sábado, 21 de diciembre de 2024

...VIAJE de INVIERNO...(1)

...este 2024 que termina podría titularlo, viajeramente hablando, como el año de los mil budas. Templos innumerables, budas, luces intensas, grandes aglomeraciones humanas, calor, humedad, cervezas a discreción, vida en la calle...todo ello en los países de aquel sudeste de la gran Asia por donde deambulé, viaje de meses que ahora se complementa con este otro a las antípodas de lo reseñado: luces apagadizas, fríos, nieve, largos crepúsculos en los que se resume el sol que apenas levanta, orden en gente y calles, vida recogida, norte de Europa...
Vuelo Ryanair Alicante-Helsinki, 50 €.
La primera vez, la única, que vine a Helsinki, fue con Pandora en el verano de 1991 dentro de aquel macroviaje que empezó en La Zubia, atravesó Europa, llegó al Cabo Norte, pasó algunos países del Este, cruzó Turquía y vino a concluir en Damasco, contado así a muy grosso modo. Entonces tenía ánimo para todo y no me faltaban fuerzas para afrontarlo (hoy soy una copia adaptada a los naturales estragos de la edad). En dicho viaje corrí una serie de maratones (42 km 195 m) cuyo calendario conocía previamente: Rotterdam, Amsterdam, Copenhague, Kosiče, Estambul...y Helsinki. Bien recuerdo el rato que compartí con maratonianos de Granada y la emoción que siempre supone pasar por el túnel que da entrada a un estadio olímpico (en Helsinki fueron los juegos en 1952)...supuso un personal, callado y humilde, sorbo de gloria...
Ahora, 33 años después, veo al paso del autobús la torre del estadio olímpico, el monumento a Sibelius...y subo la escalinata de la catedral que se alza sobre la plaza del Senado, ocupada estos días por un pintoresco mercadillo de Navidad...
...y sigo viaje a Rovaniemi, 12 horas en autobús, acabando hecho un cuatro pero, salvo algún breve sesteo, no he parado de disfrutar el paisaje, despejado a la ida, nebuloso al regreso...con un sol que apareció en torno al mediodía, paseó tímidamente, no llegó a dos horas, por el horizonte y, muy lentamente, como salió, se marchó. Portentosos para mí estos regulados misterios celestes (¿Pero, quién, quién los marca, controla y mantiene? ¿Será el Señor de los Espacios Infinitos?, vivimos en el puro misterio...)
Bien pertrechado de ropa salí a este viaje, con los complementos que me incluyó Alicia a mi paso por Utebo. 
Ese anorak que remata las capas que no se ven, me tocó, quien lo diría, en un amigo invisible estando de maestro en La Gomera. Mi compañera Silvia me vería "necesitado", como tanta gente, y me lo encasquetó...y buen partido le he ido sacando. -18° es un nuevo récord en mi vida, el anterior estaba en -13° aquel febrero de Hoz de Jaca... cómo serán esos fríos de -40°, -50°...Días después miro el tiempo en Rovaniemi y ya eran -22°...
Me llevó a Rovaniemi mi recuerdo del verano de 1991 cuando pasé con 🚲 en el viaje citado. De una página de mi blog rescato esta foto...33 años unen y separan estos tiempos de mi vida: yo era, supongo, el mismo, o más bien el mismo otro.
Me asombro al volver la vista atrás, verme entonces y verme ahora, y asombrarme, digo, al constatar lo que dio, sigue dando, de sí esta envoltura corporal con que la vida me echó a rodar, esta carcasa que me correspondió, como a cualquier hijo de vecino. Cierto que las hay más, mucho más, atractivas, mejor diseñadas y bellas, pero apostaría 99 sobre 100 que ninguna dio tanto de sí o fue tan pródiga en aguante y resistencia como esta mía...Ahí estoy en el NAPAPIIRI, la linea del circulo polar ártico, en medio de esa locura consumista que es el la aldea de santa Claus...
...NAPAPIIRI, mediodía...
Pero también vine a estas latitudes con la esperanza de presenciar en vivo, en directo, auroras boreales, una de mis más viejas ilusiones. Los dos noches que estuve se dieron las condiciones que se consideran casi óptimas (a excepción de la mucha claridad lunar) para que se presenten: cielo despejado y gélidas temperaturas... 
Nicolás me había pasado unas APP con predicciones de las mismas. Todo estaba dispuesto: yo, como otros, pertrechado de ropa, la app dando un 20% de probabilidades...pero, esquivas, se vio que esas noches no actuaban... mas, nunca el tiempo fue perdido: la hermosura de una luna casi llena blanqueando aún más aquel desierto lago helado y un par de estrellas fugaces conformaron aquellas frías y hermosas horas nocturnas.
...de aquel paso por estos lares nórdicos en 1991, en el albergue de Rovaniemi que me quedé, recuerdo ver que alguien ponía en un bol unos fideos secos, los rociaba con agua caliente, esperaba un rato, los aderezaba con avíos que el propio sobre traía, y listo... Descubrí los noodles, desde entonces vitualla recurrente, subsidiaria y salvadora, en mis viajes. Ver noodles y acordarme de Rovaniemi es todo uno.Tal vez fue en este mismo albergue, de cálido nombre: Arctik Heart, Corazón Àrtico. 
Me considero mayor, o viejo, también, para con 70 años andar trotando albergues: una economía justa, que no ajustada, un buen conformar y unos precios muy elevados (45 € por noche habitación compartida, lo más barato) me animan a no dejarlos, a seguir durmiendo a los  contingentes sonidos, luces y olores de los compañeros durmientes...y a veces, muchas si me dejara, ocurren encuentros interesantes para alguien ya más necesitado de silencio que de nuevas amistades. 
Estos chicos italianos, de Venecia, uno Fabio, youtuber (así se presentó) 25 años, y otro, Darío, 19 años, estudiante de ¿?, me preguntaron qué hacía, dónde iba, de dónde venía etc...y se empeñaron en tener un recuerdo común. Respondiendo al interés que les suscitè les hablé un poco de mi vida errática, nómada, y como vieron que había material no dejaron de preguntarme de aquí, de allá y acullá, y haciendo un guiño a su tierra les nombrè la canción Nómadas, de Franco Battiato...ni conocían la canción, ni les sonaba, ay, el amigo Franco😭...
Vuelvo a Helsinki, al albergue Diana: sigo pensando que hoy en día la calidad de los albergues no se mide por el mejor o peor estado de las instalaciones, limpieza, gente de la recepción... todos alcanzan buen nivel: se mide por la educación de los albergados...así, una noche puede ser la mejor, con ocho personas respetuosas, que compiten en no molestar al resto o todo lo contrario, gente que impone su presencia, que prende la luz sin reparos, que molesta con el teléono...
De Helsinki viajo a Tallin, capital de Estonia, viaje ida y vuelta en el mismo día ida, paseo de 9 horas por la bellísima ciudad báltica que merece página aparte...
... y así sigo viaje para Jyväskylä, unos 270 km al norte de Helsinki. Este viaje de invierno, desde un principio, tenía un nombre y un destino: Nicolás. Allí, en la estación de autobuses, fiel, me está esperando con su generoso abrazo. Nicolás está en el origen de este viaje: fue comunicarme, hace meses, que iría de Erasmus a Finlandia y decirle que iría a visitarlo fue todo uno...
Como hace cuando voy a su casa en Utebo, Zaragoza, ha vuelto a dejarme de grado, sin pensarlo, su cuarto y su cama en esta casa mientras él instalaba su dormir con un colchón hinchable en la cocina. Digno hijo de sus padres, Alicia y Miguel Ángel, digno oriundo de aquellos lares pirenaicos donde por ventura me llevó la vida.
Yo, permanente huésped, en permanente itinerancia, en una vida cuidado, mimado diría, por una legión de anfitriones, encuentro a Nicolás como el más joven de esta nutrida lista: preparó las comidas, me tenía preparado un pase de autobús y -no podía faltar- me invitó a la reparadora sauna en los bajos del propio edificio...
Mientras él andaba en sus tareas universitarias di una vuelta por el entorno del lago, ya helado...y lástima no poder visitar el museo de Alvar Aalto, cerrado por lunes...
Quién sabe si no regresaré al otro lado de este tiempo allá por mayo...con el mismo abrazo que me recibió me despidió en la estación de autobuses de Jyväskylä. Objetivo de viaje bien cumplido...y vi las auroras boreales, las luces del norte, a través de los ojos y cámara de Nicolás...👌👌👌
...y el viaje de invierno seguía...

10 comentarios:

  1. Asombrado estoy. Sé que no te puedes parar, pero si podrías ir pensando en aminorar la marcha, en ralentizar el motor, engrasar y mimar un poco esa "carcasa" que tanto te empecinas en desgastar. Despacio, y disfrutando más si cabe del camino. Como te dirían antaño en la Zubia, "reponte un poco hijo".
    Comprendo que al Polo Norte hay que ir en invierno, como al desierto se debe hacer en verano para disfrutar de sus rigores (nada de mariconadas -como diría fulano-). Pero ahora recapitulemos, ya has ido cuando debes, ya conoces el frío de arriba y el calor de oriente...; así que, para la próxima, cambia de geografía o de estación. Despacio y disfruta del camino, y sigue contando a fin de que los pequeños burgueses, los que quedamos arrimados a la "camilla" y al brasero paseemos de forma económica junto a ti.
    Hay vermú, pero antes serán obligatorias las lentejas.
    ¡Ah!, esa luna no es la lorquiana: lleva el símbolo de la vida, del amor..., anuncia la Navidad. La prueba la tienes es que, a tus setenta, has sido el niño que, este año, primero se topó con Santa Claus, con Nicolás -dale un abrazo de mi parte, y dile que yo también he sido bueno, a ver si cuela-. ¡Que Dios lo proteja!, sin duda llegará lejos.

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    1. ...ya que no podrá ser por la progenitura sí que desviarè mi camino por un plato de lentejas en el castillo de Monteluz, vive Dios.
      Amigo Pepe: desde el confort de tu butaca, tu brasero y mesa camilla, es natural que magnifiques estos asuntos, lėase viajes, que llevo entre manos. Sé que requieren disciplina, forma, ánimo...pero ellos, como el valor en los antiguos soldados, se me suponen. Anímame más a seguir hasta que la vida diga "hasta aquí hemos llegado"...
      Y sin pretenderlo, porque no lo sabes, has hablado de Nicolás y tendría que contarte una anécdota divertida y cariñosa provocada por un simpático malentendido con alguien cercano a ti. Te lo contaré con ese vermú de 2025...Sea, y SALUD

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  2. Eres de los pocos que no han perdido el Norte !! Sabes cómo vivir y cómo sacar fuerzas para no parar ☺. Que no te falte la energia, la salud y el ánimo 🙏

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  3. ...ay, amigo Imaz... quién sabe si tuve norte alguna vez. Está claro que ya han desaparecido de nuestro mapa común todos, o casi, los que lo formaban...lo seguimos contando hasta que la cuerda se rinda...un abrazo desde Polonia

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  4. Antonio, sigue siendo nuestro reportero mientras tu alma cavalgue con tu cuerpo; tú nos lo cuentas y nosotros te lo agradecemos. Nunca te rindas. Allá donde vayas, iremos contigo...un abrazo, amigo



    allá donde vayas, estaremos contigo.

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    1. ...sin vosotros, y tantos, amigo Mariano, mi viajar carecería del sentido extra, sublime, que da el compartir. Siempre llevo por delante, como una consigna, lo que me dijeran una vez: eres mis ojos por el mundo. Y así será hasta el final, ni lo dudes.
      Un abrazo desde Berlín, en "nuestra" Alemania.

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  5. Como me gustan las fotos del norte, el frío que parece tocable, los renos, las luces polares (una maravilla!), la nieve y Nicolás. Gracias. Creo que en un viaje al norte en invierno entendemos que hay regiones inhospitalarias en nuestra tierra, temperaturas extremas, la oscuridad. Vivir allí, sobrevivir allí me cuesta imaginármelo.
    Hasta pronto en casa calentita, un abrazo

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  6. ...el frío que parece tocable (perfecta y emotiva imagen).
    Ahora todo parece sueño desde el caliente reposo de esta casa de Berlín donde he llegado "como a mi casa"...miro atrás estos días, este año, su permanente "en camino" y siento algo de vértigo y mucho agradecimiento, tanto que ni pienso en qué tenga que durar mucho más o poco. Gracias por nombrar a Nicolás, una luz en esos nortes...nos vemos en unos días...

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  7. Amigo don Antonio, la verdad, es que habrá personas que son más ricas que tu, ya que en realidad tampoco se requiere de casi nada de esfuerzo (no me entra la sonrisa en la cara) pero que tengan una vida tan rica como la tuya, creo que en todo el mundo, se pueden contar con los dedos de una mano, lo primero por que hay que tener por lo menos un mínimo de conocimientos, los suficientes para poder discernir lo blanco de lo negro, pero que necesitan del control interno y reposado de la persona que los posee, y esa cualidad, muchos no llegamos ni a conocerla. No puedo por menos, que seguir agradeciéndote que nos reconfortes con tus publicaciones, que siempre son de agradecer por el poso que deja en nuestras mentes. SALUD Y UN ABRAZO DESDE PONFERRADA - EL BIERZO - LEON - ESPAÑA.

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  8. ...a veces, amigo César, tengo atisbos de esa riqueza que me insinúas, un destello de "vale la pena"...luego llegan momentos, días, de cansancio y toca esperar que pase la tormenta, escampe y seguir...
    Ojalá pueda seguir aportando algo de mis vivencias de estos mundos por donde voy...un abrazo desde Lübeck, norte de Alemania...

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