Riccardo. Este buen hombre me dio el dato y a él debo el conocimiento del cementerio Vantiniano, absolutamente desconocido para mí, que tenía que haberlo estudiado antes tratándose de la importancia del mismo y siendo materia de mi incumbencia, conocida mi querencia por las necrópolis...La información vino a buscarme en forma de Riccardo para que no me lo perdiera, y sí, al día siguiente me faltó tiempo para ir a visitarlo. Mantengo contacto con él, con Riccardo, y bien que le estoy agradecido...

La importancia de este cementerio se debe a su monumentalidad, cierto, pero sobre todo a que es considerado el primer cementerio monumental en la historia del arte. Su autor, Rodolfo Vantini, inició la obra en 1.813, en estilo neoclásico, con evidentes reminiscencias helénicas, dedicó prácticamente toda su vida al mismo, sin llegar a ver concluida la obra que se dio por finalizada a principios del siglo XX...No es necesario compararlo con el de Milán o el de Génova...ocupa su sitio...

En torno a una torre tipo faro que se levanta en el centro, se van distribuyendo calles, parcelas, jardines, en perfecta geometría, galerías cubiertas, panteones, soberbios monumentos...y, bajo tierra, algún centenar de metros de columbarios, que podría ser, es, el arranque de esta página...pequeñas tumbas tanto para cenizas como para contener reducción de restos...

Ciertamente, el lugar, estos lugares, pueden resultar claustrofóbicos, agobiantes, nada gratos, poco recomendados para gente de ánimos abatidos, propensa a la melancolía, la que devasta...se unen la soledad absoluta del sitio, el silencio, la energía palpable de estar "entre muertos" y esa luz de las barras de neón, luz triste donde las haya, una luz que parece envolver de morgue, de pena sin consuelo, todo lo que baña...más de un pasillo de estos he recorrido en mi vida y no es cuestión de hacer memoria ni de explicar, ni tratar de hacerlo, por qué no me siento mal allí. Pero sí me llama la atención el hecho de pensar por qué paseando me fijo en unas tumbas y no en otras, por qué leo unos epitafios y no otros, por qué rescato por un momento de su irremediable olvido a unos seres y nada el resto, lápidas escogidas al buen tuntún, obviamente con prioridad a las que vienen a estar a mi altura...hasta diez pisos tenía este de Brescia, ¡ay los de los pisos alto, olvidados de por vida!...qué emotivo leer en italiano, entender esta querida lengua, la pequeña historia que encierra un epitafio, las fechas, las fotos...siento que se me establece un como diálogo entre el que seré y los que fueron, un cálida, íntima, camaradería; no puedo expresar lo que siento... ¿Quedará alguien que tenga memoria de ellos, de Temístocles, tan elegante, con su gorra, de Giulia, alma cándida y luminosa que se la llevó la muerte en la flor de la juventud, de Enriqueta, de solo 14 años... ?


 

En este paseo subterráneo del cementerio Vantiniano, me acordaba del no menos sobrecogedor edificio, al que entré, curioso, pensando que eran oficinas o similar, o museo... en aquel cementerio en una de las montañas que rodean Taipéi, en Taiwán... 






...construyendo esta página, los recuerdos se han ido solapando tal y como me ocurrió cruzando el río Verde para ir de un columbario a otro...y así me vienen a colación tantos otros lugares que vapulean mi baqueteada memoria...por ejemplo, estos de hace dos años cuando, en Israel, visité los lugares históricos de Massada, junto al mar Muerto, la ciudad fortaleza en lo alto del cerro amesetado, símbolo de la resistencia de un pueblo...




...y la de Avdat, dentro de las ciudades de la ruta del incienso en el desierto del Néguev...Avdat, como Massada, patrimonio Unesco... 




(aunque este que mira los nichos no está muy seguro, de hecho nada seguro, de si estos huecos son columbarios...dicho queda.)...la misma incertidumbre que le quedó contemplando esta pirámide de pequeños budas en el sublime cementerio de Koyasan, en Japón...y en conjunto en todo el cementerio, también patrimonio de la Humanidad... 
 



...estas imágenes niponas se han dejado colar en la página como contenedores de ceniza que pueden ser pero lejos de ser columbarios en el sentido propio de la palabra... 
La etimología de la palabra columbario nos lleva al latín, primero en su sentido de palomar que posteriormente derivó en los pequeños nichos donde depositar las cenizas de los difuntos incinerados, y ello por su parecido a los nidos, las casitas, que el hombre ha fabricado para las palomas...construcciones que me he encontrado por tantas geografías...Valga como muestra este grandioso botón del palomar de la Breña, entre Barbate y Los Caños de Meca, en Cádiz, entre los más grandes del mundo, como para ejemplificar el íntimo parentesco palomar/columbario...  


...y tras este paseo en el que sin gasto ni cansancio hemos saltado de un lado a otro del mundo, vuelvo, volvemos, a donde empecé: el río Verde, sus columbarios.
Decía que uno es conocido como Torre del Monje, en muy buen estado. Se alza a escasos tres km del núcleo de Almuñécar,  asomado a la carretera de Granada por la sierra, la famosa, espectacular, carretera conocida como carretera de la cabra.
 Como anécdota cuento que hace unos días le ubiqué el lugar de la torre al conductor de Alsa que hace el servicio, una vez al día ida y vuelta a Granada, por esta singular carretera que cruza la sierra de la Almijara...tantos años pasando por aquí y no me había dado cuenta, me dijo... ahí se encuentra, justo en el centro de la foto. Está construido a base de lajas de pizarra y se sitúa entre los siglos I y II de nuestra era...
 

...Nada que ver con lo que a duras penas permanece en el cerrete de La Albina, al otro lado del río Verde, muy cerca de la carretera de Almuñécar a Granada, no lejos del túnel de Taramay: columbario de Antoniano Rufo.

 

Personalmente la considero una ruina con encanto...puede pasar por una roca erosionada, con su forma de cabeza según desde donde se mire, un capricho a merced de los embates del tiempo. Levantada aproximadamente en el mismo tiempo y con el mismo material, vale la pena cruzar a alambrada y acercarse a ella, tocar las piedras, pasear las manos por el dibujo del arco de los nichos, sentarse junto a ellos a orillas de la tarde, cuando el tapiz verde del río Verde, (¡ay, sin una gota de agua!) se recoge en paz y sombras... 



Ambos, Torre del Monje y Antoniano Rufo están calificados como BIC (Bien de Interés Cultura), distando uno de otro menos de un kilómetro. Se pueden visitar en un grato paseo de mañana o tarde. Los había visitado hace diez o quince años, pero ni tenía constancia fotográfica de ello ni la sensibilidad empeñosa que hoy siento, tal vez, quién sabe, por qué no, aumentada por ir sintiendo de forma natural cómo se acerca la voz de la ceniza...

8 comentarios:

  1. Antonio amigo, voy a comentar poco al respecto, pues aunque no me considero superticioso, en estos museos, por bonitos que sean, no quiero detenerme. Hace unos años me invitaron a un concierto en el jardín de Los Alixares, de noche y cerca de columbarios varios. Dije a Lola y al amigo que me regaló el pase, que prefería los del Generalife. Si voy todos los años a "lavarle la cara" al mármol de mis antepasados, pero eso es una obligación. El recuerdo mejor en casa, y deseando que nos esperen muchos años. Además, nos hartaremos de morar en esa "república" ideal, donde tú serás presidente, pero yo no te pediré ningún "carguillo" por mucha amistad que nos una.

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  2. Amigo Pepe, recuerdo que me contaste lo del concierto en el cementerio...con gusto te acompaño a ese manual lavado de cara a tus ancestros...ya más de una vez, y me parecen pocas, han contado conmigo para exhumaciones...tal vez es cosa de "sensibilidades"...ese "carguillo" que sugieres que no quieres te será asignado de oficio...pero, SOBRE TODO, mis deseos son lo que tú prefieras, sea mejor para ti...son terrenos estos suprarrenales...un abrazo, amigo.

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  3. ...obviamente, quería decir, SUPRATERRENALES, que incluye los renales y todos los demás...

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  4. Enhorabuena, Antonio, por esta página tan interesante. No sabía la relación etimológica entre columbario y palomar y además tengo que confesar que todavía no he visitado el palomar de la Breña tan cerca a mi paraíso.... Tus fotos y tus textos desvelan que el entierro es un ritual que une las etnias no importa de la religión, los cementerios son un símbolo del efímero de la vida.
    Por casualidad leí en el periódico sobre una artista, fotógrafa, que cuidó una tumba abondonada durante 18 meses. No conocía a la pareja enterrada allí. Limpió la lápida, la tumba, intentó a encontrar informaciones sobre la pareja, en vano. Por fin escribió un libro con fotos del cementerio y de la tumba y con una historia fictiva sobre la pareja. Dijo que durante estos 18 meses se había desarrollado una intimidad que tenía mucho que ver con ella misma. El titulo del libro es "Inolvidado", algo sigue aúnque no hay relación personal. El cementerio, la sepultra podría ser una fuente de inspiración. En este sentido da ánimo.
    Gracias y un abrazo

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    1. Amiga Ulrike, ya tienes un probable plan cuando vuelvas a tu parcela de paraíso...leyendo tu siempre agradecido por mí escrito me he acordado de tres cementerios concretos, dos de ellos en este blog, aunque muy al principio, uno en Tasmania (la isla de los muertos) y otro junto al Danubio, afueras de Viena (el cementerio de los nombres perdidos o cementerio de los sin nombre) y un tercero que me dejó entre triste y dolido: el del manicomio de Volterra, en la Toscana...Me ha interesado mucho lo que cuentas y ya estoy en tratos de ver si encuentro ese libro que citas, personalmente tengo historias digamos que parecidas que ahora despiertan al leer tus letras...un abrazo desde este día en que murió don Antonio Machado...

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  5. Amigo don Antonio, como siempre darte las gracias por el rato que disfruto de tus publicaciones, que siempre, son varios los ratos de la misma publicación, pues las tengo que masticar bastante para sacarles su sustancia. La verdad, que en este caso, yo estoy en las antípodas de tus gustos, yo si visito un cementerio, un columbario etc. no siento: ni temor, ni nostalgia, ni pena, me digo para mis adentros: hermano... espérame mucho tiempo, y que lo pueda vivir con salud. Personalmente, lo que realmente, me da lastima, es ver tantos excesos, en todos los sentidos que quieras contemplar, conozco, lo mismo que casi todo mundo, personas que no conocieron ni el mármol, ni siquiera un simple azulejo en su cocina, y una vez muertos, en el cementerio, unas tumbas que insultan los sentidos, y pienso... todo este esfuerzo, no estaría mejor empleado en comida, adecentar la casa donde vivía el difunto/a, y de verdad, que siento una profunda pena, (en todas partes, siempre hay una oveja negra). SALUD Y UN ABRAZO DESDE PONFERRADA - EL BIERZO - LEON - ESPAÑA

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    1. Amigo César, hace años fui a las antípodas, que están mucho más lejos, cómo no ir a verte si mis antípodas con nombre y apellido puedo verlas y charlas con ellas en Ponferrada...Bromas aparte, esta página pretende sencillamente comunicar, llevar a mis amigos lugares que no han estado y que por curiosidad puede interesarles, pasar a vuestros ojos lo que vieron los míos y de paso algún reflejo de lo que pasa por mis interiores, a años luz unos de otros pese a que, como decía el poeta, nuestro nombre está escrito, temblando en un papel...y nos llamarán, da igual qué pensamos...mientras tanto, amigo César, toca vivir y vivir lo mejor posible...y de la vida de los demás, ya sabes aquello del loco en su casa....un fuerte abrazo desde Almuñécar...

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  6. Interesante página esta y, como todas, muy didáctica. Desconocía la etimología de columbario, como tantas, muchas, cosas. Qué curiosa la pirámide de pequeños budas. Gracias por compartir tus vivencias y tus conocimientos. Un abrazo.

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