...ESTOS DÍAS AZULES*...y esta luz de la Gran Canaria, una meridiana luz de invierno, intensa luz que, sin dañar, muestra todo (barrancos, agua que corre, roques, pinares, tabaibas, palmas, lejanías...horizontes) tal y como si todo estuviera recién puesto, recién sacado del prístino molde...Días azules completados con la frescura de aire y el tapiz verde que en cuestión de pocos días dejó sobre la bendita tierra canaria la pasada borrasca..."tenía que haber visto usted esto hace una semana, cuando la Filomena esa, no había quién parara"...a veces se encuentran esas suertes gratuitas, ese estado de paisaje, en estado de gracia, que, tras el vapuleos y sacudidas y una rápida convalecencia, aparece feliz, regalándose, diciendo aquí estoy yo, miradme, admiradme...
*préstamo de Antonio Machado, claro...
¿Un camino de Santiago...en Gran Canaria...un camino en las islas y sin llegar a Compostela? Saberlo parece quedar reservado para los que entendemos o buscamos, o, justo por ello, nos viene al encuentro. Tengo en mi haber, caso de una hipotética rendición de cuentas al cabo de la vida, el haber trasmitido la existencia del mismo a no sé cuántas personas, no menos de un centenar, tanto peninsulares como isleñas, igualmente desconocedoras...No ha faltado tinerfeño que, producto de la natural y fatua rivalidad entre las dos islas capitalinas del archipiélago, se haya sonreído al comentarlo, como condescendiendo "estos canariones no saben lo que van a buscar para destacar"...
Tendría que ir a mis diarios de entonces, ímproba labor, para saber dónde, cuándo, cómo me llegó la noticia de su existencia...
Sea como fuere, en las vacaciones de semana santa de 2012 me fui a Gran Canaria y entre los caminos que me llevaron por su apasionante geografía, estaba este que ahora, como jacobeo oficial, he vuelto a caminar.
El camino como tal no es nuevo,...las sendas vienen de antaño, claro, pero como camino jacobeo, arranca oficialmente cuando el papa Pablo VI en 1965 concede la bula necesaria que otorga las mismas prerrogativas que quien llega a Compostela, todo ello refrendado, en 1993 por Juan Pablo II, concediendo in perpetuum, las gracias jubilares a Gáldar a partir del año santo jacobeo de 1993... exactamente igual que en llegando a aquel famoso y visitado rincón de Galicia. El camino une las iglesias de Santiago de Tunte en San Bartolomé de Tirajana con la de Santiago de los Caballeros en Gáldar, la antigua capital de la isla...
Como suele ocurrir y ocurre, la historia está adobada de leyenda, de tradición, o a la leyenda no le falta historia (casi qué más da, piensa un servidor). Leo que unos gallegos, en acción de gracias por haberse salvado de un naufragio, llevaron una imagen de Santiago desde la costa hasta Tunte, donde le levantaron una ermita, hoy ya desaparecida, historia/leyenda desde luego más verosímil que las famosas luces que vio el rey Alfonso II y que identificó como el sepulcro del apóstol, por no decir de la barca de piedra que trajo su cuerpo a Iria Flavia desde la lejana Palestina...Qué importa, como digo, si además no sabemos si no seremos nosotros un propio mito...
...Como digo, seguí el mismo trazado de marzo de 2012; todo un lujo poder caminar nueve años después, diría yo que en las mismas condiciones, en este tiempo de fibrilaciones personales, ya asomado al balcón de invierno* y no digamos en estos erráticos tiempos en que cayó la humanidad hace ya un año...
*préstamo de Luis Landero
...consideraciones religiosas incluidas o aparte, el camino es un trepidante asomadero a la belleza interior de la Gran Canaria...TEMPLO DE SANTIAGO DE TUNTE Y PUERTA SANTA EN UN LATERAL
...el camino parte de Maspalomas y llega a Gáldar, cruzando la isla de sureste a noroeste. Unos 70 km. que normalmente se recorren en tres etapas. Hay quien divide la primera en dos para encarar mejor el esfuerzo que supone partir del nivel del mar y llegar a las 1.200 m.s.n.m. en la degollada de la Manzanilla, y hay quien, tengo por ahí algún conocido, en plan reto personal lo hace en un día...Sea como fuere, de las tres etapas es la segunda, la que parte de Santiago de Tunte-San Bartolomé de Tirajana y llega a la Cruz de Tejeda, donde el camino depara un permanente momento álgido, la esencia paisajística, el culmen contemplativo...Y ello por mor tanto de la obra de la Naturaleza que tanto se esmeró en este centro de la isla como por la mano del hombre que tanto se lució en el llamado paso de la Plata...lo que la naturaleza hizo y el hombre realizó. El asombro y el pasmo se pasan el testigo durante unos 20 km.
Apenas pasado le descansadero de La Cruz Grande se llega al Paso de la Plata. Es este un inusitado tramo del camino literalmente pegado, amarrado, a la roca, encaramado a la verticalidad, una verdadera obra de ingeniería del siglo XIX...salva en una serie de zigzags un desnivel rocoso de casi 200 metros...sobran palabras si son seguidas de estas imágenes:
La Cruz de Tejeda: cruce de caminos en el vértice de la isla, encrucijada insular por excelencia, ecuador del camino, punto de encuentro de turistas, sabores y miradores, de esos lugares que se nombran como imprescindibles al visitar un lugar.
En un discreto rincón de la explanada donde se alza la cruz, junto a la carretera, en el muro lindero con el parador, una placa recuerda el paso del eximio pensador español...
...en el pedestal a lo pies de la cruz pasé un par de reposadas horas, lavado, ya sin mochila, descansado, sin urgencia, trasegando, contemplando el escaso trasiego, nada que ver con la anterior normalidad... y viendo que nadie se acercó a mirar la placa dedicada a Unamuno...y asistiendo al lento discurrir de la tarde y esperando la llegada del crepúsculo que estuvo a altura del día que concluía y del sublime lugar...
...y de la misma manera aconteció horas después el amanecer, luna llena incluida...El camino ya era un largo descenso entre pinares, montañas de picón (ceniza volcánica), caseríos...
...hasta ver la triangular montaña de Gáldar, la torres de la iglesia con el natural recuerdo a cuando desde el monte do Gozo se vislumbran los campanarios de la catedral de Santiago en Compostela...
...a la postre, llegado el momento de resumir, si tuviera que destacar algo aparte de la magnificencia del paisaje, la belleza inherente al recorrido, el agradecimiento de poder caminar, y poder hacerlo en estos erráticos tiempos...lo haría con este recuerdo, sencillo y sublime, que marcó un momento de esos que en el fondo de nosotros, todos lo sabemos, solo nos pueden ocurrir a nosotros...
Tres horas después de salir de Maspalomas y tras remontar el barranco de los Vicentes, o Vicentillos, cambio de barranco y llego a la aldea de Ayagaures. Por aquí igualmente pasé en 2012, pero entonces hacía un día hosco, en la plaza no había un alma y el bar de la asociación de vecinos estaba cerrado. Hoy en cambio, a la placidez del sol se apostaba un grupo de inmigrantes en lo que eran las escuelas, luego la iglesia con la plaza y el bar de la asociación de vecinos...abierto. El señor colocaba las mesas, seguro que esperando a los ciclistas, extranjeros, maduros, que no tardarían en ir llegando. Mientras me traía la cerveza fui directamente a mirar los paneles junto a los bancos, los mismos de 2012, solo que faltaban algunos de los escritos que entonces fotografiara, escritos de niños en un encuentro literario de verano. Una nota a pie de panel decía que estaban restaurándolos para volver a ponerlos. A mí me gustaron mucho; como maestro me parecía admirable que niños de 10 años se expresaran así, incluso uno de los escritos lo incluí en el audiovisual que sobre el camino realicé entonces. Justo el que buscaba no estaba. Le comuniqué todo esto al señor que me trajo la cerveza...Le busqué en youtube el trabajo en el que aparece la aportación literaria de este niño mientras para mis adentros pensaba qué habrá sido de él...Admirado, tanto como yo, me dijo "ZEBENSUÍ es mi hijo...tiene 20 años...vive en las Palmas"...Fue el verdadero, por muy inesperado, regalo del camino...Y el subrayado del escrito de Zebensuí una declaración de principios...o finales...
¡Magnífica página, querido amigo! ... Con ese final inesperado, tierno, tan emotivo,... Ay! ... Te estoy muy agradecida de que hayas compartido esos sublimes paisajes tan bien captados por tus fotografías con quienes, lo más seguro, no haremos nunca ese Camino (que además no conocíamos). Un auténtico regalo ... y más en estos tiempos de privación de movilidad y de incertidumbre, y que gracias a ti disfrutamos (aprovechando el momento...)
ResponderEliminarUn abrazo grande.
...quizá te hayas acordado, amiga Mari Carmen, del "acontecimiento" que te insinué y que te dije te contaría más adelante...Como viajero, como maestro, este encuentro con el padre de Zebensuí era un regalo que la propia vida me tenía reservado.No me lo podía creer..y era contigo, sin relegar a nadie, con quien más quería compartirlo...un abrazo desde Almuñécar...
EliminarComo dice Mari Carmen, ese viaje seguramente no podamos realizarlo nunca.Pero como ya hemos comentado varias veces, hay muchas formas de viajar .Una de ellas es hacerlo gracias a ti.Precioso reportaje fotográfico y literario.Gracias
ResponderEliminarComo dice Mari Carmen, ese viaje seguramente no podamos realizarlo nunca.Pero como ya hemos comentado varias veces, hay muchas formas de viajar .Una de ellas es hacerlo gracias a ti.Precioso reportaje fotográfico y literario.Gracias
ResponderEliminarPerdón.No se por que se ha duplicado mi comentario.Aprovecho para añadir algo más : que bonito nombre Zebensui y que madurez, casi impropia por la edad.
ResponderEliminarTus "historias" son siempre amenas, llenas de añoranza unas veces y de romanticismo otras, con mucha belleza en tu pluma pudiéndola observar nosotros en el objetivo de tu máquina. Escribes como Luciano, sin sesgo alguno y siendo tú nuestros ojos, escribiendo para aquellos que te leemos envolviéndonos en tu narrativa, ligera y bella, como si estuviésemos recorriendo el camino contigo.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo.
...por favor, Mariano, deja tranquilo a Luciano de Samósata, no lo "afrentes" con mi sencillo relato, con esta historia personal que comparto...tal vez se encuadraría en lo que gracias a ti he conocido como microhistoria...Tal vez si Zebensuí leyera esto diría que he exagerdo el relato y lo he adornado por encima de la desnuda verdad. Sea como sea, la página está muy completica...un abrazo desde la costa hasta Montenegro...
EliminarAmigo Don Antonio, que ridiculo más grade he pasado, el otro día, estando en el bar con mis amigos, pues... comente lo del CAMINO DE SANTIAGO de las islas Canarias en Gran Canaria, y que lo habia hecho mi amigo EL MAESTRO, la risa floja, ilumino el rostro de todos ellos, y la camarera, que estaba atenta, (aparte de buena)dijo: a Cesar, no le pongo más vino, y un amigo que es muy simpatico, me dijo haber si lo habias hecho a pico y pala, acto seguido, saque el telefono y les enseñe el reportaje que habias realizado, quedaron todos con una cara estupefacta, la camarera automaticamente, me puso un vino, y me dio un beso, con lo cual pase de ser el tonto, a ser la envidia de todos. Bueno, ya ves en el nivel cultural que me muevo... como no voy a estar agradecido de tener la suerte de poder disfrutar de tus andanzas, y vivirlas de forma diferida, y por si fuese poco,aprendiendo cotinuamente. MUCHISIMAS GRACIAS. SALUD Y UN ABRAZO DESDE PONFERRADA.
ResponderEliminar...amigo César, felicitarte por haber sabido aguantar el tipo y estar muy por encima de las circunstancias. Te habrás dado cuenta que muy poca gente conoce este camino ...imagino las caras de los contertulios y tú tan ancho...pues gracias por contarme este detalle.Un abrazo desde Almuñécar.
ResponderEliminarLeí tu página en pleno invierno alemán. Tus palabras sugestivas y cariñosas con las que habías descrito el paisaje, la luz, la temperatura, todo acompañado de tus fotos que no dejan ninguna duda sobre las descripciones, maravillosas como siempre, causan que me añore del sur. Especialmente las Islas Canarias son el destino favorecido para la gente del norte, donde se las llaman "islas de la primavera eterna", donde mucha gente suele huir de su propio país tenebroso en los meses del invierno a pasar esta estación en el sur. No es el frío que la espanta sino la falta de la luz del sol.
ResponderEliminarEs evidente que habías tenido un viaje muy agradable y satisfactorio. Puedo imaginarme bien tu llegada disfrutando de la nueva normailidad con menos gente, más placidez. Eso son las ventajas de la pandemia, quizás las únicas: el sosiego, la relajación, el cambio de la rutina. Y el final de tu página, como si hubieras escrito un drama clasico. Esas cosas sólo le pasan a tí!
Gracias Antonio, me has animado para caminar por Gran Canaria en invierno.
La paciencia todo lo alcanza...
Un abrazo
...cómo no estar de acuerdo con lo que dices sobre las luces del sur y las penumbras del norte, y cómo no animarte a este viaje a Gran Canaria y desearte salud para que lo realices...qué buen remate teresiano...deberíamos vivir hasta ver cumplida nuestra curiosidad...un abrazo desde Almuñécar...
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