...lo que menos se espera es lo que más se agradece, como vine a aprender en mis tiempos gomeros. Donde menos lo esperas te encuentras un regalo generado por ti mismo, de ti para ti, en tu intimidad, en este caso intimidad viajera, un regalo que ahora, tiempo después, desurgenciado, comparto con vosotros tras sacudir de nuevo mis archivos fotográficos...
...Iba tan tranquilo, relajado ya tras un cierto suspense burocrático en el momento del embarque, ya acomodado junto a la ventanilla de mi Ryanair en el vuelo de Ammán a Madrid regresando del mes largo por unos países del golfo Pérsico, Alejandría y Jordania. Miraba bien a través de ella, esta vez era yo el que estaba expectante porque era evidente que en poco momento (préstamo de mi amiga Conchi de La Gomera) abandonaríamos la secura de la tierra prometida para entrar en el Mediterráneo...como así fue...Y se me representó clara, evidente, la ciudad de Tel Aviv y la interminable costa que se extiende al norte de ella, costa que caminé hace dos años formando parte del Camino Nacional de Israel...
...Hasta muy cierto punto esto lo estaba aguardando. En cambio, nada me presagiaba lo que vendría un buen rato después y que viene a ser el objeto de esta página como lo fuera el Midi d´Ossau en la anterior... Sorprendente, por más que fuera esperable por la propia carretera aérea que seguíamos. Fue un poco después cuando desde mi permanente mirador de las alturas veo mar, claro, pero veo tierra y veo nieves...una cordillera, dejémoslo en una sierra, nevada, extendida...
...no podía ser Chipre, cuyas elevaciones también caminé hace años y no llegan a tanto en altura y extensión...veo, en fin, a la derecha una península: demasiado fácil, estábamos sobrevolando CRETA...
...era la península de Akrotiri, a cuya entrada, en amplio istmo, se levanta la ciudad de Chania...cuando volví a tener conexión, ya en tierra, hice esta composición, confirmada por mi amiga Victoria en Atenas:
...no podía dar crédito a lo que estaba viendo, increíble me parecía estar sobrevolando lo que caminé, felizmente errático, desbrujulado, aquel abril de 2007, rodeando ventisqueros, sin certidumbre de dónde llegaría, animado siempre con el recuerdo de que estaba en tierra de minotauros, de minoicos, en una Grecia profunda...
...Había ido a visitar los míticos lugares de Creta, Cnosos (lo llevaba en el pensamiento desde los estudios de bachillerato en el seminario), el museo de Heraklion, la tumba de Nikos Kazantzakis, la garganta de Samariá...todo dentro de mi caminar...de un caminar las etapas que encontrara del E-4, ese gran sendero europeo que cruza el continente desde Tarifa hasta Creta aunque esto queda en la teoría pues buena parte de él ni está marcado ni visos de estarlo. Este gran recorrido en su parte española es el GR 7, que va de Tarifa hasta Andorra por donde pasa a Francia, sendero que en buena parte tengo recorrido, recorrido que sin ir más lejos pasa por esta sierra de la Almijara que por mor de vecindad se ha convertido en mi referente montañero aquí en Almuñécar...e igualmente pasa por el querido lugar del Montenegro alpujarreño...valgan estas señales que lo corroboran...
...en el rural paisaje interior cretense, contento me daba con encontrar de vez en cuando alguna señal como esta...con ellas y con mi ánimo bien sustentado de piernas y corazón fui tomando de referencia esas nieves, sabiendo que ahí estaba el monte IDA, la altura mayor de la isla...
...sentía la misma serena pasión que cuando unos días antes había estado en el Monte Athos, o cuando pasé por Estagira, el pueblo natal de Aristóteles, y estaba seguro de que no podía pasarme nada, sentía una clásica protección, digamos...que los dioses me acompañaban como alguien me dijo en otro contexto...
...rememoro mis pasos por aquellos lares cretenses, recuerdo la cueva que una noche me cobijó, la providencial provisión de botellas de agua que encontré; se me antojaba la cueva donde digería sus cuitas el desgraciado, feliz en su desgracia, pastor Grisóstomo o tal vez la libre Marcela que en aquellas arriscadas soledades había hallado el deseado solaz, el secreto de su felicidad. Junto a las botellas de agua no faltaban otras más pequeñas, líquido era, agua parecía: era ouzo, el aguardiente griego que forma parte de mis libaciones cuando viajo por Grecia...buena estrella llevó hasta allí al solapado borrachuzo que, como uno de tantos, también llevo conmigo...
...Y así hasta llegar a la base de la montaña propiamente dicha donde me salió al paso, ah sorpresa, esta gran oquedad, este antro (palabra directa del griego), esta cueva de la que no tenía noticia hasta que leí su historia, su leyenda, en la misma entrada: el ANTRON IDEON...
...Mi asombrado asombro se encontró con que era el lugar donde nació nada menos que Zeus, parido por Rea, su madre, que allí lo ocultó para protegerlo de Cronos, su padre, ya que este devoraba a sus hijos...Rea engañó a Cronos dándole una piedra envuelta en pañales simulando a su hijo. Zeus creció en esta cueva amamantado por la cabra Amaltea...en la mitología hay que entrar pero llevando un hilo de Ariadna, o sin perder el agujero de salida, que unos nombres van tirando de otros, un interminable desfile de personajes, hilando unos acontecimientos que provocan otros y así hasta el infinito, o casi...Ah, la mitología, como más de una vez he señalado, y escribo esto justo en los días que se celebra en Almuñécar el anual festival de teatro clásico grecolatino, con rutilantes puestas en escena de Edipo, Ayax y Las Suplicantes, donde tan presente se muestra aquella...y el destino del que no se puede escapar, insoslayablemente, que con esta palabra nos los explicó mi querido don Germán en aquel seminario, base y sustento de tanta mi vida posterior...
...estaba en pleno monte IDA, también llamado Psiloritis (monte alto) la altura mayor de Creta con 2.456 m.s.n.m. En su cuerda se tiene, obvio, la más amplia vista de la isla, se extiende entre este y oeste, siendo surcada de profundos barrancos en sus vertientes sur y norte, mayormente en este lado, donde se abren varias gargantas, entre ellas las más famosas, la de Aradena y sobre todo la de Samariá, que recorrí un par de años después y que incluí en un página de este blog tiempo ha...
...y ahí estoy, en la cumbre, señalando la pequeña ermita que corona su eminencia, ermita de Timios Stavros, la Santa Cruz. Todas estas vivencias y tanto más se me figuraba que lo veía, que lo recordaba, en en el apenas un par de minutos, una personal cápsula de tiempo, que tardó el avión en dejar la vista nevada, y seguir su rumbo...Cierro con estas imágenes de Chania, La Canea en italiano, al fin y al cabo fue la mancha blanca en esa península que vi desde el avión...por ella pasaron cruzados, venecianos, otomanos...llegó a ser la capital de Creta, se le considera la más bonita de la isla y para mí ha sido un encanto pasearla el par de veces que estuve...ah, y está citada en la Odisea...
...hasta otra entrega desde el cielo mirando la tierra...
Tú te cobijaste en la cueva cretense en un verdadero ejercicio de libertad, tu recorres el mundo a tu antojo, tú universalidad no conoce límites. Nada que ver con Grisótomo y Marcela. La chica escoge huir de la ciudad para vivir en soledad, no quiere vivir en sociedad; Grisóstomo es un falso pastor que busca el amor de Marcela, y actúa movido por una excesiva valoración de sí mismo, egolatría que le conduce hasta la muerte al ser rechazado. Ambos fingen. Son unos falsos pastores que conviven con pastores reales. Proceden de familias ricas, y abandonan la ciudad para vivir idílicamente. Son unos inadaptados a la sociedad, a la realidad de su tiempo. Lo que ofrece Marcela no es una vida libre, es una vida anulada, con menos posibilidades incluso que en el convento.
ResponderEliminarLibertad, la tuya; lo de estos es la ironía de Cervantes hablando de libertad.
... LIBERTAD...fuerte quimera, inevitable horizonte, utopía forzosa...a saber, amigo Pepe, tú como estudioso cervantino, servidor como simple disfrutador de su obra, qué quería trasmitir don Miguel a través de estos personajes que ahora, al confeccionar está página, me han salido al paso y con más gusto que otra cosa los he colocado...
EliminarQuédome más que contento con haberte participado aque paseo por el paisaje cretense...
¡ Ah... Qué dos páginas! ... Qué sensación tan placentera experimento mientras las leo... Trasmites tan bien las emociones, el asombro de verlas desde el aire, el placer de haberlas caminado, disfrutándolas, en compañía de amigos o de seres mitológicos... Haces que evoque las veces que yo pude disfrutar de algo parecido (aunque a otro nivel, claro está).
ResponderEliminarGRACIAS, amigo... Te deseo mucha salud para que puedas seguir viajando y compartiendo tus experiencias.
...con tanto agrado leo tus gratas letras que expresan justo lo que yo pretendo al publicar este conjunto de párrafos e imágenes, evocando desde este cada vez más incierto presente ese pasado ya un tanto vagaroso...Gracias
EliminarMuchas veces me das algunos recuerdos leyendo tu página. Estuve con Gerd 1982 o 1983 en Creta, como tú con mochila, saco y tienda (de verdad: no me gustó nada; durante las vacaciones en Creta nos robaron la tienda..). Nos alojamos un par de días en Mochlos cerca de Chania, un pueblo precioso. Visitamos desde allí Cnosos, la cueva de Zeus desde los llanos de Lasiti. En un barco pequeñito llegamos a la isla Gavdos, situada al sur de Creta dónde me sentí muy aislada, demasiada naturaleza.. En el horizonte surgió IDA con su cabeza de nieve y me dio consuelo...
ResponderEliminarUn saludo desde Hondarribia
...dioses, destino, precauciones, ángel de la guarda, ausencia de temor...de todo un poco debe haber en el deambular de cada cual por el proceloso mar de este mundo...conscientes de que de una forma u otra llegaremos al destino que nos aguarda...brindemos por lo pasado y por lo por pasar...
ResponderEliminar...me produce una más que grata emoción el hecho de que algunas páginas que escribe te traen al presente recuerdos de tu propia vida. Al decįrmelo me da algo más que alegría...saber que hemos estado en el mismo espacio en diferentes lugares es algo que nos vincula y agradezco profundamente.
ResponderEliminarNo conocía la islita de Gavdos, he leído lo poco que sobre ella he encontrado y...ya siento ganas de ir, cómo no...
Feliz llegada a ti paraíso español.