CALLE MAYOR...no será fácil encontrar una ciudad castellana sin una vía o una plaza con este tan bien puesto nombre. En este caso calle con soportales, protectores de lluvia o sol. Como anillo al dedo le vino el título a la película de Juan Antonio Bardem, nombre puntero en nuestra cinematografía. La trama toma su argumento de la obra de Carlos Arniches La señorita de Trevélez, una versión muy libre de la misma. De hecho, si la farsa de Arniches es una comedia, la obra filmada por Bardem se torna en tragedia costumbrista, triste historia donde las haya.
Azaroso fue su rodaje, con la censura de aquellos férreos años al acecho, escudriñando todo, mucho más sabiendo de la tendencia política de su director. Aunque la película comienza con un sobrevuelo evidente sobre Cuenca, que aporta la mayor parte de las localizaciones, los exteriores comenzaron por rodarse en Palencia: ni pintados, calles y ambiente, provincianos, para el tema de la película, y cambiaron, sin notarse, a Logroño y Cuenca...Justo hace unos años paseando por la capital riojana encontré esta placa que lo recuerda...
...ahí se observan las siluetas de Juan e Isabel, protagonistas, encarnados por el galán José Suárez y la actriz estadounidense Betsy Blair.
El argumento es fácil de resumir: unos amigos, ya maduros, aburridos, deciden divertirse jugando en gastar una broma a una mujer soltera; uno de ellos debe simular que se enamora de ella...
La película es un acertado relato que, partiendo de lo cotidiano y sencillo, mostraba la pobreza intelectual de una pequeña ciudad de provincias que se podía hacer extensible a todo un país (copio de un comentario leído).
...y en la calle mayor de Palencia empezó nuestra visita. Hablo de mi primer viaje como imsersista, senecto activo compartiendo destinos patrios. Más de un amigo mío, de los pocos a los que se lo he comentado, no se lo ha creído, "no me ven" en esta tesitura, dicen, harto novedosa para mí y harto lejana de lo que ha sido y sigue siendo mi estilo de viajar...Estos amigos ignoran, no tienen por qué saberlo, que en mí habita un redomado novelero (ya me decía mi madre) y, sobre todo, estoy interesado, mucho, en conocer otras formas de viajar, observando a mis coetáneos, ver a través de ellos, escucharles más que hablarles, tomar nota de algún comentario, no tener que ocuparme de hoteles, comidas, visitas etc. dándomelo todo hecho y servidor recibiéndolo todo y bien, con gusto, ayudándome en mi labor el hecho de ir acompañado sin dejar de ir solo. Por edad, además, ya me tocaba. A una de las encargadas de viajes Halcón de Almuñécar, Luz Marina se llama, le debo haber conseguido esta plaza de viaje cultural a Palencia, ella me llamó varias veces y acabó enviándome la documentación a Santa Cruz de Tenerife, donde me encontraba.
...No me hubiera imaginado jamás este viaje tuyo con viejecillos por doquier, me dice un buen amigo...y yo erre que erre, como decía aquella señora con acento argentino: no somos viejos, solo que nos llegó la tarde...amenazando noche, añado...
Nos contó la guía, Montse, excelente, con no poco parecido a Rosa Regás, que en sus tiempos la calle Mayor, además de arteria comercial y social de la ciudad, como en parte lo sigue siendo, era igualmente el, digamos, tontódromo, ese paseo para ver, dejarse ver, otear y mirar más que ver, que no faltaba en las capitales de mediana y pequeña población. De punta a punta de la calle Mayor hay un kilómetro, distancia que da para un buen observatorio de la ciudad: los soportales, el gran casino, admirable obra, algunos edificios modernistas, y a un lado y a otro los desvíos, apenas unos metros, para la catedral*, plaza Mayor, otras iglesias...
*(dedicada a san Antolín, es de las mayores catedrales de España por tamaño, y con razón se le colocó el sobrenombre de la bella desconocida...)
Tras la visita, en el tiempo libre que nos dieron, voy a un bar a tomar un verdejo (la guía explicó de donde viene la palabra, el color verdoso de las pepitas) y me encuentro este titular...
...y en la misma plaza de la catedral, en un evidente pero discreto rincón me encontré un nuevo monumento al maestro...algo no debe ir demasiado muy mal cuando todavía en 2003 se levanta un monumento al sufrido cuerpo...
...y mientras tanto los aburridos maduros de la película siguen con su plan (entre ellos está un jovencísimo, claro, Manuel Alexandre, grandísimo actor), siguen sacando adelante su cruel chanza. Juan, dispuesto a no perder el reto con sus amigos, aunque su semblante va dando cuenta del espantoso enredo en el que se ha metido, se ha declarado a Isabel -la escena de la procesión no tengo palabras para definirla... de España profunda, "lorquiana"- e Isabel no cabe en sí de gozo, aunque sin perder esa cara de buena, de cándida, de dulzura, de monja o misionera, de evidente víctima...uno siente como la necesidad de colarse en la trama y poner orden...
Acabando la calle Mayor por el extremo donde comenzamos a caminarla hay un parque y a un costado del mismo la estación del tren. Una tarde que mis cincuenta y dos compañeros de mundo senior (así reza en la cabecera frontal del autobús) iban de visita a la vecina Valladolid, yo aproveché para coger el tren, veinte minutos escasos, a Paredes de Nava, a cumplir con uno de los objetivos personales de este viaje...
...Allí me esperaba una cita muchos años deseada... Paredes de Nava reclama para sí el derecho de ser la cuna del gran Manrique, Jorge, aquel que, en palabras de Antonio Gala, tratando de inmortalizar a su padre, don Rodrigo, se inmortalizó a sí mismo. El mismo derecho pide Segura de la Sierra, en aquel querido rincón de Jaén. Ambos lugares pueden tener razón: Paredes de Nava por ser su tierra y Segura de la Sierra por la probabilidad de que a su madre le llegara el parto en aquellas tierras donde a la sazón don Rodrigo estaba en campañas militares. Nada de esto es relevante para las famosas coplas y su imperecedero mensaje.
...nuestros paseos siguieron, según el plan previsto, ya fuera de la capital: Frómista, Támara de Campos, Astudillo, Saldaña, la villa romana de la Olmeda, Villalcázar de Sirga, Carrión de los Condes...repartiendo el tiempo entre iglesias y monasterios, entre el románico y el gótico, entre lo admirable y lo sublime...y el canal de Castilla.
...si tuviera que destacar solo un punto de este viaje cultural que no conocía ni de referencia, no me cabría duda: la gran iglesia, soberbia, de Támara de Campos, y en ella uno de los monumentos más originales que he visto: el órgano exento que se levanta sobre una columna...
...la película termina tras la angustiosa escena en la estación entre el insistente dónde, dónde, dónde del empleado de la taquilla y el desgarrador paseo de Isabel bajo la lluvia por la calle Mayor...
Repaso el elenco...J. A. Bardem murió en 2002, José Suárez en1981, Betsy Blair en 2009 (recuerdo leer su óbito estando yo en La Gomera. Por cierto, en buena parte gracias a sus contactos y posicionamiento se pudo seguir con el rodaje de la película tras la suspensión del mismo y el paso de Bardem por la cárcel). Manuel Alexandre, el más longevo, se fue en 2010...quién quedará vivo casi 70 años después...todos revivieron para mí estas noches de hotel repasando la película y estos días paseando por la calle Mayor, en mi sentido viaje personal dentro del viaje grupal...
Terminé la película y nosotros, el grupo de 53 que salimos de Granada, ya todos en capilla ciertamente jubilosa, también dejamos la calle Mayor. Pasajeros todos, allí quedó ella, con su silencio y su bullicio a cuestas. La de vidas que habrá visto y que verá pasar. Solo la piedra, y como humano Jorge Manrique, han pasado el filtro de la perduración, de la incierta inmortalidad...
Recuerdo aquella mañana de finales de octubre que se abría el plazo para apuntarse a estos viajes de turismo social. Los días previos Luz Marina me advirtió que llegara temprano, que habría mucha gente ese día en la caza y captura de plazas para viajes diversos según un programa que nos habían dado...fui bastante antes de la apertura de puertas y ya había aglomeración...allí coseché la primera perla: los viejos lo que necesitamos es que nos muevan, decía un paisano, mientras en un corro cercano hablaban de lo bien que lo pasaron en Roquetas y Benidorm...
...cierto que algo en mí, serán las maneras, el "estilo", no da la talla: el día 29 de enero, en el aeropuerto de Granada, lugar de cita para el inicio del viaje, servidor llegó de los primeros; la trabajadora social estaba allí, carpeta en mano, haciendo de recepcionista, pasando lista; yo, con mi exigua mochila a la espalda, me coloqué frente a ella pero vi cómo iba atendiendo a los jubilados, mayormente parejas, que entraban por los laterales...le hice una seña y... ay, ¿usted también viene?...yo pensé que estaba acompañando a alguien...parece más joven...Le dije que era mi primera viaje. ¡Que sea una buena experiencia!...me deseó.
Tal vez no fui excesivamente comunicativo pero sí observé, desde mi soledad, con cariño y respeto, a mis compañeros, pensando la de vicisitudes que tuvo que urdir la vida para llegar a juntarnos unos días. Escuché expresiones que me hicieron mucha gracia... llevamos tantas iglesias que ya no me acuerdo de ninguna... Fulano, le decía, una señora a su marido, échate por aquí que puede pasar un coche y nos mata vivos, y al entrar al monasterio de la clarisas en Astudillo, uf, que escalón tan grande, como en todos los conventos, y un hombre que le decía a su señora que creía haberlo perdido de vista, estoy tu lado y no me encuentras, y la simpática y dicharachera vecina de mesa: ¿es usted senderista?...Y codo con codo en la mesa había un señor que dijo algo que me sonaba mucho: viajar y morirse por ahí... Confío que también alguien me miraría, que hablarían de mí, qué tipo más raro...
Hacer otro viaje así será cuestión de vida y esperanza, la vida y sus devenires dirá. Fue un gratísimo visto y no visto...Cierro con este fragmento de las coplas que puede leerse en el monumento de Jorge Manrique en Paredes de Nava...
...por supuesto, tengo CALLE MAYOR a disposición de quien la solicite...
ResponderEliminarQuiero verla, ya sabes que yo también soy palentino. Allí viví en el 77-78, y hoy tantos años después he vuelto a pasear por la calle Mayor de mis tonteos juveniles. No recuerdo haber ido a Tamara de Campos, pero me lo anoto; si tú miras primero yo veo mejor, así que cuídate la vista que en unos días tendrás que dirigir mi mirada. Gracias, por haber ido a mi tierra y contármela.
ResponderEliminar...deduzco, amigo Pepe, que no has regresado desde aquel 77/78. No se puede dejar pasar tantos años sin volver a lugares queridos sopena de quedarnos puestos...
ResponderEliminarOjalá que esta página sea el resorte que te lleve...
Querido amigo, yo era una de las que no acababa de "verte" en un viaje del IMSERSO, tal vez porque olvidaba tu naturaleza curiosa, tu predisposición a conocer todo cuanto te rodea. Por tus venas corre el afán del buen observador como gran viajero, que no turista.
ResponderEliminarGracias por las magníficas fotos y las correspondientes explicaciones que me descubren tantos lugares desconocidos.
Recuerdo la película CALLE MAYOR. La sensación de rabia ante la perversa broma y cómo se muestra la amargura de la protagonista debieron dejarme huella.
Te deseo mucha vitalidad y energía, de cuerpo y mente, para que continúes con tus viajes (sea cual sea la forma que elijas para hacerlos)
...debe ser cosa de vejez, y no precisamente de IMSERSO, sino de mayor sensibilidad a mayor edad pero aun siendo película notaba cómo me dañaba la historia de la película. Nunca podía sospechar que llegaría a la revisión de la misma a través de mi primer viaje IMSERSO...agradecido...me gustaría verla contigo y Juan...
EliminarAmigo don Antonio, como siempre darte las gracias por tu publicación. Te diré que el tema de la película, me resulta desagradable, ya sabemos que es una película, pero ese tipo de bromas, deberían estar prohibidas, o censuradas, y la filosofía que transmite, no todo mundo la censura, sino que la aplauden.
ResponderEliminarMe has dodo una sorpresa con el viaje del IMSERSO (no se por que el corrector, me indica que se debe poner todo en mayúsculas) de todos modos, da igual el tipo de desplazamiento que utilices, el caso es que al final de tus viajes, tienes la virtud de transmitir tus experiencias de todo lo que tu vives y ves, lo cual nos sirve de deleite y ampliación de conocimientos a cuantas personas estamos aprovechándonos de tu buen hacer, ya que siempre, me da la sensación de ser yo el protagonista, pero bueno... despierto pronto. SALUD Y UN ABRAZO DESDE PONFERRADA - EL BIERZO - LEON - ESPAÑA
... sí, amigo César, la broma de calle Mayor es del todo punto reprobable y seguro que tales y peores se habrán dado por nuestra España...
ResponderEliminarMi corrector también da IMSERSO con mayúscula y lo veo bien porque, ciertamente ha entrado con fuerza en mi vida...un abrazo y hasta muy pronto...