jueves, 24 de marzo de 2022

...¿por qué....DUBAI?...


...hace unos años, ya preparado el mes sin sueldo que había pedido para visitar cumplidamente Nueva York y alrededores, le comenté mi plan a una buena compañera, que, la verdad, se limitó a decirme que no me veía a mí en este tipo de viajes,  viajes tan urbanos...la buena, y oronda, compañera, me veía siempre con la mochila montaña arriba, barranco abajo, por tajos, breñas y veredas ...tenía su buena mínima razón, siendo como era un maestro excesivamente rural, tan maestro como adán...¡qué iba a hacer un servidor, perdido, por la Quinta avenida y aledaños, visitando museos (me puse las botas en plan arte), emblemáticas alturas, localizaciones literarias, musicales  y cinematográficas, bibliotecas, estatuaria ciudadana, historia de mi siglo...! tanto como disfruté aquellos días en que el asombro se confirmó a la altura siempre de mis expectativas, a veces incluso por encima...
Me ha venido ahora a la memoria al comunicar que iba a dar una vuelta por esta esquina de la península arábiga donde no hay más que arena y petróleo, expresión de otro amigo. No sé si con más extrañeza que verdadera curiosidad me han preguntado que a qué voy, vengo, a estos países, qué motivos tengo, o, directamente, qué se me ha perdido por estos lares...a veces he pormenorizado el plan, un plan muy abierto que incluye un par de objetivos concretos y bastante de lo que surja, algo limitado, sin alarma, como voy, haciendo adaptaciones curriculares con la salud...en otros casos he respondido tirando de la frase atribuida al montañero George Mallory que contestó, no hay certeza sobre la cita, con un contundente y escueto porque está ahí al preguntarle por qué iba a subir al Everest (donde por cierto feneció, siendo encontrado su cuerpo 75 años después...)
Sin embargo, y esta sí, tengo una respuesta más comedida, más expresiva, filosófica, viajera y literaria, los tres pilares en que suelo sustentar este blog...un pensamiento global, resumidor, que me acompaña desde hace muchos años...
...por más que lo he buscado no he dado con el texto en forma de verso o ensayo que leí hace muchos años, letras de Jorge Luis Borges. Seguro que con el paso del tiempo he ido alterándolo pero en esencia venía a decir algo así como...me moriré y no podré visitar todas las habitaciones de mi casa...igual se puede referir a estancias, a libros que se quedarán sin abrir, a rincones de nuestro entorno, a visitas o saludos, o abrazos, que siempre quedarán pendientes...que a países de los más de 200 en que la marabunta humana ha tenido a bien repartir nuestra gran casa planetaria...(recuerdo en Tasmania conocer a un hombre, un profesor italiano, que me comentó que su objetivo era llegar a pisar todos ellos y que le quedaban unos 30, los más lontanos y cerrados...)
...una vez sentadas estas premidas, quedo en que vine porque sigo viajando, porque están dichos países y forman parte de mi casa, valga decirlo así...y concretando un poco más diré que vine a dar un paseo por la Expo 2020 (mis dos anteriores fueron Sevilla y la de Zaragoza, la del agua), algún museo conocido por la red, algún patrimonio de la Unesco...y empecé por Dubai, previo Hungría y Rumania (sentida página debo a mi encuentro rumano, 30 años después...) y espero seguir por Qatar, Omán,  y la cita en Alejandría...¡y lo que surja, que siempre surge: el lado humano, siempre previsto, imprevisible siempre...
El lado humano de estos días lo vivi en una farmacia donde el hombre que la regentaba, un hindú,  telefoneó no sé a cuántos lugares hasta que consiguió lo que le había pedido por medio del traductor e imágenes en el telefono: unos separadores de silicona para los dedos de los pies, me hizo que me sentara en el sillón,  me trajo té y así hasta que al buen rato vino un muchacho con las piezas...o un del albergue de dos días (nunca pagué tan poco por tanta altura, piso 34, ni tanto por una :habitación compartida donde mi cabezón descansaba a un palmo de los pies de un vecino y mis pies casi rozaban la cabeza del otro...) donde el patrón, Sam, libanés, me dijo que en el tiempo que llevaba allí nadie se había fijado o le había comentado detalles como las fotos de la dama de la canción árabe, FEIRUZ (aún vive), de la diva egipcia Um Kalsum, de Abdel Halim Hafez, a los que servidor había reconocido, al tiempo que hablamos de Baalbek o Khalil Gibran, de Biblos o el extraordinario museo arqueologico de Beirut...
...yendo para la Expo (entrada gratuita para los viejunos) en el autobús gratuito para todos, comparto asiento con un señor que acaba por presentarse: indio, comerciante, vive en Dubai, va a la expo con su mujer y su hija, que están al otro lado del pasillo. Hace rato que lo miro de reojo y al fin doy con el parecido: uno de los personajes de la divertida, bonita película "El exótico hotel Marigold"...platicamos y llevo casi  directamente la conversación a Tagore y a la escuela, que su mujer es igualmente maestra. Que no dudara, me dijo, en llamarlo si me surgía algún problema...y tenemos nuestro cotidiano wasap...
 Los pequeños viajes que conforman cada viaje, esos que están reservados para nosotros por componerse de piezas personales que solo tenemos nosotros...
...en esos días que ya veo tan pasados (estoy escribiendo en Doha, Qatar) le contaba a mi buen alumno José, gitano, de Hornos de Segura, que Dubai era agotadora y yo andaba como tal. Él, en buena lógica, me preguntó: Entonces, ¿qué haces  ahí?..(José era una de los cantaores de la  escuela y mi recitador oficial...todavía recordamos aquel machadiano no te verán mis ojos, mi corazón te aguarda...). Entonces yo le contesté con eso de que hay que procurar visitar todas las habitaciones de nuestra casa...y, además, José, imagínate por un momento que me muero aqui: ya sabrás a qué vine...te dejo con esta reflexión...
(Inevitable acordarme del criado y la muerte en el cuento persa...qué haces por esta playa de Almuñécar, vgr, si tengo una cita  contigo en Dubai, vgr.)
Feliz y reposada aquella última tarde en el viejo Dubai, parecía mentira la calma a dos pasos del tumulto y al otro lado de  la ría donde se levantan los rascacielos, una mínima parte de ellos...
...en fin, parece que tenía razones sobradas para este viaje, incluso más de las que normalmente me planteo...estaba claro que mi camino por la vida pasaba por aquí, y era el camino para seguir a Qatar, a Omán...y a Alejandria...si el camino me deja seguir marcando...concluyo con Borges, cuyo pensamiento ha venido a dar forma a esta página y añado un motivo más, y, personalmente, no menor: en la noche aeroportuaria de Dubai hace unos días encontré esta perla que mira por donde tuve que venir a descubrirla en estos lares pérsicos.... 

*Límites

De estas calles que ahondan el poniente,
una habrá (no sé cuál) que he recorrido
ya por última vez, indiferente
y sin adivinarlo, sometido
a quien prefija omnipotentes normas
y una secreta y rígida medida
a las sombras, los sueños y las formas
que destejen y tejen esta vida.

 Si para todo hay término y hay tasa
y última vez y nunca más y olvido
¿Quién nos dirá de quién, en esta casa,
sin saberlo, nos hemos despedido?

 Tras el cristal ya gris la noche cesa
y del alto de libros que una trunca
sombra dilata por la vaga mesa,
alguno habrá que no leeremos nunca.

 Hay en el Sur más de un portón gastado
con sus jarrones de mampostería
y tunas, que a mi paso está vedado
como si fuera una litografía.

 Para siempre cerraste alguna puerta
y hay un espejo que te aguarda en vano;
la encrucijada te parece abierta
y la vigila, cuadrifronte, Jano*.
Hay, entre todas tus memorias, una
que se ha perdido irreparablemente;
no te verán bajar a aquella fuente
ni el blanco sol ni la amarilla luna.

No volverá tu voz a lo que el persa
dijo en su lengua de aves y de rosas,
cuando al ocaso, ante la luz dispersa,
quieras decir inolvidables cosas.

 ¿Y el incesante Ródano y el lago,
todo ese ayer sobre el cual hoy me inclino?

Tan perdido estará como Cartago
que con fuego y con sal borró el latino*.

 Creo en el alba oír un atareado
rumor de multitudes que se alejan;
son lo que me ha querido y olvidado;
espacio, tiempo y Borges ya me dejan.