Estos días me viene a la memoria un tropel de recuerdos al arrimo de un nuevo 27 de noviembre, ya tan lejos de las aulas, y ahora, gracias al blog, voy a participar buena parte de ellos, esos recuerdos de entonces, bastantes de los cuales han llegado hasta ahora en carpetas que siguen resistiendo el paso del tiempo y que ni yo sé cómo han esquivado un par de veces el fuego apaciguador...es la hora de desempolvar...
Julio de 1979, mi primer viaje en bicicleta, del que guardo más recuerdo de ascesis que de disfrute y placer, pero puso la base para lo que vendría después, que no es poco. Empecé las vacaciones viajando a Madrid en el expreso, de toda la noche, con la bicicleta y un mediana mochila a la espalda. Iba a dar una vuelta por la Castilla mística y guerrera, así me lo promocioné yo mismo, todo ilusionado, en ese viaje que me llevó por lugares de Teresa de Jesús y Juan de Yepes, grandes santos, insignes escritores, andariegos de pro...por Segovia, Ávila, Salamanca, Zamora...Justo paseando por la ciudad que no se tomó en una hora, por la parte nueva, me encontré en una plaza este monumento al maestro...Lo capté con mi cámara de entonces, en diapositiva, y fue el primero de una lista de monumentos al maestro que fue creciendo con el tiempo y los viajes...
Fue, como digo, el primero que vi, en directo, pero ya antes, y mucho antes de pensar que acabaría siéndolo, había conocido otro a través de una postal que aún conservo, otra cosa es encontrarla, y que llegó a mi vieja casa de La Zubia (calle Pastrana, número 5, ay...) de parte de unos amigos de la familia que vivían en Elche...mientras la rescato del olvido, cuestión de tiempo, internet me la facilita, de hecho diría que es la misma, "Elche, al maestro"...
...en 1986 en un viaje a México encontré el siguiente monumento al maestro, que rescato a través de las ondas...
Encontré otro en Almagro del que no encuentro réplica, y así, ya sin más orden que el propio propio y agradecido recuento, dejo aquí monumentos que me han ido saliendo al paso o me han envidado amigos, caso de este de Conil de la Frontera, gentileza de mi amiga Ulrike (declarada hispanófila, dicho sea de paso ahora que viene al caso...)...
En Barcelos, donde el famoso gallo portugués, allí estaba, en una rotonda...
...y el último llegado a la colección: el de Almería, en una de la arterias principales de la ciudad; lo descubrí gracias a mi manía de no dejar placa sin leer. Conozco otros muchos de referencia y solo el tiempo dirá si iré a verlos con estos pedagógicos ojos cuyo destino ya sabemos...
Dejé la escuela con el último día de octubre de 1988, en Hornos de Segura, Jaén, empezando así mi primera excedencia... seis años después, 1 de septiembre de 1994, retomaba la tiza y la pizarra en la escuela de Guarazoca, en la isla de El Hierro. Mientras este maestro estuvo vagando, errando, aprendiendo, tratando de hacer de buen discípulo por esos mundos de Dios, se cocinó un cambio grande, sustancial: la escuela que retomé no era la escuela que dejé, supongo que había mejorado mucho o al menos esa era la intención...yo era un maestro unitario, y con mejor o peor inspiración, daba todas las materias, y los infantes no tenían más referencia que a un servidor...Cuando me incorporé ya se habían nombrado los maestros especialistas, los maestros itinerantes que pasaban buena parte del tiempo en desplazamientos (a veces no menores, caso de La Gomera) entre las distintas escuelas, para impartir su especialidad (Inglés, otra lengua, Educación Física, Religión, Música...)...
...pero, centrándonos en la festividad objeto de esta página, cambió algo más que aún cambió más con el tiempo; hablo de las islas Canarias, donde me incorporé y de donde, con algunos años de excedencia por medio, ya no salí y donde puedo decir que desarrollé mi, digamos, madurez pedagógica, con sus ciertos aciertos, supongo que bastantes, y sus naturales errores, declaro que no pocos...Y es ello que el susodicho día 27, inamovible, se cambió al último viernes de noviembre, ese era el nuevo día del maestro, así ya estaba el día libre asegurado. Pero la cosa no quedó ahí...no sé en qué año, las mentes preclaras lo decidieron colocar en el 7 de diciembre de manera que se enjaretaba un monumental puente, un ensayo de vacación previa a la navidad, al juntar el día 6, día de la Constitución, y el día 8, la Inmaculada... y ni que decir tiene que podían darse jugosas combinaciones si al día 5 se le ocurría ser lunes, por ejemplo...pero lo más llamativo, y triste, es que se acabó la palabra maestro para dejarnos en enseñante: así el 7 de diciembre se celebra el día del enseñante...tal vez maestro era ya demasiada palabra...Ignoro, en esta España fragmentada, cuándo se celebra el día del maestro, o lo que sea, en cada comunidad, incluso si ha cambiado en mis queridas islas...
Fuera como fuese, yo seguí con mi costumbre, y para la fecha que trato seguí enviando cartas como hice desde antaño, enviaba cartas, cartas de sobre y sello, a las más dispares direcciones, a mis amigos maestros repartidos por el suelo patrio, inclusive los que tenía a mano como compañeros de colectivo de escuelas rurales en los últimos años...Material tenía en abundancia: recortes de prensa, poesías alusivas al magisterio, canciones, artículos de firmas célebres, frases cargadas de mensaje, noticias curiosas, fotos desde el año de la pera (hablando en propiedad de cuando los maestros tenían más hambre que un maestro de escuela...aunque ¡qué respeto despertaban por donde pasaban!...), todo lo que llevara el marchamo maestro, eso que aún resiste en la carpeta citada...Y un par de películas alusivas entre la que destaco Le maître d´école, El maestro de escuela, del gran Coluche, película de 1984 que aún conservo en formato video, y que era preceptivo disfrutar cuando alguien venía a visitarme en El Hierro...
... y componía curiosos collages, felicitaciones originales, todo en en el mejor espíritu pedagógico...
...no voy a entrar a filosofar sobre qué queda de aquel espíritu que alumbraba la vieja escuela, de cómo se desarrollan hoy los valores, del papel de los maestros, de los maestros mirando hacia dentro, la fe y esperanza en su labor...no, mis capacidades, como mis conocimientos, no llegan a tanto, como mi interés al respecto...va todo en esta nave de rumbo incierto...Esta página cumple con el objetivo del recuerdo...y dejo como término un par de recuerdos personales, estos como podían haber sido otros...Una carta de Beatriz, ya debe tener 50 años, justo la niña que aparece sobre mi cabeza en la foto de más abajo, curso 1977/78 en el Barrio de Monachil, y una foto del trabajo audiovisual "Querida nube" con mis alumnos de Hoz de Jaca...
Desconfío de los maestros que no pueden serlo de enseñanza primaria. Son para mí como esos poetas extraños incapaces de escribir como sus semejantes. Acepto que sean extraños pero me gustaría que me probasen que lo son por superioridad sobre el común de las gentes y no por la pura impotencia de ser superiores...
(Fernando Pessoa, Libro del Desasosiego)