...aunque no fuera más que porque visité su tumba, ahí la foto, en la catedral de León, Nicaragua, y que llegué en bicicleta, el luminoso Rubén Darío, príncipe de las letras castellanas, me permitiría parafrasear en el título de esta página su famoso verso Juventud, divino tesoro...
...es esta una página que tenía desde hace tiempo aplazada en borrador, en buena parte porque no sabía cómo meterle mano. Ahora le llega el momento de salir a la luz a raíz de un wasap recibido ha poco...Una buena, y más bien reciente amiga, me escribió uno que copio literalmente... y estoy saboreando por primera vez en mi vida el dulce placer de la soledad; seguido, tras mi contestación, de otro...pues sí, con quien mejor me encuentro es conmigo misma. Antes todo era buscar amistad...
Por esos mismos días, no recuerdo dónde, leí una reseña comentando la correspondencia entre el pintor y escritor Ramón Gaya y la filósofa María Zambrano, recogida en el libro "Y ASÍ NOS ENTENDIMOS"(editorial Pre-Textos); Gaya le contaba a Juan Gil-Albert el tiempo que compartió con ella en Florencia...
...lo pasamos bien, pues hacíamos vida aparte, viéndonos únicamente para comer y cenar; este régimen nos permitió acompañarnos sin quitarnos soledad, la soledad que se necesita para hacer lo que uno quiere hacer...
La soledad, eso tan temido por tantísimos, tan incierto y tenebroso para muchos, amado por no pocos, anhelado por más de uno, doloroso para tantos, imprescindible para unos, vital para otros...
Siendo joven recuerdo escuchar una vez a mi padre decir, seguro que recogido del habla popular, "solo se vea quien solo se desea" sentencia con una nada velada amenaza, y en los años de maestro en El Hierro alguna persona mayor me dijo "en compaña me mate Dios"...
Compañía/soledad: dualidad, disyuntiva, dilema... acepciones contrarias o, mejor, complementarias...no pocas veces se busca la compañía no tanto por amor a ella sino para huir de una soledad que no sabemos cómo llenar...
Nuestra soledad viene de lejos, puede que desde que el ser humano aterrizó por estos parajes, pero me parece que nunca hubo tanta soledad estando tanto en compañía...tanta gente sola (asolada, desolada) habiendo hoy tanta compañía...
Se da hoy la paradoja, ampliamente estudiada, divulgada, del contraste entre el altísimo nivel de los medios de comunicación que disponemos, supuestamente para acercarnos más, y los no menos elevados de soledad, es como si nos evidenciaran que ese no es el camino, que cuanto más nos rodeáramos y huyéramos de ella más nos cercara...ansiedad, depresión, incertidumbre, angustia, zozobra... la utopía, la ilusión, la quimera de empeñarse en buscar fuera lo que de fuera no puede venir...
No estoy seguro de este recuerdo pero me parece que fue en el seminario, tal vez en boca del padre espiritual, o puede que muchos más tarde y sabe Dios dónde, escuché lo que es un pensamiento de Aristóteles "El hombre solitario es una bestia o un dios"...
No hay apenas proverbios que inciten a la compañía, que canten sus excelencias, sus bondades, puede que dando por sobreentendido que es un estado natural en el hombre esa tendencia a ella, su querencia...Sin embargo no son pocas las que ensalzan o sencillamente defienden la otra opción...
Recuerdo una de las veces que pasé por Vinci leer un sentencia del gran Leonardo, Si estás solo serás tu propio dueño...que en buena medida emparenta con la de Buda de Busca refugio en ti y prende tu propia lámpara o con aquella otra En la soledad hallarás tu plenitud...y la imbatible "a mayor soledad mayor libertad"...
Esa misma querencia natural que nos tira hacia los demás no se olvida de recordarnos que venimos a este mundo solos y solos nos vamos, por más acompañados físicamente que estemos en nuestros particulares alfa y omega...Quizá la mayor o la única soledad, al respecto, estribe en no saber de dónde venimos ni a dónde vamos (como el mismo Darío remata su poema Lo fatal
...y no saber adónde vamos, ¡ni de donde venimos!...(si es que existen tales lugares, y cómo serán dichos emplazamientos caso de haberlos...
Y cuántas soledades no emergen en la búsqueda de consuelos a la soledad, al estilo de las necesidades que surgen para paliar necesidades que antes no existían...
Cómo llenarte, soledad,
sino contigo misma...
...empieza así el poema que de Luis Cernuda que concluye tras un brillante repaso cuajado de evocadoras imágenes con...
...Tú, verdad solitaria,
transparente pasión, mi soledad de siempre,
eres inmenso abrazo;
el sol, el mar,
la oscuridad, la estepa,
el hombre y su deseo,
la airada muchedumbre,
¿qué son sino tú misma?
Por ti, mi soledad, los busqué un día;
en ti, mi soledad, los amo ahora.
El infierno son los demás, escribió en un momento tal vez de existencial clarividencia Jean Paul Sartre .Yo me adhiero a la hondura de este pensamiento, reconociendo la obviedad de que yo soy los demás para los demás...
Un necesitado de soledad para no sentirse solo (...aunque, qué puedo saber yo...), Fernando Pessoa, tiene lúcidas y profundas reflexiones sobre la soledad en la escritura de su heterónimo Bernardo Soares en El Libro del Desasosiego, libro citado en la página que precede a esta...
…me cuesta siempre admitir sinceridad en las cosas
colectivas, visto que es el individuo, a solas, consigo mismo, el único ser que
siente……La soledad me asola, la compañía me oprime. La presencia de
otra persona me descamina los pensamientos…
...¡Qué bien estar solos a nuestras anchas! Por un momento somos pensionistas del universo...…Mis hábitos son de la soledad, que no de los hombres……He vivido siempre aislado, y cada vez más aislado cuanto
más consciente he sido de mí mismo…...La presencia de los otros cada día me resulta más dolorosa
y angustiadora…
…Soy como alguien que viese pasar por la calle mucha gente y
simultáneamente sintiese dentro las almas de todos…
…No huimos, por más que queramos, de la fraternidad
universal. Todos nos amamos los unos a los otros, y la mentira es el beso que
cambiamos……Hay que cultivar la agilidad contra las intromisiones de la
vida; un cuidado debe protegernos contra el sentir de las opiniones ajenas, y
una indolente indiferencia arroparnos el alma contra los golpes sordos de la
coexistencia con los demás… …Caridad para con todos, intimidad con ninguno. Recomienda
el evangelio amor al prójimo: no dice amor al hombre o a la humanidad, de la
que verdaderamente nadie puede preocuparse…
No se trata de alentar la misantropía ni el anacoretismo o dar alas al lobo estepario que en mayor o menor medida todos llevamos dentro...sino en incitar a asomarse a los adentros, observar las texturas de la soledad, sin rehuirla, tratando de darle el sentido que tiene, su mensaje, y afrontarla sin derrumbe, ponernos ocasionales dosis de recuerdo de ella para que nos encuentre debidamente inmunizados cuando llegue en su forma más cruda...todo ello ayudaría a desenmascararla, ahuyentaría el miedo y podríamos mirar a la cara a quien mira directamente a la nuestra... ensayos de soledad para la soledad universal que de todas formas nos ampara...
Los tiros en la sociedad actual no van evidentemente por ahí, todo parece orquestado para tenernos aprensados en el miedo, temorosos y vulnerables, inmaduros...cuánto mejor sería una multitud de personas formadas e informadas en su individualidad antes que una multitud de clones sujetos a los normas, no escritas, de que la soledad es un pozo lóbrego, que hay que amargarse cuando te abandonan, llorar cuando se muere o gastar ansiedad cuando tenemos delante un panorama solitario...
...Aunque fuera en otros ámbitos, ya Albert Camus acuñó el solitario/solidario, que también cuenta Antonio Gala...quizá por ahí vayan o deberían ir los tiros...
¿Por qué en general se rehúye la soledad? Porque son muy pocos los que encuentran compañía consigo mismos.(Carlo Dossi)
Cuento algo personal...Yo no debía ser muy normal, o al menor dejémoslo en poco corriente; con gusto relato este recuerdo de mis años de Seminario, tendría 11 o 12 años...por dos veces me las ingenié, para no ir a aquellos viajes que de tanto en tanto hacíamos al pantano de los Bermejales o a otros lugares, y lo hacía por el puro placer de quedarme a solas por aquellos anchos pasillos, aquella alameda, el frontón... comer solo en el gran comedor y subir la comida a los pocos que estaban enfermos, cosa que hacía de mil amores pues nunca me eligieron para el puesto de enfermero (como para cualquier otro cargo)...excede de este formato el contar cómo me las ingeniaba para conseguir quedarme...
D. Antonio Machado y F. Niestzche vienen a aportar sus granos no pequeños de sabiduría con...
Tengo a mis amigos en mi soledad,
cuando estoy con ellos
qué lejos están.
Mi soledad no depende de la presencia o ausencia de gente; por el contrario, detesto a los que roban mi soledad sin a cambio ofrecerme verdadera compañía.
...para completar con un contundente, sin rebozo alguno:
La vida de un hombre se mide por la cuantía de soledad que le es posible soportar.
...y esta devastadora reflexión de Ramón de Campoamor, que pinta un cuadro en el que raramente no nos habremos visto en más de una ocasión:
Es todavía más espantosa la soledad de dos en compañía
La soledad, (la soledad sonora, que decía san Juan de la Cruz) es una valor en alza, un don caro pero de precio asequible por más que muchos no la quieran ni regalada...
Bendice a quien te abandona porque te devuelve a ti mismo
escribe Jodorowsky...Decía Bécquer...¡qué solos se quedan los muertos! ¿los muertos?, qué solos se quedan los vivos...
y el desgarro con que concluye la rima LII ...tengo miedo de quedarme con mi dolor a solas...
...solo podemos construir algo sólido, con nosotros, con los demás, a partir de la aceptación de la soledad, como de la muerte...de grado o a la fuerza es con nosotros mismos, a solas, con quien tenemos que estar hasta el final lo mismo que estuvimos desde el principio...
La soledad es peligrosa. Es adictiva. Una vez que te das cuenta de cuanta paz hay en ella, no quieres lidiar con la gente.
(Carl Jung, psicólogo, 1875-1961)
Se sabe que el que vuelve no se fue,
y así la vida anduve y desanduve
mudándome de traje y de planeta,
acostumbrándome a la compañía,
a la gran muchedumbre del destierro,
a la gran soledad de las campanas.
(Pablo Neruda)
...SOLEDAD, DIVINO TESORO...