Ya lejano el tiempo por Indochina, en esta nueva salida de envergadura, a los países en torno al mar Caspio, en los seis días previos que pasé en Madrid, el Madrid de mis amores, mi más frecuentado puerto de salida, estuve de museos, exposiciones (el arte siempre a mi rescate), con reencuentros, con eslabones familiares y amistosos, sin faltar los ocasionales juegos de la edad tardía... supusieron dichos días un viaje en regla, un suculento viaje, pero que era "solo" la previa del viaje en el que ya estoy...
...Visita al museo Lázaro Galdiano, el tour del Bernabéu, comida en la juanramoniana Colina de los Chopos (la Residencia de Estudiantes), toros en la plaza de Las Ventas, visitar el tan bien puesto pueblo de Buitrago de Lozoya, completar la maratón de Madrid a pie con el amigo Luis, volver a ver a los amigos Quijano y Panza en Alcalá de Henares, visitar las Colecciones Reales, reencuentro con los amigos de Berlín Elena y Kai, pasar por ese antro de felicidad que es la librería La Dulcinea, ir a la biblioteca de la Elipa, otro fragmento de paraiso borgiano, a devolver el recién leído libro del recién ausentado Auster...
Museo Lázaro Galdiano, pura exquisitez, arte granado, una hora extática...y, además, gratis, porque era el día de los museos...
...después del museo, comida con manteles de lino en la Residencia de Estudiantes......tour del Bernabéu: hace años que lo tenía en mente. Tuve que esperar a conocer a Javier para decir de ir...visita para mí ya algo devaluada, pero aquel que sabía de carrerilla, y la sigue sabiendo, la alineación Betancort, Calpe, de Felipe, Sanchís, Pirri, Zoco, Serena, Amancio, Grosso, Velazquez y Gento...y que ya no ve partidos pero se interesa por los resultados, se quedó tranquilo...
En La Dulcinea (calle Hermosilla) saludé y departí con Álvaro, su cálido librero, y salí con la munición que ocupará vividas horas muertas en noches de hotel, tardes de lago y río, terrazas de café, esperas de transporte, parques... adentrándome en otras vidas, como si no tuviera suficiente con la mía. Sigo con la aventura de Gabriel Araceli uniendo los episodios de Galdós (ahora con Zaragoza) y de nuevo Cándido, de Voltaire, para seguir creyendo que el optimismo es una pesadilla...y este otro que me regaló y recomendó el propio Álvaro...
... maratoniano atroz y ultrafondista como fui, ya retirado, me saqué de la manga hacer completo, caminando, el mismo recorrido de la maratón de Madrid que se celebra anualmente el último domingo de abril...se lo propuse al amigo Luis y convinimos en dividirlo en dos medias maratones. Dicho y hecho: los primeros 21,097 km los caminamos hace un par de domingos y el resto el domingo antes de mi partida. Ahí estamos, en Recoletos, con toda la Castellana para nosotros, cortada por una manifestación por el tema de la sanidad pública...
...otro regreso a Alcalá, la casa del amigo; el tiempo no miente: es mi verdadera parada y fonda desde aquellos primeros años noventa. Champán y salmón nunca faltan, y nuestras charlas de siempre.
...a sugerencias de mi sobrina fui a echar buena parte del día en Buitrago de Lozoya, un pueblo que estaba ahí y servidor sin conocerlo. Y en él, entre sus hermosas vistas y sus piedras medievales un excepcional museo dedicado a Picasso, con obras que el pintor regaló a Eugenio Arias, su barbero de muchos años en el sur de Francia...
...mi última y única experiencia en corridas de toros fue cuando era chico, que fui con mi tío Manolo allí en Granada: lo recuerdo bebiendo vino de una bota, ese es todo mi recuerdo. Ahora, aprovechando una entrada vacante fui a Las Ventas, mucho más interesado en la geométrica estética de la plaza, en saber del ritual y los comentarios de la gente que lo que se cocía en el ruedo...
... periódicamente voy a la Biblioteca Nacional donde nunca faltan exposiciones. Esta vez fue la dedicada a Luis Martín Santos...¿Qué habría llegado a escribir este hombre si no hubiera muerto tan pronto? Tiempo de silencio...
...así termina el libro de Paul Auster "Diario de invierno" que fui a devolver en la biblioteca de La Elipa...tenía 64 años al concluir este libro...
...ya casi con un pie en el estribo, la noche previa, quedo con mis amigos de Berlín Elena y Kai, de paso por Madrid. Nos vimos a las siete en ese lugar tan popular (patatas bravas, vermú de grifo...), Docamar, junto al metro Quintana, y casi nos "echaron" al filo de la medianoche. (La próxima ver me toca invitar en el berlinés "Pescadores y Divertidos")...
Las luces de esta casa siempre estarán encendidas para ti, tío. Fue el verdadero cierre y la constatación de que es preciso irse lejos para recuperar cercanía, de que por una expresión así está más que justificado el partir...
Wizzair, mi segundo transportista oficial tras mi trillado y agradecido Ryanair. Vuelos Madrid-Roma y Roma-Bakú por 90€...noche por medio en el aeropuerto de Fiumicino...
Cinco horas en Roma, con la intención precisa de ver el encuadre de la piazza Navona que usó Gaspar van Wittel (1653-1736) para el cuadro visto en las Colecciones Reales. Él tuvo que pintarlo desde las galerías superiores...
...indecente sería por mi parte no plasmar el comportamiento de esta empleada de Wizzair, Brigita, argentino peruana, como me dijo, que, sin ser su obligación, tuvo el detalle de sacarme la tarjeta de embarque en mi propio teléfono (yo no daba con una tecla) y ahorrarme el recargo de 50 €...
Al llegar al aeropuerto de Bakú, en propiedad Heydar Aliyev, el tantos años presidente del país, me está esperando mi nombre escrito en la tablet que sostiene el chófer del taxi previamente contratado...casi no se cree que soy yo, ha tomado de referencia mi foto perfil de wasap: sin barba, sin gafas, sin libro y sin Sally...Ya en el coche le pregunto su nombre: Orham......yes, like Orham Pamuk, me dice, como adivinando que estaba a punto de preguntarle si era como el escritor turco...es entonces cuando sitúo la frontera de lo dejado atrás y lo que me aguarda...¡He llegado!...