Este hombre que me está regalando semejante beso es mi amigo Andrei Iubasiu, rumano, de Cluj, la capital de Transilvania. Mi vida viajera y, en definitiva, personal, está muy ligada a él y a su familia desde aquel octubre de 1991, cuando en aquella depauperada Rumania posCeaucescu, me vio por la calle. Iba yo con Pandora, no perdido pero sí algo errático. Él iba con su bicicleta en la que llevaba la mercancía con la que se ganaba la vida: cepillos de dientes, cuchillas de afeitar, cremas...un menudeo así...Según me contó después, me vio algo desvalido en medio de una ciudad atristada, consumida por la escasez, y fue a por mi rescate: me ofreció ir a su casa y ni lo pensé. Andrei, su mujer, Adriana, y dos hijas, Claudia Leonora y Gabriela Dorina, sonoros nombres donde los haya, componían la familia.
Con estas dos muchachas, infantitas entonces, son con las que mantengo regular correspondencia, sobre todo con Claudia Leonora, que viene a ser, digamos, la portavoz de la familia. Cada poco me envía fotos de los acontecimientos familiares, celebraciones, viajes de unos, de otros, de todos. Hace unos meses, por ejemplo, me contaba el nacimiento de una hija de su hermana, segunda nieta ya de Andrei, otra que añadir a Olivia María a cuyo bautizo, octubre de 2.017, asistí.
A Andrei siempre lo vi, pese a su no gran edad, no más de cincuenta, como un verdadero paterfamilias, querido por sus hijas y venerado por sus yernos, y por sus amigos, a los que conocí en dicho bautizo.
...ADRIANA, MIHAI, CLAUDIA LEONORA...Y OLIVIA MARÍA... |
...y qué decir de mí. Ir a su casa era una fiesta personal: me ponía mi cuarto, sobre la cama todas las cartas y postales que le ido enviando desde los más dispares lugares, como para que constatara mi presencia en su vida, preparaba algún manjar, cerveza no faltaba, llamaba a sus padres, León, médico de familia, y Lía, profesora, ambos ya retirados, que viven en el piso justo encima...
...en el "erratico 2017 viaje al limbo" colgado, y por supuesto visible, en youtube, en su tramo final (en el minuto 34 y 45 segundos, por si alguien quiere asomarse) hago recuento de aquella visita...en ella cuento lo de más arriba: que celebré con la familia mi cumpleaños, entonces 37, y que repetimos marco, un fondo alpino en la pared, y fecha, con unos kilos de más, eso sí, también aumentados en afectos, 26 años después...si tuviera que rescatar un recuerdo de tantos podría quedarme con aquel de la amanecida del primer día en su casa en octubre del 91 : estaba dormido como un tronco ( los cansancios propios de la bici aumentados por varios días de dormir en suelos mondos y lirondos) y sentí en mi brazo un roce, un calorcillo...Andrei estaba despertando con una taza de café...la taza era de cerámica granate y el café humeaba, acompañado con un "buna dimineata, Antonio"...
...este octubre 2017 del que hablo le llevé como recuerdo, oro en paño, este papelito que me escribió, una especie de salvoconducto que permitiera llevarme lo más seguro posible en aquella incierta Rumania de entonces, al final siempre tan hospitalaria. No sé cómo, contactó con varios miembros de clubs de montaña, dándome, mapa en mano, sus direcciones de manera que pudiera pernoctar o sentirme acogido de alguna forma a lo largo de mi camino en Rumanía hasta la frontera búlgara...también me dijo que el papel lo enseñara en cualquier lugar y circunstancia problemática..........¡Ay!
...aquí estoy con el amigo en la puerta de su taller de copiado de llaves, la ropa que me abriga es de él y si por él hubiera sido me habría traído un cargamento de ropa de montaña... |