Dos pueblos: LA PEZA y OTÍVAR, ambos en Granada, distantes entre sí algo más de un centenar de kilómetros, ...
Dos personajes: don Manuel Atienza y don Juan Fernández, popularmente conocidos en sus lugares como el alcalde CARBONERO y el alcalde CARIDAD respectivamente...
Un mismo suceso que viene a unirlos en la historia: la invasión de los franceses, la ocupación napoleónica a principios del siglo XIX...
...en octubre, cuando el tramo de camino mozárabe a Santiago desde Almería a Granada, cité el pueblo de La Peza y al alcalde Manuel Atienza, conocido popularmente como el alcalde Carbonero...Es natural que me acordara, por asociación viajera, por andanza y paisanaje, por curiosidades de la historia de esta nuestra España (aquí viene que ni pintado el complemento "cañón", España cañón, como solemos decir algunos amigos por motivos que no vienen a cuento...si alguien pregunta con gusto lo explico), es natural que me acordara, decía, de otro alcalde, coetáneo de D. Manuel y famoso por las mismas lides: Juan Fernández, conocido por el apodo de Caridad, o tío Caridad, cuyo monumento, asomado a las espesuras aguacateras del río Verde, suelo visitar cuando voy por el pueblo de Otívar, a poco trecho de la costa tropical granadina...
OTÍVAR LA PEZA |
Tras pasar y pasear por ambas poblaciones, me pareció, tampoco estoy del todo seguro, que está más patente, más presente, la gesta del alcalde de La Peza...por la calle principal del pueblo, la que sube desde la iglesia, una serie de placas en cerámica recuerdan el episodio, su pundonor, su estrategia... y según escuché, hasta se rememora el hecho teatralizándolo, como gancho turístico, como hoy se hace por doquier...
...A la entrada de La Peza, por la carretera que viene de Guadix, junto a su busto, se levanta este cañón que no puede hacer sombra al que hay en la parte baja del pueblo y que sí es una réplica del que el buen acalde tuvo la ocurrencia de hacer ahuecando un tronco de encina y cuya explosión espantó, al menos momentáneamente, a los gabachos...que regresaron posteriormente para la correspondiente represalia...El buen Manuel Atienza, viéndose acorralado, optó por la misma muerte que aquel valeroso mencey Bencomo cuando la invasión castellana en aquellas Canarias de entonces: arrojándose por un precipicio...
...la réplica del famoso cañón...
...Leí hace años que la invasión napoleónica fue uno de los tres acontecimientos nefastos para el patrimonio cultural español...los otros fueron la famosa desamortización de Mendizábal y, cómo no, la guerra civil española...Estos tres hechos mermaron el extraordinario acervo español, destruyendo monumentos, arruinándolos, expoliando tanta obra de arte...Claro que, como dice el aserto, "quien tuvo y retuvo..."...y queda tanto patrimonio...
Hoy, las amenazas para el mismo no vienen por cruentas guerras (al menos de momento) ni por invasiones de hordas (ídem)...no, el peligro está en casa...pacíficos atentados, menos escandalosos, más sutiles, menos aparatosos, menos visibles, más repartidos pero con efecto similar a la larga: el abandono, la desidia, la estulticia, la subcultura, la infracultura, la falta de fondos, las distracciones oficiales impuestas (cortinas de humo)...
...en fin, vale la pena dar un buen paseo por La Peza y Otívar...
Amigo D. Antonio, lo primero como siempre darte las gracias por anpliar mis conocimientos, ya se que existe La Peza y Otivar, voy poco a poco, pero los paseos que me he dado por ambos pueblos, no tienen precio. Debo aprender algo todos los días, lo digo por la velocidad de vertigo que siento al ver aumentar mi ignorancia. SALUD Y UN ABRAZO.
ResponderEliminar...no es un consuelo pero algo es algo: a todos nos pasa igual...la sabiduría va a pasos de tortuga, el asomarnos a lo que ignoramos da vértigo, pero es lo que tenemos, un par de gotas en el océano....
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