“Si quieres
correr, corre una milla; si quieres cambiar tu vida, corre un maratón”
Emil Zátopek (1922-2000)
…Mi última maratón fue en Madrid en 2006, el
último domingo de abril, fecha habitual de esta carrera. Si en su día no me
equivoqué en el recuento fueron 78 las veces que corrí los 42 Km y 195 m
reglamentarios.
Escenario de mis correrías fueron lugares como Granada,
Madrid, Barcelona, Sevilla, Valencia, Toral de los Vados, Lorca, La Galera, Villagarcía
de Arosa, San Sebastián, Ciudad Real, Fuengirola, Badajoz, Calviá, Aguilar de
Campoo, Benidorm, Gijón, Luarca, Nalón, Jerez de la Frontera…Rotterdam,
Amsterdam, Copenhague, Oslo, Helsinski, Berlín, Kosice, Estambul, Santiago de
Chile (carrera de largo aliento le
decían allí)…y alguno que tal vez se me haya quedado olvidado entre zapatillas…
…La primera fue en Granada, en octubre de 1985,
puede que 86, que no tengo a mano mis diarios de entonces para constatarlo. El
caso es que allí arranqué y vi que aquello me gustaba y no poco, y así no poco
a poco fui ensanchando horizontes y ya no paraba…
Y eso sin contar medias maratones, alguna
carrera popular, otras carreras de ultrafondo entre las que destaco la docena
de veces que corrí los 100 Km, harina ya de otro costal…De hecho a veces corría maratones, aparte de por hábito y gusto, como entrenamiento para los 100...Aquello era para mí una perfecta fusión de aventura, amistades, viajes, vivencias, filosofía…por años fue como un compendio de mi propia vida…Realmente nunca tuve la sensación de estar haciendo deporte…
A veces, cuando estaba “arriba” y siendo consciente de lo efímero de todo pese a su apariencia de duración, trataba de imaginar cómo sería el momento en que dejara o tuviera que dejar de correr, quiero decir maratones, largas distancias…todavía estoy asombrado, tantos años después, de que como quien dice de un día para otro, dejé la alta competición sin que mediaran, que yo recuerde, lesiones ni faltas mayores de ilusión…sencillamente pasó y lo dejé…”deja sin pena las cosas de la juventud” o “deja con donaire los asuntos de la juventud” en otra versión del gran poema DESIDERATA…
A veces, cuando estaba “arriba” y siendo consciente de lo efímero de todo pese a su apariencia de duración, trataba de imaginar cómo sería el momento en que dejara o tuviera que dejar de correr, quiero decir maratones, largas distancias…todavía estoy asombrado, tantos años después, de que como quien dice de un día para otro, dejé la alta competición sin que mediaran, que yo recuerde, lesiones ni faltas mayores de ilusión…sencillamente pasó y lo dejé…”deja sin pena las cosas de la juventud” o “deja con donaire los asuntos de la juventud” en otra versión del gran poema DESIDERATA…
Una vez que me retiré de la élite y abandoné la alta
competición he seguido corriendo como forma de contacto con la naturaleza
en los escogidos lugares en los que he estado de maestro, concretamente en La
Gomera (Arure y La Dama), con el reclamo aquí de los baños nocturnos que
mediaban la corrida, lujoso aliciente para hacer los cotidianos 4 o 5 km…
En mis esporádicos pasos por Almuñécar,
bastantes anocheceres o amaneceres corro hasta la playa del Tesorillo o la de
Cotobro, tranquilamente, como un perfecto maratoniano jubilado…
...Servidor, dentro de su estatus de maratoniano corriente, de los que tienen la nunca bien ponderada misión de hacer bulto, ese bulto sin el que no hay espectáculo y sin el que la élite se quedaría un tanto huérfana, servidor, decía, llegó a crear escuela, y si en Atenas nació la academia platónica, en la cuna de Cervantes alumbró, sin pretenderlo, el hálito maratoniano al arrimo de "si lo hago yo lo puede hacer cualquiera"...Poco a poco, se fue ensanchando la estela maratoniana con miembros que no tengo reparo en calificar de postín...Ganas de viajar, disfrutar corriendo, tomar cerveza, consultar el Corricolari, ir a las comidas de la pasta etc...no nos faltó ni nombre de guerra desde el Filípides Zubiético que era yo pasando por "El corredor del Henares", "La Leona de Apodaca", "El Pichón del Turia", "El Escorao", "El Corredor Dominguero"...y por no faltarnos no nos faltaba hasta nombre para un club que, de haberse promocionado, muchos hubieran querido formar parte de él, un club con sus estatutos y sus mínimas reglas que no es cuestión ahora de detallar (como muestra valga una de ellas: no caer en la tentación de ir en cabeza desde el principio...) un club que llevaba el poético nombre del verso machadiano ...HOY ES SIEMPRE TODAVÍA, y hasta teníamos nuestras camisetas...El espíritu del club se mantiene a día de hoy sin importar que ya no sepamos de la misa la media maratoniana...
…Pero intuía que me quedaba algo por hacer, una
despedida callada, personal, adecuada, hasta brillante…poner la guinda sin la
que no puede estar completo un pastel que se precie…Y en mis venidas a Grecia
en los últimos años me encontré con el molde…Dado que mis piernas parecen intactas y el corazón me sigue, generoso, dando latidos, hacer la distancia
maratoniana en sus orígenes, desde el pueblo de Marathon hasta Atenas, venía
que ni pintado… por supuesto andando, tranquilamente…
El
pasado diciembre ya estaba en esa disposición pero el viento me retuvo en la
isla de Hidra los días reservados para este personal evento…Ahora seis meses
después era el momento…Jueves, 31 de mayo, 2018, cojo el autobús de Atenas a Marathon. Es preceptivo visitar el museo dedicado a esta mítica carrera…”¿Are you Olimpia?” La chica, señora, que está al cuido del museo me miró sorprendida al oír mi pregunta tras el Kalimera preceptivo…entonces le dije que ya había estado en el museo en diciembre de 2015 y que me acordaba de su nombre porque era fácil de asociarlo con el deporte; ella, todo complacida, me trajo los dos enormes libros donde los visitantes ponen su firma, expresan opiniones etc…
...Abre uno de ellos, al buen tuntún...
INCREÍBLE...Salió justo por la página que había escrito aquel 15 de diciembre... Influenciado como estoy por la lectura de los clásicos (Odisea, Eneida...) no podía menos que tomarlo como un verdadero buen agüero para el paseo que me aguardaba al día siguiente...y a instancias de Olimpia estampé nueva firma...
...En el museo se excibe un amplio muestrario de la cultura maratoniana, un repaso por su historia desde aquellos finales del siglo XIX, el espíritu olímpico, el barón de Coubertin, fotos de campeones, efectos personales que han dejado algunos de ellos, sedes olímpicas...
...Spiridon Louis, el campeón de 1986, primeros juegos olímpicos de la edad moderna... |
Y allí estaban mis admirados portugueses CARLOS LOPES y ROSA MOTA...decía esta menuda corredora,¡ menuda corredora!, que el secreto estaba en hacer de cada carrera una fiesta...algo que entronca de lleno con la filosofía de nuestro club...
...Y por supuesto mi admirado Emil Zatopek, quizá la figura legendaria por excelencia del mundo maratoniano, tanto por sus gestas como por su personal historia política...La locomotora humana, como se le apodó, fue, y casi seguro que será,el único atleta que ganó los 5.000 metros, 10.000 metros y la maratón en los mismos juegos olímpicos (Helsinki, 1.952)...En febrero de 2.013 el editor del Runner´s World Magazine lo escogió como el más grande corredor de todos los tiempos...¡casi ná! . Su estilo de correr, poco "ortodoxo", nada "estiloso", casi agónico, era inconfundible...Estableció un total de 18 plusmarcas mundiales y en Checoslovaquia fue considerado un héroe nacional...
...fue ascendido al grado de coronel...pero por apoyar la llamada primavera de Praga fue expulsado del partido comunista y del ejército, siendo degradado...Para subsistir tuvo que trabajar de barrendero...Siempre me conmovió la historia que se cuenta de él: Cuando iba barriendo las calles muchas mujeres salían a barrer ellas mismas la parte de calle que les correspondía para evitarle ese trabajo que le habían impuesto como castigo...Guardo como un grato recuerdo personal la vez que me acerqué a darle la mano aquel octubre de 1991, en los actos previos a la maraton de la paz, en Kosice...
Este recuerdo quedó dormido hasta que una mañana en la escuela de La Dama, curso 2005-2006... Salen los niños al patio a la clase de educación física con su buen maestro Juan Romero, yo me quedo dentro, en mis asuntos burocráticos, cuando oigo a través de la ventana un vozarrón ¡ZATOPEK! seguido de un balonazo y una estampida de los niños...Salgo al patio...El amigo Juan sabía de Zatopek, se había inventado ese juego, le conté mis recuerdos etc...y aquí los relato al arrimo de la visita al museo de Marathon...
Ahí estoy en la soledad de la explanada en el mismo lugar donde arranca la maratón que suele celebrarse en noviembre... con todo un día por delante...
...diez horas después, horas reposadas, tranquilas, con descansos en algún parque, alguna compra de cerveza en el Lidl, visita a algunas iglesias que se asoman a la ruta, un café frappé, lectura de La Eneida, 33 grados...llegué al estadio Panathinaiko, final oficial de la carrera...y clamoroso cierre de mi etapa maratoniana...Como dijo mi amiga Haroula cuando llegué a su casa un rato después: ANTONIO, NOW YOU CAN REST IN PEACE...
¡vale!
Wow mi querido, qué buen final. No sabía que existía un recorrido original, pero ... cómo no?
ResponderEliminarSigo leyéndote
...EN ESTE DÍA DE CITAS CON EL CORAZÓN TOMO TUS LETRAS COMO UN BUEN AUGURIO, PASE LO QUE PASE.YA QUE AL FINAL TODO SALE BIEN...GRACIAS
ResponderEliminarYo me quito el sombrero...
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