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…Llegué por segunda vez a Symi
el atardecer de aquel 14 de marzo en el gran ferry Blue Star Patmos, ése que desde este balcón, justo encima de la cabeza de la chica,tantas veces he visto
atracar, soltar, cargar y partir…personas, enseres, trasiegos…Llegué, como
decía, con todo el tiempo por delante, tanto, y al final, a la hora de
marcharme, pasa lo de siempre: fue un segundo, cierto que intenso; parafraseo
el título de Neruda, “Confieso que viví”,
o, procuré, dentro de mis limitaciones, darle cuanta vida pudiera al tiempo que
tuviera, rellenarlo con lo que me permitiera mi interior al alimón con lo que
me ofrecía, tanto, el lugar donde estaba…Los libros que leí, las liturgias a las que asistí, las caminatas, tantas, por todos los rincones de la isla, algún
dolor inevitable, los cafetines y sus conexiones, los crepúsculos vespertinos y
matutinos, las soledades por doquier, tantos gatos procurando su alimento o tumbados a la bartola dedicados al dolce far niente, el asombro de los frescos en algunas ermitas, las tortugas que salían a los caminos,
los tés en la balconada, la familia que se va tejiendo con la cotidianidad
(carteros, supermercado, camareros…de todos fui a despedirme)…este ir y venir,
este aluvión de vida en la intensa serenidad de cada día, esa certeza de
que por muy lejos que vayamos nunca podremos salir de nuestras sensaciones,
nunca escaparemos de nosotros mismos (Pessoa…)…me dejo de filosofías, cosa improbable,
y me centro en este adiós a este lugar, 37 días, aquí empaquetados ya entre la
frágil memoria y más de dos gigas en carpetas de imágenes…
Aquí os dejo, como ilustrando los versos de Pablo Neruda (Los adioses) imágenes de este tiempo, unas imágenes sin más orden que el que quiere la memoria y sin más concierto que el que os gusten y os acabe pareciendo que habéis estado en SYMY, un poco...
Oh adioses a una tierra y otra tierra,
a cada boca y a cada tristeza,
a la luna insolente, a las semanas
que enrollaron los días y desaparecieron...
...adiós a esta y aquella voz teñida
de amaranto, y adiós
a la cama y al plato de costumbre,
al sitio vesperal de los adioses,
a la silla casada con el mismo crepúsculo,
al camino que hicieron mis zapatos.
...vela adornada con flores para la celebración de la noche del sábado santo, resurrección... |
...asaderos junto al puerto, cordero pascual, domingo de resurrección... |
Y pronto dije adiós, recién llegado,
con la ternura aún recién partida,
como si el pan se abriera y de repente
huyera todo el mundo de la mesa.
Así me fui de todos los idiomas,
repetí los adioses como una puerta vieja,
cambié de cine, de razón, de tumba,
me fui de todas partes a otra parte,
seguí siendo y siguiendo
medio desmantelado en la alegría,
nupcial en la tristeza,
ni saber nunca cómo ni cuándo
listo para volver, mas no se vuelve.
Se sabe que el que vuelve no se fue,
y así la vida anduve y desanduve,
mudándome de traje y de planeta,
acostumbrándome a la muchedumbre del destierro,
a la gran soledad de las campanas.
...la de veces que tomé de modelo estos faroles frente al balcón... |
¡OJALÁ SE CUMPLIERA AQUELLO DE "NO HAY DOS SIN TRES"...
SEA LO QUE TENGA QUE SER...Y SIEMPRE CON EL GRACIAS POR DELANTE...
Otras islas del DODECANESO aguardan...
Me dejas con un algo de envidia, un algo muy grande. Saludos, ya sabes que sigo aquí, que viajo poco. Rosa Marina
ResponderEliminar...es natural, yo también la tendría...al igual que la tengo, en un cierto menor grado, de quien tiene una casa con sus cuatro cosas que le dan sensación de hogar donde recalar de tarde en tarde...lo complementario....
EliminarPues has vuelto, amigo... ¡cómo quisiéramos muchos llevar esa vida plena de aventuras que tú llevas! cuando quieras, puedas o te decidas, aquí tienes cuatro paredes... repetir es tu costumbre y buen hacer, así que, ya sabes dónde encontrarnos...
ResponderEliminarAmigo Mariano, tus palabras llegan a lo profundo para un, ya inevitable, viajero. Decía una canción de Franco Battiato, màs o menos, que los viajeros van en busca de hospitalidad...yo diría,sencillamente,que la agradecen. Y ESE RS MI AGRADECIMIENTO.
EliminarUn abrazo desde Symi
Me alegro mucho de que se cumpliera tu deseo de hace ¡Cinco Años! Y sí, tus palabras y tus imágenes consiguen que me imagine que estoy en Symi, en la ermita de San Jorge, (cuidada con tanto esmero ) celebrando el domingo de Resurrección.
ResponderEliminarMi agradecimiento es enorme. Un abrazo.
...bueno, el domingo de resurrección me caerá lejos de la ermita de san Jorge desde la que te llamé...entre otras cosas por el calendario ortodoxo...hay un calendario que todo lo iguala: la errancia y la contemplacio..
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