...CAMINO NACIONAL DE ISRAEL...

…el oso está por cazar pero la piel aquí la dejo como prueba de lo que quiero, de lo que pienso hacer, si ello está en los planes de la vida, ésa que lo mismo es providente que contingente, que lo mismo nos acuna que nos abandona, humanas formas de hablar de algo, de un destino, que no nos corresponde descifrar...

Alguna vez, a lo ancho de estas ya casi cien páginas publicadas, he citado lo que en mi cotidianidad cito con frecuencia, aquello que decía mi padre espiritual del seminario que decía la santa de Ávila...QUERER IR ES ESTAR YENDO...y en eso ando, culminando la preparación de la andada...

¿Dónde nace para mí este camino? Nada más fácil de contestar: es hijo directo del jacobeo de Lisboa a Santiago en el que estaba hace justo un año. Un par de veces, en diversos albergues, coincidí con una pareja canadiense, ambos de mi edad, ciertamente más prolíficos que yo: tenían doce hijos, algo así como para las doce tribus de Israel, que por ahí van los tiros…Supongo que hubo un intercambio de regalos virtuales, yo no recuerdo el que les hice pero bien les agradecí no mucho tiempo después el poder caminar la Rota Vicentina  por el Alentejo y Algarve portugueses (objeto de una página de este blog y un errático en youtube).

Estos canadienses amigos del camino me dejaron expectante con el anuncio de este largo recorrido... interiormente lo fui alentando, calentando, puliendo... y sólo faltaba ponerle fecha…y es ahora, un año después, cuando me dispongo a emprenderlo…   

 Algunos datos concretos:

Algo más de 1.000 km.

National Geographic lo incluye entre los que denomina 20 senderos épicos del mundo…

Sus extremos están en Eilat (mar Rojo) y Kibbutz Dan (frontera con El Líbano), es el sentido sur-norte que pienso seguir, ahora en invierno es el recomendable…  

Dos desiertos: Néguev y Judea.

Mar de Tiberiades.

Múltiples lugares bíblicos, claro.
Conocer algo de los Kibbutz.
Acercamiento a la vida del Israel moderno.
..........

Y, en llegando, saldré de Madrid el próximo día 23, vuelo Wizzair  Madrid-Sofía-Eilat. 

No soy nada amigo de calificaciones estilo “los diez libros que debes leer antes de morir” o “cincuenta lugares para perderte” o “las ciudades más bonitas del mundo”…aunque es bien cierto que la masa de la que formamos parte se mueve mucho según estas directrices…Los 20 senderos épicos del mundo…La épica, como la lírica, van con la persona que va, puede que sea suficiente con darse cuenta de la aventura que supone echarse a vivir cada día, cada cual. Pero, en fin, para no caer en ser redicho aporto dos largos recorridos, por no citar más, que en su momento fueron épicos para un servidor (y no digamos al recordarlos hoy en la distancia)…Uno, el GR 11, cruzando los Pirineos desde el Cabo Higuer en el Cantábrico hasta el Cabo de Creus en el Mediterráneo. Otro, el GR 20 que cruza la abruptísima, bellísima, Córcega…

Mi personal épica en el caso al que voy pasa por una obvia natural decadencia de mis potencias personales, unos evidentes declives (lo que supone una aceptación activa de que el espíritu sigue siendo fuerte mas la carne ya va acusando debilidades)...el tema del agua en el desierto del Néguev (ocupa más de la mitad del país), para cuya travesía recomiendan cargas del vital elemento que mi espalda no puede transportar…hay alternativas que en su momento se verán, sin olvidar los ÁNGELES DEL CAMINO (una verdadera institución de este popular camino en Israel), gente providente con la que contar…  

  

...el recorrido está marcado con tres bandas con estos colores. Si va en primer lugar la banda blanca (será la que yo vea), es que se ha empezado en el sur y se va para el norte (lo blanco simboliza la nieve del norte), mientras que si es la naranja, como en el caso de la foto, es que se va hacía el sur (el naranja simboliza el desierto). El azul forma parte de la bandera de Israel, la estrella de David sobre el fondo blanco... 

No me gustaría dejaros con la miel en los labios... Espero contároslo en un par de meses...¡sea!

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Quiero dejar esta ciudad, la Tierra,

emigrar de una vez del país que soy Yo,

dejar el mundo con todo lo que se vio fallido,

como un viajante que vende grandes barcos

a la gente que habita tierra adentro...

(Álvaro de Campos, heterónimo de F. Pessoa)