...el Río MARTIN en la Mochila...

"EL QUE NO CONOCE EL CAMINO HACIA EL MAR DEBE TOMAR UN RIO COMO GUÍA" 

...Corría el año del Señor de 1982, pleno agosto por más señas, cuando la vida que me tiene y me lleva puso rumbo al lugar de Hoz de Jaca, sito en el valle de Tena, Huesca, pleno Pirineo. Ir a los Pirineos, a subir a sus cumbres, caminar por sus bosques, contemplar sus ríos, ¡a vivir, en suma!, era uno de mis sueños de entonces, como antes lo había sido Cazorla o un poco antes subir al Mulhacén, o pasar dos años al amparo del Teide, en Tenerife, de donde venía trasladado... ¡al fin, maestro pirenaico!, en tantos frentes y vertientes, de 1982 a 1985, fecundo tiempo de mi vida, poblado de naturas y culturas, que se prolongó y llega hasta la actualidad.  

Empezaba por aquel entonces a conocer a Labordeta, don José Antonio. Ya no sé si en el estanco de Biescas o en la tienda de Peñarroya de Jaca compré su libro ARAGÓN EN LA MOCHILA, entonces éxito regional y precursor de la exitosa serie viajera de TVE "Un país en la mochila" años después...

También año del Señor pero ya este de 2023, concretamente mes de junio. Voy a Utebo, a la vista de Zaragoza, a visitar a mi familia pirenaica, y en ella Alicia y Miguel Ángel, piezas fundamentales en esta historia de agua y camino, aguas límpidas y paisajes profundos. Ya no recuerdo cómo o a qué vino, seguro que por medio habría un vermú o un aperol, la propia vida que todo lo empareja y nos manda las señales, el caso es que cogimos este libro que por allí reposaba al tiempo que pensábamos a qué lugar podríamos ir el sábado o domingo. "A ver qué pueblo es este de la portada, a ver..." y decidimos ir a Alcaine, que era ese pueblo de enclave inverosímil, airoso como pocos, que luce la portada...

Dicho y hecho. Salimos y paramos a tomar café en Albalate del Arzobispo...

 ...y servidor, que no puede pasar inocente por lugar alguno (vengo a ser como aquellos barrenderos con que nos comparaba el querido, al menos para mí, padre espiritual del seminario)*, se acercó a ver qué río era ese que iba crecido y portando el lodo de las lluvias pasadas y qué carteles y qué señales eran esas que me llamaban...y ahí se gestó en cuestión de segundos mi historia con el río Martín...(por cierto ese día no llegamos a Alcaine, sucumbimos a otras tantas tentaciones por el camino)

*(en aquel tiempo, años 60 hablo, los días que salíamos a la calle lo hacíamos en ternas; harto visto teníamos el paisaje interior de cada día entre los muros del seminario, así que los ojos se nos iban mirando "el mundo", y cómo no, las carteleras de los cines -Palacio del Cine, Goya, Aliatar...- en que estaba la tentación en forma de un más que leve escote, unas insinuantes miradas...cómo contarlo a los ojos de hoy. Entonces, nuestro don Manuel nos decía en sus pláticas matutinas: "Algunos van como barrenderos, barriendo con la mirada toda la basura de las calles", más o menos...)  

Mi ánimo y mis botas tomaron buena nota y a salud y vida tener me propuse andar este camino más pronto que tarde, que ya no hay lugar para aplazamientos. (Adelanto que no esperaba yo que me fuera a impactar tanto este recorrido, que me fuera a gustar, tantísimo, y que fuera a auparse a los primeros puestos de un ranking de caminos en que todos son excelentes).

Así, llegó noviembre, aun no muy frío, ya no calor, otoño en sazón, un pletórico otoño aguardando. Mochila, botas, ánimos...y el palo de pastor que siempre me acompaña en las rutas por España, en este caso con un sentimental valor añadido: unos días antes había muerto Ramón, padre de mis alumnos Mari y Ramonito, de Hoz de Jaca, él fue quien me lo regaló en aquel tiempo de maestro, un palo de avellano, ya liviano como pluma, con ese detalle de la empuñadura que lo hace único... 

Entre los lugares por donde alumbran las aguas primeras (sierra de San Just a una altitud aproximada de 1.500 m.s.n.m.) y su entregarlas generoso al gran Ebro (en Escatrón, a unos 140 m.s.n.m.), el Martín tiene una andadura de unos 100 km. Un recorrido corto, muy corto, para la maravilla natural que encierra, maravilla natural aumentada por el propio otoño y por la soledad siempre compañera, y cultural por la pinturas rupestres que formando parte del arco levantino español están declaradas patrimonio de la Humanidad por la Unesco. No poca vista y paciencia tuve que gastar para conseguir ver algunas, esfuerzo justamente recompensado en la soledad de aquellas oquedades...     

...y en plena sierra de Arcos, frente al santuario cuya virgen lleva dicho nombre, allí están excavadas, a saber los moradores que acogieron en su día, seres como yo, como tú, lector, estas tumbas medievales (uno de los motivos por los que aquel día no llegamos a Alcaine Miguel Ángel, Alicia y un servidor).      

...y aguas arriba, casi en el nacimiento, asomada al embalse de Las Parras, la necrópolis del Pajazo...

...los pueblos que ven pasar el Martín, por orden de aparición...

LAS PARRAS DE MARTÍN

MARTÍN DEL RÍO

MONTALBÁN

PEÑARROYAS

OBÓN

ALCAINE

OLIETE

ARIÑO

ALBALATE DEL ARZOBISPO

URREA DE GAÉN

HÍJAR

SAMPER DE CALANDA

JATIEL

CASTELNOU

ESCATRÓN

...pueblos todos unidos en lo bien puestos y por la despoblación, ese mal arraigado en la España rural y acentuado en algunas provincias. Una vez esto confesado y sentido, acabo por tomar como lujo este solitario paso por ellos. En algunos sólo me cruzo con algún paisano mayor, alguna familia magrebí, magrebíes que, según me dijeron, han mantenido abierta la escuela de Martín del Río...

En el tramo entre Oliete y Alcaine, el camino se separa del río y campa por un paisaje de pasmo, la paz inquietante de estos desolados parajes turolenses, bellísimos...

...recuerdos de cultivos, de minería, pasto del olvido hoy...o este abandonado poblado de Las Eras a la vista del pantano de Cueva Foradada, cerca de Alcaine...

...en Alcaine, al fin, la portada del libro de Labordeta...(Pero la historia no estará completa hasta que no venga con los amigos citados)

...en Alcaine, un bar, ¡qué digo un bar!, mucho más que un bar, un lugar donde comer, dormir y departir, todo un lujo viendo lo visto en otros lugares, un sitio al frente del cual están Cristina y Víctor...(yo empeñado que le parece a Joe Cocker)

...Víctor y Alicia, formando parte del paisanaje inherente a todo camino, dándole el toque personal que tanto apreciamos los caminantes y erráticos, como el paisano que me esperaba al entrar por Obón...desde que vi el pueblo desde el altozano, iba recordando la fiesta japonesa de Obon, tan ligada a los difuntos, recordaba la errática luz de los farolillos sobre la superficie de las aguas en la noche de agosto...Entro en Obón con la necesidad de conseguir algo de comida aun a sabiendas que no será fácil. Me cruzo con un orondo señor, de campesina gorra y abrigada camisa de franela...¿francés o español? me espeta directamente. Contesto que español y acto seguido ¿de Valencia? de Granada, le contesto y lo dejo caviloso acerca de mi lugar de procedencia tras preguntarle si hay alguna tienda en el pueblo. Dos mujeres mayores platican en un carasol junto al frontón bajo el ayuntamiento. El reloj da una hora que nadie parece percibir, el tiempo está detenido en este soleado mediodía. Giro visita por la puerta de la iglesia, paso por la puerta del bar tienda, cerrado en septiembre, voy a recoger la mochila dejada junto al ayuntamiento y estoy para irme tirando de las pocas nueces que me quedan cuando el buen hombre aparece con una bolsa de Alcampo "mira, aquí te traigo un poco de comida por si te puedes apañar"...me abre la bolsa y me muestra el contenido...empiezo a agradecérselo y le pregunto qué tengo que darle, no está seguro, le insisto y ya va venciendo una justa reticencia ..."lo más caro es el jamón" me dice entre entre justificado y comedido. Con gusto le doy un billete de diez euros y sellamos un perfecto trato...  

...un rato después, en un prado junto al manso Martín, recupero fuerzas y levanto ánimo...

...a la vista de Peñarroyas desde el mirador del Portillo, la tarde iba cayendo de manera calma y hermosa, roja y violeta, dorando todo color. Se avecinaba el frío que se anunciaba, mi saco no daba para tanto y no tenía idea de dónde me recogería. Siete personas viven en el diario del pueblo, así me lo dice la pareja mayor que va paseando ya de recogida. El hombre me nombró Granada, dijo que de joven trabajó en unas minas cerca de Atarfe, supongo que en sierra Elvira... ellos mismos llamaron a Sandra y encontré un salvador y confortable acomodo en la casa rural. Si vuelvo por Peñarroyas visitaré el museíllo de escuela rural. La mañana se levanta con la poesía del frío enseñoreando lo paisaje...Ah, el paisaje...

...el paisaje, alma profunda de estas tierras...

...las muchas pasarelas del Martín...

...la sima de San Pedro, impresionante...

...y no hay camino sin noche á la belle étoile...no había cama libre en Oliete y la encontré, como tantas veces en mis caminos, al amparo de una ermita: la de la virgen del Cantal, en las tranquilas afueras del pueblo...     

&&&&&&&&&&&&&&&&&

 

...y ahí va el padre Ebro a la altura de Escatrón, ya con las aguas del Martín incorporadas. El Ebro, un humilde arroyuelo en aquel su nacer en Fontibre, fue haciéndose grande con tantos pequeños aportes. Viendo esta foto y estos carteles recuerdo con nitidez aquellos días de verano de 2008 cuando mi camino junto al río, unos mil kilómetros desde aquellos rincones cántabros hasta Riumar, delta del Ebro, pasado Tortosa...lección del pasar, de mudanza en la permanencia...

...al maquetar esta página me quedo asombrado viendo los lugares por los que pasé...debería volver para creer que no los soñé...Termino de componerla en El Hierro, tan lejos de los lugares representados. Si algún amigo, familiar, conocido, llámese lo que sea, me solicitara consejo sobre un recorrido intenso pero fácil de caminar, donde el esfuerzo de cada paso está generosamente recompensado, este es el camino...¡incluso me prestaría a hacer de solícito guía!. ¡Qué más puedo decir sobre este GR 262 junto al río Martín! 

                          (Antonio Machado)