sábado, 19 de octubre de 2024

...Cuevas de BATU...

....no forma parte de mi camino, salvo que me pregunten y en muy concretas y casi confidenciales excepciones, dar los acostumbrados consejos que bienintencionada y profusamente suelen regalar los viajeros...ve a tal sitio, no te pierdas tal otro, tienes que gustar esta comida o es algo que no te debes perder...sobran guías y están a rebosar de ellos, y hasta es fácil comprobar que parecieran estar calcadas unas de otras...
...y bien, en las referidas a Malasia, en lo que ronda la capital, Kuala Lumpur, siempre se cita las CUEVAS DE BATU. Las imágenes del lugar que tenía acumuladas de algunos documentales se fusionaban en el atractivo humano de esa colorida escalinata, firmemente vigilada por la portentosa dorada estatua de 42 metros de alto de Murugan, el dios hindú de la guerra (son notas que tomo, porque entrar con una pizca de conocimiento en la religión hindú, es algo que excede mis parvos conocimientos). 
Y allá me fui con el tren, muy fácil y barata forma de llegar desde la capital. Esperaba que hubiera gente pero no el gentío que encontré; de todas formas por este sudeste asiático los ríos de humanidad discurren casi por doquier (no son menores por la calle Preciados de Madrid o la Real de Segovia en fin de semana, comprobado más de una vez, por no ampliar...hoy es lo que hay; puestos a elegir prefiero las corrientes que fluyen en lugares que no conozco, donde me siento más mundano y del todo extranjero). Y, sí, en este caso de las cuevas de Batu caeré en la tentación: es un lugar que recomendaría, vaya, y por algo más que las cuevas...
Es uno de los santuarios más importantes fuera de la India, o el más importante de los dedicados a este dios, Murugan, fuera de aquel país. Se evidencia que son indios, familias enteras, los que componen el grueso de los visitantes. Igualmente locales y por supuesto los omnipresentes, ubicuos, súbditos de la gran China...
El entorno natural: llegas y te encuentras un cerro que se levanta abruptamente en el verdor del paisaje, un cerro calizo en el que se abren varias cavidades. Es el espectáculo natural, callado, que compite en su silencio con lo que es capaz de levantar la fe y con la admiración que suscita el espectáculo humano, un paraíso, un no va más para un observador, un mirón si se quiere, entrenado, como un servidor.
...nada más salir del tren te sientes atraído, envuelto, por el ambiente: la gente, los puestos de comida, de recuerdos, las palomas, los primeros monos... ¿Hay licencia para decir que es una versión hindú/malaya de lo que se puede vivir en aquellos nuestros santuarios de Fátima o Lourdes? No somos sino los mismos otros en diversos lugares...
Sublime para mí el atractivo de esta escalera, esos 272 coloridos peldaños, subyugante en su trasiego. Mirando, contemplando el espectáculo humano, desde arriba, desde abajo, desde los descansillos cada tramo de 17 escalones, pasé buena parte del día. 
Una vez arriba de la escalinata se accede a la gran cavidad que continúa con otra escalera que termina en otra cavidad ya a cielo abierto...
Una vez descalzos, se puede visitar libremente otro par de templos construidos a pie del cerro...y anejas a la principal hay otras dos cuevas de pago, a precio más que módico. Visité la Villa Cave, bastante criticada, según leí en las "redes", por la forma que mantienen los animales (tristísimas aquellas serpientes condenadas de por vida en estrechísimo hábitat), pero en realidad son dos cuevas paralelas. Quitando la que al fondo ofrece el triste espectáculo animal, está la otra, que me interesó sobremanera. Se accedea por esta enigmática puerta donde se funden dos animales...es preciso fijarse y bien hasta descubrir que el ojo puede ser tanto del elefante como del caballo, ambos enfrentados, y fusionados en las cabezas.
...una vez traspasada dicha portada se accede a una como locura iconográfica, un envolvente derroche de color, de historia sagrada hindú en imágenes a la que no queda más, al menos por mi parte, que entregarse serenamente a su frenesí, leyendo algún que otro panel, traducir algún que otro pie. El vastísimo y legendario panteón hindú...
...tras visitar la Cave Villa, podía haber seguido por la vecina Cueva Ramayana pero ya iba sintiendo algo así como la versión hindú del síndrome de Stendhal y pensé que ya era suficiente...eso sí, me vi haciendo votos por acabar de  desempolvar el viejo plan de ir a la India que ya tenía archivado. El paseo por estas cuevas más los templos visitados en Malacca y Georgetown y hace meses en Tailandia, Laos etc me animan a retomarlo. Es, ha sido, como una insinuante última llamada a la que me apresto a prestar atención, he constatado a lo ancho de este año que dentro de ciertas limitaciones, naturalmente en ascenso, aún ando con posibles...Dios, Vishnu, Shiva, Murugan... dirán si me verán por aquellos lares, si llegaré a Benarès, a Delhi, a Bombay, a ver fluir el Ganges...y a Goa, una de mis antiguas metas, patrimonio de la Humanidad y lugar final del divino impaciente (san Francisco Javier) que estos días malayos he visto en Malaca, lugar de su enterramiento antes de acabar en Goa...también él sabrá si llegaré. Tal vez se confirme lo que decía la santa de Ávila, aquello de querer ir es estar yendo...
Naturaleza, religión, humanidad...y los monos, que estàn ahí y estos sí que se encargan de estar presentes, de reclamar atención, de cuidarse de ellos. Observándolos llegué con simpleza a dudar del orden en la evolución de la especie... Inquietos, saltando de un lado a otro, verdaderamente voraces, riñendo entre ellos, llevando a sus infantes fuertemente apretados pecho contra pecho, al asalto de lo que pueda ponerse a tiro...iba un padre con su niño en un brazo y un helado en la otra mano: en un santiamén se lo arrebó (el helado 😀); todo lo que fuera una bolsa llevada por las asas era un objetivo fácil para ellos. Con qué facilidad y de qué manera tan humana pelaban los plátanos...
...ya cuando me decidí a abandonar la fuerte atracción de la escalinata, en un nuevo regreso a ella, me llamó la atención la quietud de este mono posado, reposando, a un lado de la pasarela, en actitud de observar la lejanía, ajeno al tráfico de seres con sus tentaciones... estaba como ausente. Me acerqué un poco, apenas cambió de pose tras un casi imperceptible intercambio de miradas...y ahí lo dejé, seguí bajando y seguí pensando en la hermandad que nos une y desune. Pensé que tal vez este mono pensaba que yo pensaba que lo estaba pensando...tal vez mirando el horizonte, la vaga lejanía, se tomaba un respiro en su cotidianidad para meditar en el sentido de la vida...tal vez él recuerda aquello que nuestra raza humana, raza superior, ya ha olvidado...

13 comentarios:

  1. Sigo tu blog que nos envía al grupo de S Cecilio J Antonio Puga. Disfruto mucho con las descripciones de esos lugares que visitas . Me traslado al sitio y me haces vivirlo y disfrutarlo. Eres un viajero , escritor y místico al mismo tiempo. Yo he sido trotamundos tb y de ahí mi aprecio por tus únicas experiencias.
    Un fuerte abrazo y a seguir compartiendo.

    ResponderEliminar
  2. ...monte conozco personalmente, amigo de Dílar, pero estoy al tanto, algo, de ti por compañeros comunes...Me alegra saber de ti y me reconforta y anima que tenga sentido, mayor al compartirlo, lo que participo. Muchas gracias y estamos en contacto si te parece.

    ResponderEliminar
  3. Qué maravilla, amigo Antonio. Quizá demasiado bullicio...; las escaleras más coloreadas pero menos que aquellas de Forli. Supongo que simio comprendió tu mirada, y nada más verla entró en sinfronía contigo (Este hubiera respetado tu bocata o helado, seguro).

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ...el simio, yo, yo y el simio...seguro que él se encontraría menos diferente, pensaría, tal vez, "que todos somos iguales"...
      Fijate que con la legión de escaleras que ya he subido en mi vida precisamente no me había acordado de aquella, menos colorida, menos concurrida, "más" mía de aquel bellísimo rincón noruego...un abrazo empezando ya a descender tanto subido...

      Eliminar
  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  5. Geniales descripciones 😍😍😍

    ResponderEliminar
  6. Amigo don Antonio... me tienes con el corazón metido en un puño, por un lado tocando un mundo tan extraño para mi, pero tan real para miles de personas, que siento una vergüenza tan profunda, como la distancia que separa mi conocimiento, de la realidad. Le tengo que dar la razón a mi abuelo con lo del amigo que salió del pueblo, que tenemos que estar muy agradecidos a su persona, por la cantidad de veces que nos hace despertar la mente y el aumento del conocimiento. Muchísimas gracias amigo. SALUD Y UN ABRAZO DESDE PONFERRADA - EL BIERZO - LEON - ESPAÑA

    ResponderEliminar
  7. ...bueno, César, me das la impresión de que te estoy volviendo "medio loco" con estas mis andanzas de acá para allá que te llegan y lees en la calma chucha de tu vida en el Bierzo. Amigos cerca y amigos lejos...en danza. Un abrazo desde Manila.

    ResponderEliminar
  8. Desgraciadamente no hay muchos rincones más en nuestra tierra para descubrir, entonces eso de "qué no te lo pierdes.." te destaca un lugar ya conocido. De ellos verdaderamente hay algunos que no se debe de perder.
    Disfruto mucho de tus descripciones y de tus fotos, siempre encuentro un hilo conductor, enlaces con otras experiencias, otros viajes, me gusta tu estilo prosaico con referencias a la literatura. Todo eso a veces me sustituye un viaje. Asia para mi es muy distinto, coloroso, con idiomas que no hablo. Gracias por dejarme participar.
    Un abrazo desde Cuacos de Yuste, dónde me impresiona el último viaje del emperador...

    ResponderEliminar
  9. ...el ultimo viaje del emperador, desde Gijón hasta su definitivo retiro en Yuste...me extrañó cuando ya mayor, yo, supe que el siempre conocido como Carlos V era también Carlos l. Hermosos lugares donde los haya en aquellos parajes extremeños...¿Como unir Yuste y su entorno, y su historia, con idem de las cuevas de Batu? No cabe duda: en nosotros está todo, o, tirando de Pessoa, es en nosotros donde los paisajes, y la religión y la historia, todo, tiene asiento y acomodo.
    Yuste y alrededores: HERMOSA TIERRA DE ESPAÑA, que versaba Machado...

    ResponderEliminar
  10. Amigo José Antonio, qué preciosidad de reportaje, qué fotografías tan lindas y qué colorido tan atractivo y maravilloso. Es una embriaguez visual. Muchas gracias de nuevo y un fuerte abrazo desde Navas de San Juan, Jaén.

    ResponderEliminar
  11. Juan, acabo de ver tu comentario. Gracias, con la alegría de que te haya gustado...

    ResponderEliminar