...Desde mediados del siglo XVIII y hasta 1.860 en que llegó el último contingente, desde Inglaterra fueron enviados miles de convictos a Australia, en los confines del entonces imperio británico...Se había disparado el crimen, el robo...todo tipo de delitos propiciados por la miseria, las duras condiciones de vida, la desigualdad social...las cárceles británicas estaban colapsadas y era necesario aclararlas enviando remesas de presos a aquellos lugares: las colonias ofrecían una excelente alternativa, cuanto más lejos mejor... A tal fin se levantaron una serie de penales por el territorio australiano.
A veces, en los criterios de deportación, se tenía en cuenta el estado físico de los reclutados pensando en trabajos duros a realizar...No es necesario referir las condiciones en que dichos viajes se harían y los centenares de viajeros que perderían la vida en el trayecto, tal vez por fortuna...Ladrones, asesinos, proscritos, prostitutas, niños...Una mezcolanza de reclusos con delitos muy diferentes y no todos constatados... Un total aproximado de 165.000 fueron llegando a aquellos remotos lares...para la mayoría suponía un viaje sin regreso, entre otras cosas porque al redimir penas por el trabajo acababan arraigándose en su nueva tierra...
Como decía, para llevar a cabo este movimiento de masas se construyeron complejos penitenciarios en diferente lugares del país. Hoy el conjunto de colonias penales del territorio australiano está declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, un ejemplo más de reconversión de lugares de suplicio, pena, horror... que al tiempo que salvan, digamos, la memoria histórica, se ponen en valor para el turismo, ese monstruo del que todos formamos parte y que, como ya traté en otra página, igual engulle una playa que un campo de exterminio, una catedral que un museo de pintura... todo lo que se ponga a tiro, convertidos, como este que trato, en lugares a visitar, por los que hoy podemos viajar, pasear, fotografiar y disfrutar (¡y pensar!) como si nada...
De los sitios que conforman esta lista yo visité el de Hyde Park Barracks en Sidney y, especialmente, el de Port Arthur, en la isla de Tasmania, (en ese tiempo llamada Tierra de Van Diemen) el más grande, y monumental, de todos ellos...A él va dedicada esta página, y, en concreto, a su recogido cementerio, aislado, nunca mejor dicho, en una minúscula isla...
Si no fuera porque uno sabe de qué va el sitio donde se dirige, pensaría que ha llegado a un más que apacible parque en el que se mantienen en pie, airosas, bien puestas, una ruinas que testimonian una historia, y uno podría creer, sin temor a errar, que se encuentra en un condado de las islas Británicas, allá por Windsor, o por Dover, por poner algo...Restos de las dependencias, museo en la casa familiar de algún funcionario, la iglesia, la escuela, las fábricas, la rosaleda, los muros...al más puro estilo inglés, en aceptable estado de conservación o reconstruido, un conjunto ciertamente admirable...Ejemplo claro de cómo las personas, los seres humanos, con sus historias, pasan, y los lugares quedan, cambian los actores, los decorados, permaneciendo el escenario sobre el que se suceden las representaciones que trae y se lleva el devenir del tiempo...
...Aquí dejo unas fotos del complejo penitenciario de Port Arthur...
Parece mentira que un manto de un verde tan vivo baste para llenar de vida un campo plagado de muerte a pocos metros bajo tierra. Es un reflejo de cómo el olvido asola cualquier vivencia y deja yerma la memoria...
ResponderEliminar"Todo es indecible fastidio y fatiga. Por más que vemos, jamás nos satisfacemos; por más que oímos, no estamos contentos.
La historia es simple repetición. Nada hay realmente nuevo; todo ha sido hecho o dicho antes. ¿Puedes tú indicar algo que sea nuevo? ¿Cómo sabes que no existió ya en remotas edades? No recordamos lo ocurrido en aquellos tiempos antiguos, y en las futuras generaciones nadie recordará lo que hayamos hecho ahora" (Eclesiastés, 1:8-11).
He recordado, al leerte, que en Gotland (Suecia) dormí en un albergue que antaño había sido una prisión. En la puerta de cada habitación, te contaba la historia truculenta de algún preso, algún suicidio, muerte... Curiosamente, en su web, se enorgullecen de ofrecerte una "experiencia de vida única".
...la verdad, Violeta,citando el Eclesiastés ya no hay mucho que añadir, NO HAY NADA NUEVO BAJO EL SOL...TODOS LOS RÍOS VAN AL MAR Y EL MAR NUNCA SE LLENA...TODO, todos, formamos parte del mismo estribillo y apenas añadimos una nota a la eterna canción...Gracias por tu comentario y por citar el muy recomendable libro sabio de la biblia...
ResponderEliminar"Tempura mutantur, nos et mutamur in illis".
ResponderEliminarIntentamos mantener el respeto, la estimación, la devoción; intentamos aprender del pasado, intentamos encontrar el equilibrio entre ser turista y ser viajante.
Según Gandhi: la historia enseña a los hombres que la historia no enseña nada a los hombres...
Gracias por tus pensamientos, tus impulsos.
...LOS TIEMPOS CAMBIAN Y NOSOTROS CAMBIAMOS CON ELLOS... la frase me ha llevado a viajar a los tiempos de latines en el seminario...Y lo que dices enlaza directamente con lo dicho más arriba sobre el Eclesiastés...Los cambios...cambiamos para ser "los mismos otros"...Te agradezco la frase de Gandhi que no conocía y la incorporo por derecho propio a las que en pocas palabras expresan tanto...-Gracias....y un abrazo.
EliminarGracias, José Antonio, por esta invitación a pensar, a filosofar, ... Es un relato que estremece, que conmueve, ... Pocas veces tengo tiempo de pararme a considerar que los lugares que habitamos o visitamos pueden haber sido antes escenario de miserias humanas. Sobre todo si ahora son tan bellos...
ResponderEliminarUn abrazo grande.
Nuestra grandeza y nuestra miseria...ni grandeza ni miseria, el ser humano en estado puro como grupo....En Granada por poner un leve ejemplo...¿qué habrá sobre lo que ahora vivimos? ¿y en esta Sexi fenicia donde paso estos días?...estamos "desarreglados" pero soñamos, unificando vida y muerte o el resumen sin nombre que conjuga ambas en una sola entidad...Tal vez se acerca el día de encontrarnos...se podrá cantar aquello de .."este es el día en que actuó el Señoooor" ¡SEA!
EliminarAmigo Don Antonio, la verdad, es que no se ni por donde empezar, y dicho esto, mál lo tendria para finalizar... asi que... Un abrazo y que la salud te acompañe, esto te lo deseo en plan egoista, ya que asi vas a seguir haciendo hermosos reportajes, para disfrute de todas tus amistades, que algo me tocara... SALUD Y UN ABRAZO DESDE PONFERRADA - EL BIERZO - LEON - ESPAÑA.
ResponderEliminarMe gusta tu resumen, es un paradigma de lo que tantas veces pienso/siento...me recuerda al caso de mi alumno Kevin, de Arure, que cuando algo era muy bonito y se presentaba una situación extraordinario, incalificable casi, decía yo "no tengo palabras" y el niño Kevin me decía "maestro, ¿te traigo el diccionario?"...y procurando no decepcionarlo en su fe al diccionario le decía que había "cosas" que tenían nombre ni adjetivo calificativo...Pues, muchas gracias por tus palabras y procuraré seguir hasta donde dé la cuerda...SAlud y un abrazo
ResponderEliminarPor fin consigo registrarme para poder participar con algún comentario en estas publicaciones que ya leo puntualmente en cuanto ven la luz.
ResponderEliminarNo dejan de ser islas todos los cementerios, islas mas cercanas o lejanas, a las que llegar en barca con o sin remos, con o sin barquero, con los ojos abiertos o con las monedas cubriendolos.
En este viajar mental sin movernos de casa , solo siguiendo tus andanzas, suma cuentas a un rosario de tareas por hacer , si la vida nos lo permite.
...tu comentario lo firmo yo con mucho gusto...me recuerda que una vez leí, o escribí, que las propias personas somos islas y que juntas hacemos archipiélagos; a lo más que podemos aspirar es a tender puentes, puentes de ida y vuelta...bueno, basta de geografías, te agradezco tu comentario, contento yo de facilitarte estos viajecillos sin moverte de tudía a día, y te prevengo "contra" la página que verá la luz probablemente hoy. Un abrazo y a seguir...
ResponderEliminar