...Cuando la anterior página sobre Pessoa ya estaba publicada, hace de ello bastante, me di cuenta que había olvidado incluir dos detalles no precisamente baladíes: lo último que dijo, sus últimas palabras, y lo último que escribió, sus últimas letras...
Cuando encuentro a alguien que ha asistido al tránsito, muerte si gusta más, de alguien, siempre pregunto qué dijo antes de salir de este proceloso mundo...no falta literatura -al fin y al cabo a ver quién es el sabio que deslinda la literatura y la propia vida- sobre las últimas palabras, famosas últimas palabras, lo que dijo gente que ha pasado a la posteridad humana antes de irse sin dejar señas, complemento de famosas primeras palabras dedicado a libros renombrados (en lo primero que decimos o guturamos los humanos todos hay un evidente parecido)...no falta algún libro dedicado a postreras palabras en la biblioteca de un reconocido tanatófilo como un servidor...la vida nos iguala, entre muchas cosas, en los primeras expresiones, lloros, berridos, vocales...hasta llegar al mamá de turno o similar...sin embargo, qué diferencia cuando encaramos la puerta de salida, desde los que se van en el mutis absoluto, caso de quienes lo hacen durmiendo y cuyas últimas palabras hay que buscarlas el día, o días anteriores, ignorantes de que ya no habría más, hasta esas que se pronuncian más o menos conscientes de que nuestro discurso toca a su fin, palabras que han estado toda la vida esperando su turno...
He tenido la suerte de asistir al último suspiro de tres personas, tres mujeres, incluida mi madre...aunque, ahora que veo el título de la entrada y el derrotero que lleva, veo que es hora de llamarme al orden...
Prefacio todo del tema que trato...
...me parece que el caso de Pessoa no tiene parangón. Pocos seres humanos han pasado por el mundo, cuando les tocó vivir, tan oscuros, tan grises, tan desapercibidos...para brillar tanto en su posteridad. Recuerdo emotivamente el viaje, aquella navidad, 2007, ex profeso con él, para él, mapa en mano, apuntes en mano, todo sentido, por las calles de la cautivadora Lisboa...días siguiendo los pasos de su deambular y noches de lectura en el hotel, un viaje literario como pocos...como tantos he hecho...
...Su alfa estuvo en el lisboeta largo de San Carlos; allí vio la primera luz este hombre que tantas luces acabaría prendiendo...
...su omega, no muy lejos, un poco más arriba, entre las callejuelas del llamado Barrio Alto donde todavía cumple su labor el hospital de San Luis de los Franceses...
... fue breve su estancia en la habitación (no recuerdo el número) de dicho hospital. Al parecer lo llevó un día antes su barbero, Manasés Seixas, que lo encontró en su departamento en muy malas condiciones. He encontrado por la red una página en la que se cita al hijo de Manasés, niño entonces, refiriendo sus nebulosos recuerdos de aquel hombre que era Pessoa. Lo atendió Jaime Neves, médico, su primo...coma hepático...47 años...
DAME LAS GAFAS, fueron sus últimas palabras. (José Saramago, en su novela -inevitablemente, mi favorita- El año de la muerte de Ricardo Reis, en la que recrea el encuentro entre Pessoa y su heterónimo Ricardo Reis, creo que hace un evidente guiño a estas sus últimas palabras cuando uno a otro le dice que ya no le harán falta, las gafas, en el lugar al que van...)
I KNOW NOT WHAT TOMORROW WILL BRING , lo último que escribió, justo en inglés, que manejaba como el portugués, desde los lejanos años juveniles en Durban, Sudáfrica, un premonitorio: NO SÉ QUÉ TRAERÁ EL DÍA DE MAÑANA...
Siempre que voy a Lisboa, la última vez el pasado noviembre, giro visita, religiosamente, al monumental cementerio de Prazeres. Suelo hacer el trayecto a pie, siguiendo los railes del tranvía número 28, al que a veces también subo a la altura del Largo do Chiado, a la vista de la estatua sobre pedestal de Luis de Camoens, normalmente tras tomar el preceptivo café con bolo de arroz en A Brasileira, a ser posible junto a la figura sedente del amigo, allí expuesto a intemperies y turisteos...
El tranvía termina su recorrido en el Campo de Ourique, frente por frente a la monumental puerta de acceso al camposanto, flanqueada por alados relojes de arena...
...voy vivo muriendo, tal vez soñando que vivo, mientras busco, y encuentro, las tumbas bajo cuyas losas se descomponen los restos de los que tanto debo... decía Filper Randa como justificando, si tuviera que hacerlo, su permanente peregrinación por necrópolis...
...volviendo de Belém a Lisboa, siguen los lugares pessoanos por excelencia: la casa-museo biblioteca de la calle Coelho da Rocha, cerca de Prazeres, el Martinho da Arcada, donde suelo tomar una cerveza o un café al lado de los azulejos, incluso una vez cené, que un día es un día y el dueño, don Antonio, me enseñó libro de firmas y me contó detalles del emblemático lugar...
...y, cómo no, la calle de los Douradores, la calle donde pasara su vida laboral; en ella o en su entorno es donde siempre me busco aposento para los días de mi estancia...
A veces pienso que nunca saldré de la rúa dos Douradores. Y eso así, escrito, me parece una eternidad.
...pero conforme he ido armando la página han ido saliendo ideas a modo de glosas, apostillas, recuerdos... en una palabra, sugerencias que piden ser contadas para no quedarse en mi excesivo arsenal interior...
...así, por ejemplo, mis personales celebraciones en el aniversario de su tránsito, el 30 de noviembre, para cuya fecha estaba prevista esta página...
...o este azulejo que encontré en Angra do Heroísmo, la bonita, colorida, capital de la azoriana isla de Terceira -ciudad Patrimonio de la Humanidad- de donde era su querida madre...
... su madre, a la que dedicó este poemita escrito cuando solo tenía siete años:
A mi querida mamá
Oh tierras de Portugal
Oh tierras donde nací
por mucho que me gusten
tú me gustas más.
MINHA PÁTRIA É A LÍNGUA PORTUGUESA
mi patria es la lengua portuguesa, tal y como aparece en el citado Libro del Desasosiego, de su heterónimo Bernardo Soares...Ni que decir tengo que cuando a las tantas llegué al convento el padre José Francisco, mi valedor, estaba algo más que preocupado, me preguntó sobre el ajetreado día y yo me puse a contarle, para cerciorarme y digerirlo, la aventura del día, la cadena de gente que se había amablemente movilizado para que este español pudiera llegar a un lugar que al parecer solo él conocía...
...Me queda saber si mi vida tiene previsto que su servidor, un servidor, vaya a Durban, donde pasó buena parte de sus años mozos, a completar mi ruta con él...de todas formas siempre quedará Lisboa, inagotable siempre...
Amigo don Antonio, lo primero es lo primero, así que... muchas gracias por compartir tu esfuerzo con todas las personas que te conocemos, y que de vez en cuando, tenemos la necesidad de conocer cosas nuevas, y que dicho sea de paso, la culpa la tienes toda tu, por meternos ese vicio en el cuerpo, la verdad, yo me siento como los niños, les das un caramelo dos veces seguidas, y ya no te los quitas de encima para toda la vida, a mi personalmente, me tienes enganchado, y que conste que no soy ningún porreta, pero me gustan muchísimo las cosas buenas, las que no tienen precio, pero si un valor incalculable. SALUD Y UN ABRAZO DESDE PONFERRADA - EL BIERZO - LEON - ESPAÑA
ResponderEliminar...buenas, amigo César. Me agrada "haberte llevado" en esta página a Lisboa, a Azores, a Sao Paulo, al mundo de mis recuerdos que tan tranquilo estaba sin saber que los sacaría a la luz....voy camino de Alemania,con proyecto de otra página.. un abrazo.
EliminarQuerido Antonio, creo que para algunas personas existen lugares de anhelo, lugares donde ellas encuentran, donde ellas sienten algo espiritual, un campo de fuerza inexplicable y solamente notable para ellas mismas. Estos lugares tienen algo que ver con sus entrañas, sus emociones, con una parte importante de su vida. Creo para tí no es un lugar sino la persona de Fernando Pessoa. Leyendo tu página, tus páginas, tantas citas con las que te refieres a él es obvio la importancia que tiene Pessoa para tí. Visitaste tantos lugares de su vida como si quisieras ponerte en sus huellas, empatizar su manera de vivir, de sentir. Es como vivir un sueño.
ResponderEliminarPersonas que pueden vivir un sueño buscan y encuentran algo que existe detrás de lo que decimos que es la realidad. Me gusta este rasgo y además yo también encontré mi lugar de anhelo...
¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño: que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.
Pedro Calderón de la Barca
Un abrazo y salud
Amiga Ulrike: yo, con mi español, no podría haberlo explicado tan completa, tan elegantemente...me asombras y admiras con tu expresión...y me conmueve.. te escribo en un nuevo camino a tu país, a disfrutar de algunos cascos históricos barrocos, patrimonio de la Humanidad...
EliminarY, curiosamente, llevo en el equipaje el libro de Calderón ..un abrazo, con la esperanza de vernos la próxima vez...
Esa anécdota que cuentas de Sao Paulo expresa mucho de ti, de tu carácter, ... no olvidas una reseña vista al azar y eres capaz de perseguir un sueño sin descanso, no me extrañaría que fueras a Durban... Te deseo mucha salud porque ánimo no te falta...
ResponderEliminar...si, mi buena amiga, es una "obsesion" en mi, una curiosidad innata, aquí con Pessoa pero podría extrapolarlo...Pessia venía a decir que se veía asaltado por multitud de detalles, que no había algo que no guardara un mensaje para él...
ResponderEliminarPues, lo de Durban, Dios sabe, no tanto por falta de ganas o posibilidades sino por los nuevos condicionamientos pandémicas...se verá...